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viernes, 26 de abril de 2024
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San Carlos de Bolívar

De esto y aquello

Columna del Dr. Felipe Martínez Pérez.

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De golpe se ha agudizado el grotesco y viendo por el anverso y reverso parece nacional.Un grotesco nacional que nadie sabe en que ha de terminar, pero que ya está costando demasiado, y por si no bastare la obra bastante mala; y peor. Ya no se sabe con qué nos van a despertar o con que cuestión de estado de último momento no dejarán dormir porque el asombro es lo único que de verdad se mueve por estas latitudes al punto de tapar todo lo demás que les incumbe, incluida el hambre. Y sobre todo la presencia del miedo les impide pensar con cierta calma y caen en un zafarrancho que al cabo ha terminado en ese intento de magnicidio que por suerte no pasó a mayores pero que hace agua por todos los agujeros que olvidaron cerrar. Porque no quieren enterarse que son zafios y quelas gentes piensan al revés de ellos, porque tantos años de desastres les ha llevado a aprender que no todo es verdad y que tampoco es de acuerdoal cristal con que se mira, pues hay que sumar que siempre los empañan o astillan. Son de cuidado.

Y ahí estamos, metidos en un tremendo tembladeral, que se espera lo terminen las elecciones que bien parece falta un siglo. Porque a juzgar por lo que se ve y por lo que se oye no se puede estirar más el hilo. Se hunden y quieren que el país se hunda con ellos. Cada vez que uno habla del otro es para insultarlo o recordarle su pasado y cada vez que hablan de la oposición es para enrostrarle sin vergüenza alguna, sus propias y harto conocidas, vergüenzas.Y ahí están. No saben que inventar para tapar el miedo y buscar el quilombo y ver si zafan. Y la culpa la tiene el otro, y curiosamente el otro eres tú y yo, y los miro con cierta sorna y no puedo creer que lo que dicen se lo crean, pues han llegado a tal extremo que hace un sol que raja la tierra y dicen que llueve; y salen con paraguas. Ellos, que no los otros.

Y se está llegando a tal extremo de desencuentro social y nacional que vamos a terminar todos contra todos;que traducido es cada uno contra el otro. Que en eso estamos desde un cuarto de siglo pero lo de ahora es de una total perversidad. El descuartizamiento de la sociedad con los continuos enfrentamientos no tiene arreglo en estas condiciones que se prolongan hasta que cunda algún milagro, o todo, incluidos ellos, se rompa en mil pedazos. Que por supuesto les viene de maravillas a quienes no son maravillosos y lo demuestran a diario de maravilla. Pero todo es burdo Tan burdo que es imposible abarcar todo lo burdo en lo cotidiano. El teatro argentino es excelente desde lejanos tiempos allá por dos siglos atrás y sin embargo montan una obra donde olvidan lo más importante, que sería que no hubo magnicidio.

Y sin embargo, se empeñan odiosos y con odio, en echar las culpas, muchas culpas, a los otros, que ellos nada tienen que ver que solo son víctimas.Y lo bueno de esto es justamente, que no hay víctima; y entonces en vez de la alegría montan un túmulo del que se alejan y se hacen ajenos. No hay victima por razones que se ignoran, y porque del victimario tampoco se sabe porque iba sin balas, y pasará lo que se desee que pase, o en una de esas algo se haga bien. Ya se verá. Por lo demás, gracias al odio instaurado por decreto, el victimario tampoco lo sería, porque tal especie son los otros, faltaba más. Por la presentación de los hechos y por la carrera por saber lo ocurrido en distintos estamentos, por el momento, todo queda en tablas, y de mala calidad.

Que el matador sea un desgarramantasy que desconozca que para matar se necesita una bala en la recámara, la verdad que es tan insólito que es imposible de creer; y que haciendo un resumen, menos mal que no estaba la bala, lo cual también hace que todo se reduzca a un esperpento de primera clase y que convierte todo en algo burdo. Y que da para la diversidad. Y que la señora que iba a ser víctima -que menos mal no lo ha sido- en un alarde extraordinario coordine una serie de mohines y sonrisas, ignorando a su vez que no era una foto sino un tiro que no salió, y sonría y que los guardaespaldas que estaban de palique ni corren a protegerla que por otra parte como es de conocimiento público en esta obra formaba parte de laclaque; y ni mu. Y eso que era su policía.Y sin embargo,acostumbrados a tanto teatro diario del malo, que en plan bizarro la obra no tenía final, porque el principio todo lo abarcaba. Y todo ello presente en las andas del calor humano. O sea, el final perdido en las entrañas del principio. Ni siquiera actos.

Y después que el país vio en directo que un individuo pensaba en magnicidios sin balas, teniendo tantas en la casa según atestiguan los informes, el presidente empezaba con la segunda parte. Lo habitual, parar la nación, aunque algunas provincias siguieron en lo suyo y los habitantes, todos, incluidos los propios se preguntaban para qué. Por su supuesto ante estos malabares cívicos trabajó todo el mundo menos los que nunca trabajan cuando el asunto es oficial. Que algunas provincias trabajaran significa que consideraban que no era para tanto,a pesar de que no es poco por cualquiera de las aristas que se lo mire. Y para más inri a las pocas horas ya habían tocado y trastocado y reseteado el teléfono del acusado. O sea, lo de siempre en estos asuntos de alto estado, que los informes buscan tendencia, y al cabo, hay un informe que dice una cosa y otro que dice otra, que además, es totalmente opuesta.

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