Colaboración del fiscal Lucas Moyano.
La pandemia ha traído aparejada la transformación del mundo digital, su acceso y hábitos contribuyendo así a la proliferación de las plataformas de juego destinadas a las apuestas online.
El juego con apuestas ilegal online es de fácil acceso desde el lugar donde nos encontremos a través de nuestro dispositivo telefónico, resultando atractivo para los adolescentes, quienes son especialmente vulnerables a los riesgos vinculados con el juego, siendo un creciente problema la adicción, el endeudamiento y los problemas de salud mental
Desde la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) han advertido al respecto que “el juego de apuestas es un estímulo que varía de persona a persona, que va desde el placer de la diversión hasta necesidades muy básicas sustentadas en un pensamiento mágico y mesiánico de que con esto “me voy a salvar”.
La tendencia en América Latina es que el mercado de los juegos de azar online crecerá un 18% en los próximos seis años, según la consultora internacional Research and Markets. En Gran Bretaña, 30 mil niños de hasta 11 años son ludópatas, en tanto que en España, el 10,3% de los adolescentes apuesta.
Dentro de este ecosistema emergen además los criptocasinos proyectándose como una tendencia en aumento, ya que aseguran un nivel de pseudoanonimato que otras plataformas no pueden garantizar. Favoreciendo además la inclusión financiera de sectores no bancarizados que ahora pueden participar en el entretenimiento online sin necesidad de tener una cuenta bancaria, lo cual implica nuevos desafíos ante la falta de regulación y la posibilidad cierta de a través de ellos, posibilitar la ofuscación de los fondos los cuales podrían provenir de actividades ilícitas.
Este problema de adicción al juego se acrecienta en las niñas, niños y adolescentes, quienes son especialmente vulnerables debido a su inexperiencia, la baja percepción de riesgo, la impulsividad, la facilidad de acceso a estas plataformas y la publicaciones en redes sociales donde se reflejan historias de premios obtenidos por acertar algún resultado deportivo, pero nunca se muestran las perdidas.
Las apuestas online es un gran negocio. Elinforme Global Online GamblingMarket ilustra un fenómeno que es mundial y crece a pasos agigantados: en 2020 los juegos de azar online recaudaron 65.316 millones de dólares y se proyectan cerca de 130 mil millones para 2027.
Un dato importante es que las principales casas de apuestas en línea instaladas en Argentina están patrocinando a equipos deportivos, logrando la popularidad y la aceptación social.
Las apuestas a través de internet se han naturalizado dentro del mundo de los jóvenes; sin embargo, llama la atención que un problema de tal magnitud pase tan desapercibido entre los adultos.
Aspectos a tener en cuenta para evitar exponer a los jóvenes a la ciberludopatía:
1.- Planes educativos y preventivos:
Es importante ocuparnos de los programas preventivos y educativos, son imprescindibles para orientar a las niños, niños y jóvenes, concientizar sobre sus riesgos y que cuenten con las herramientas necesarias para evitar caer en hábitos de juego perjudiciales.
Estos programas deberán ser impulsados legislativamente y con aplicación efectiva en los colegios e instituciones educativas, deportivas y recreativas donde concurran las niñas, niños y adolescentes.
2.- Debemos ocuparnos de la publicidad que fomenta esta actividad:
En este sentido, debemos prestar especial atención a la influencia que ejercen los medios de comunicación televisivos, radiales y las nuevas tecnologías en la normalización de la conducta de juego a través de la publicidad, directa e indirecta o encubierta (a través de Internet, youtubers, influencers y videojuegos). En este sentido las campañas publicitarias utilizan a deportistas, artistas o ídolos de los jóvenes como ganchos para atraer a los apostadores.
En este sentido debe regularse legislativamente toda actividad que promocione o incentive las apuestas en línea.
3.- Desnaturalizar las apuestas:
Existen una serie de términos, como el de “juego responsable” —promovido por la propia industria—, que no son más que una estrategia para fomentar la normalización del juego y banalizar sus efectos perniciosos. No existe el juego responsable en jóvenes, y más teniendo en cuenta que para los menores de 18 años es ilegal.
4.- El ejemplo debe iniciarse en el hogar:
Los padres son los primeros que deben dar ejemplo a sus hijos. Deben evitar actitudes favorables hacia el juego de apuestas y la propia conducta de apostar, insistiendo en la importancia de la educación financiera.
La gran difusión de los anuncios de casas de apuestas puede ser utilizada por los padres como una oportunidad de iniciar conversaciones abiertas y productivas con sus hijos adolescentes sobre los riesgos de este tipo de apuestas
