Morfi peñero y folclore con una fresca noche de verano son elementos de un rotundo maridaje, y es el armado que proponen el restorán ubicado a la vera de la Laguna Cabeza del Buey, a escasos kilómetros del casco urbano de nuestra ciudad, y el cantor Sebastián Cayre, que al frente de su trío se presentará el sábado 10 del corriente.
La convocatoria es para las 21 horas, al aire libre en el patio del restaurante y para aprovechar que las noches de este verano salen ‘con fritas’ (al menos en lo climático, desde la perspectiva de hacer actividades afuera).
Si el tiempo no es óptimo, la peña se realizará en el interior del restorán, que para la ocasión ofrecerá un menú peñero, con empanadas, choris y seguramente alguna opción típica más. Las entradas tienen un valor de 2000 pesos, y pueden reservarse a través del 416964 y 572129.
A los menores de 10 años no se les cobrará. Cayre se presentará en voz y guitarra, acompañado por Diego Peris en violín y Franco Exertier en percusión, el diseño de banda que constituye su apoyatura desde que se radicó en Bolívar a fines del 2022, tras más de dos décadas afincado en La Plata. (Han tocado en la Rivadavia, en el Cívico, en Salinas Grandes, en el Me Encanta Bolívar del año pasado, en Neuquén y en varios pueblos de la región bonaerense.)
“La idea es pasar un buen rato musical, como ocurrió en la Rivadavia y en Salinas. Esta presentación marcará una suerte de continuidad”, dijo el trovador en charla con el diario estos días. “Ya fuimos a conocer el restorán y nos pareció bellísimo. Si el día acompaña, es un sitio hermosísimo. Hablamos con los encargados del lugar en diciembre, nos pusimos de acuerdo y ojalá podamos concretar una linda noche para todos”, abundó el músico, que se hizo conocido en el país por su registro de la canción Trampas en el cielo, de autoría de Eduardo ‘Bocha’ Nieva, que giró y gira en las plataformas digitales de todo el país.
Convocar a bailar, pero también “hacer patria” ¿Qué tocarán en la ocasión?
-Lo de siempre, en el sentido de convocar a compartir un rato musical folclórico. Si vemos que hay público con ganas de bailar, tocaremos las danzas habituales para ocasiones así, es decir la chacarera, la zamba, bailecito, gato, escondido. A quienes les gusta la peña, les gusta que existan. Y luego, trataré de mostrar, al principio o cuando se pueda, en el momento de la noche que considere indicado, algunas cosas que no se escuchan mucho: obras que no son bailables, obras mías, de otros autores; viejas, nuevas, no importa, pero que le den un marco más de escucha. Piezas que me gusta mostrar. Yo he tocado cifras, un ritmo que se toca re poco y no está casi presente en los escenarios, por eso en la Rivadavia encaré una. Es una manera de hacer patria, son cosas que hace falta que estén presentes, creo yo. La huella, el triunfo, la milonga, la cifra, que tienen que ver con este territorio. Y canciones nuevas también tocaré.
-Canto cosas de Javi Caminos, un autor de La Plata que tiene temas muy lindos, y siempre me gusta compartir cosas suyas. (Con Javi ha actuado a dúo varias veces; de hecho, en la plataforma YouTube se pueden ver videos de piezas interpretadas a dúo en distintos lugares del país.) Por otra parte, habrá invitados, que completarán el menú musical: “Unos chicos de Carlos Casares que se quisieron sumar. Han ido a Cosquín, a La Plata. Vieron el flyer y me ofrecieron bailar algo, un bloquecito surero, así que interpretarán dos danzas: La patria y El remedio, dos re poco vistas. Bailar, tomar, comer, divertirnos pero también aprender a escuchar y compartir lo que uno propone”, esa es la apuesta, completó el artista nacido en Pellegrini.
¿Alguien se ha comunicado contigo respecto del Me Encanta 2024, qué sabés de su realización o no?
-Hablé con gente allegada a Cultura, me dijeron que se haría aunque no había precisiones sobre cómo, cuándo y de qué manera. Me dijeron también que me tendrían en cuenta. Pero no muchas más definiciones, aunque insisto en que escuché que se hará. Ojalá que así sea. Para mí, se puede reducir, si es necesario y hace falta, todo lo que sea imperioso: se puede cambiar de lugar, realizar de otra manera, mientras no se deje de hacer, como en Henderson, que dieron de baja este año un festival histórico, en 2023 fue un éxito rotundo y de golpe desaparece así… Acá ojalá siga. Además, genera movimiento en la economía local el festival, siempre que se convoca a gente pasa eso.
¿Cómo ha venido el año, y cómo creés que seguirá?
-La verdad, no quiero ser pesimista, diría Saramago, pero lo veo pésimo al año. Una vez le preguntaron sobre la situación mundial: “No quiero ser pesimista, pero lo veo pésimo”, dijo. Bueno, a mí también me parece… Por supuesto, no tengo esperanzas. Ojalá nos equivoquemos y algo bueno suceda, es el deseo de cualquiera. En nuestro rubro siempre es difícil, el arte, en toda época, pero cuando se hacen este tipo de ajuste, cuando llega este tipo de gobierno, que estemos mal o bien como país ven a la cuestión artística como un gasto (todo se torna peor)… Entonces siempre hay una modificación importante ahí, en el rubro nuestro. Y quiero dejar en claro una cosa: yo no vivo de la teta de ningún Estado. A mí el Estado no me da nada, ningún subsidio ni nada, nunca, lo único que hice fue un trabajo para Provincia, a través de una plataforma excelente, Código Provincia: vas, laburás y te pagan, así nomás. No es ningún sueldito, es cada cuatro meses, cada tanto agarrás una, y está repartido entre muchos artistas, pueden ver la plataforma y es enorme. Digo esto porque el otro día entre los comentarios a algunas notas que hicimos algunos nos mandaban a laburar.
Vagos, agarren la pala.
-Que agarremos la pala, que vayamos a laburar. Qué sé yo, cosas así. “Elegimos el arte para ‘parar la olla’, no para pasarla bien y chau”.
El miércoles pasado, en el festival en el Centro Cívico, hubo una respuesta interesante a ese planteo, contenida en un poema que leyó un actor, donde una escritora mandaba a los/las que dicen eso a agarrar un pincel, a agarrar un teclado, a escribir algo digno en un papel, a tomar un instrumento musical y dedicarse a aprender y producir.
-Por supuesto. Es así. Hacer música es un trabajo. Mucha gente se confunde, se piensa que los artistas estamos mirando el cielo, las estrellas. No es así, yo grabé siete discos y para hacerlos trabajé un montón, en cosas que esta gente que hace estos comentarios desconoce por completo.
Suele pasar que quienes opinan así, también creen que el artista, supongamos un cantante, puede ‘cantarse una’ en cualquier momento o reunión, total no es un laburo. Hay una anécdota ilustrativa: a Horacio Guarany alguien le pidió en un cumpleaños: “Maestro, cantante una”, a lo que Horacio respondió con una pregunta: “¿Vos a qué te dedicás?”. “Albañil”, dijo el hombre. “Bueno, ¿entonces por qué no te levantás una pared acá?”.
-Creen que uno lo hace porque le gusta, nada más. Es tal cual como lo expresó Guarany. Uno eligió este camino para ‘parar la olla’, no es que lo hace para pasarla bien y chau. Después, te va bien, mal, un poco mejor, un poco peor, hay épocas más bravas, porque encima es un trabajo autogestivo y no tenés ninguna seguridad. Y las épocas difíciles son muy complicadas. Tratar de sobrevivir de la música es complejo. Pero les pido a estas personas que piensen lo que dicen cuando van a hablar, porque detrás de todo este laburo hay seres humanos, trabajadores. Yo hace veintipico de años que me dedico a esto de lleno, y ya que estamos pueden buscar mi producción en Spotify, en YouTube o en mis redes sociales, Seba Cayre, lo que he hecho todos estos años.
Me decís que ves pésimo al 2024 y que no tenés esperanzas. Bien, ¿qué hacer entonces frente a semejante panorama?
-No, no, estamos re acostumbrados nosotros a que las situaciones sean desfavorables. Se puede intentar duplicar el esfuerzo desde la música o hacer lo que venga, cualquier cosa que uno necesite para juntar el mango. Porque a partir de marzo todo se pondrá más difícil, y ahí veremos. Algunas propuestas he tenido interesantes, que si salen ya comentaré. Pero de momento, estoy intentando gestionar lo de siempre, fechas. Que es lo que se está complicando. Pasás un presupuesto y la mitad es para combustible. Y no te alcanza una sola función, tenés que conseguir otra en un lugar cercano. Antes uno lo hacía para abarcar más, ahora es por obligación: de otro modo no te rinde. Y aun así, tocando dos veces, lo que uno obtiene de ingreso es mínimo. Y teniendo que hacer muchos kilómetros de ida y vuelta. Por eso el panorama es difícil. Vamos a ver cómo nos paramos frente a esta circunstancia. (…) Más allá del pesimismo, confío en el pueblo argentino. Confío en que si la cosa se pone peluda, vamos a patear el tablero para que todo se acomode. Eso pienso yo.
Chino Castro
