Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.
Espero que gane la Bullrich.Y sea por grandes cifras, pues de otra manera no hay futuro de peso; y Argentina seguirá perdiendo horizontes porque parece que nadie se ha dado cuenta que hemos perdido un cuarto de siglo y eso no es broma. No son 25 años es un cuarto de siglo. Pero los polítiquillos han gana do por afano y los más o menos, parece que estaban dormidos cuando se sucedían las tropelías, como algo normal, en el país de Sarmiento y Roca o el mismo Illia que les lleva varias cabeza a todos estos que vamos a votar, sin importar cuales. Y es de esperar que no sean ganadores los dos artífices sacados de la galera a último momento; pues nada quedaría. No pueden ganar ni el derechón ni el derechito. Se necesitan hombres y mujeres que sobresalgan en lo que sea que les pongan y no los que nada saben; o los que tienen que estar porque toca a un sexo o a otro; que es la total aberración.
Pues todo lo que falta no lo es por accidente, que todo ha sido buscado y aún no ha terminado. Y si bien es cierto que algo ha de tardar en salir adelante, no es menos cierto que con un solo dólar y abrir caminos en la construcción, en las carreteras y en los trenes, entre otras necesidades, ya se estaría mejor. Abrir caminos hacia todo lo que la CGT argentina no ha querido y dar puestos de trabajo que es lo que no han querido y volver al trabajo que la mayoría lo ha de hacer. Que a los bien nacidos nadie tiene que decirle que trabajen. Y lo demás vendrá por añadidura. Pero esta CGT será cómplice natural del desfalco. Estamos ante la tremenda frustración de veinticinco años, que es nada más y nada menos que un cuarto de siglo la actual continúa con la misma desviación o casi.
En Argentina hay asuntos que se perpetúan y parece mentira. Por ejemplo la CGT, que llamaba la atención allá en la lejanía con Perón, era de ultraderecha y hasta nazi No había ninguna con estas características en el mundo; y en el fondo la actual continúa con la misma desviación o casi.
Que los dirigentes no hayan trabajado nunca y además, sean de la peor ultraderecha, es para escribir un libro pasional. La otra es, que desde tiempo inmemorial, los peores de Argentina pueden decir lo que se les canta a los jueces e incluso a los de la Corte Suprema y se quedan tan campantes. Y la Corte también, aunque empieza a cambiar y alguno se va a llevar una sorpresa; y no estaría mal fuera cuanto antes.
La otra curiosidad es la mentira que a buena parte de los políticos les sale por sus poros y tan tranquilos. Escuchar a Massa es escuchar una mentira tras otra; y no deja de llamar la atención su persistencia. No le sale otra cosa, porque nada tiene en la mollera; y pasa por ser el adalid de la Argentina, al punto que hace y deshace lo conveniente e inconveniente. Y hasta luce de presidente porque después de años y años nunca había faltado a clase el presidente de verdad, aunque parece de mentira. Y lo otro que sale siempre es que el de la Rosada tiene perro como su gran capital y el que no debe llegar no tiene uno, sino muchos. O sea, Argentina está meada por los perros.
La sustancia de esta campaña es que algunos y algunas tienen unas lenguas que han perdido sus límites; y aparecen como unos pobres deslenguados. Se insultan, creo a esta altura sin saber por qué, y es que ninguno es para aplaudir. Y qué decir de un tal Alfonsín siempre destrozando deshonrando el apellido. Y ahora para más inri pidiendo que los radicales voten a Massa y Kicillof. Curiosamente en Argentina después del derribado Illia nunca ha habido el “más bueno”. Y al cabo, un cuarto de siglo en caída libre por el terraplén; y lo que todavía nos espera, que lo dejan para un gran final con atronadores tambores. Salvo que la derrota sea atronadora y para ello cada uno debe votar femenino que los dos masculinos son los mismos.
Por otra parte llama la atención que de lo único que se habla o ellos hablan poco, los causantes, claro. El Kicillof es famoso por no hacer nada bien; y con tales condiciones lleva casi un cuarto de siglo rompiendo Argentina, pues en definitiva es como el niño mimado de la señora. Y es la única verdad, es niño y es mimado, aunque olvidan que los demás también son hombres y mujeres que sueñan y deben ser mimados. Claro que por lo regular ellos, sueñan con lo que poseen los demás, que es lo más barato en Argentina. Meter la mano en el Estado les causa un regodeo extraordinario. Pues bien, ante este caso, gigantes y gigantesco de YPF es que habitante tiene que pagar lo que le toque por la mala praxis de toda esta gentuza que todavía está arriba. Pero eso recuerda que no estamos para andar pagando dinero por generaciones y generaciones. Sí, he escrito generaciones, dada la mala puntuación de los políticos argentinos, que como es de rigor suponen que cada uno de sus habitantes debe pagar y pagar. Sin embargo, ha llegado el momento, como vengo escribiendo que la trastada de YPF la tiene que pagar el Kici y compañeritos, de sus bolsillos. Se trata de una malversación hecha adrede y no solo porque no sabían; ni saben, pero en sus bolsillos está el dinero. Hace veinticinco años vinieron a comerse el país, y lo han hecho y hacen y harán hasta el último minuto; y de maravilla. Son diestros en el asunto, pero el asunto y sus bemoles es siniestro. Pues que paguen la deuda esos dos o tres de cada ciudad, pues tienen los bolsillos llenos de los dineros faltantes.
