Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.
Ya era hora que los radicales cayeran en la cuenta de que algunos de los que veneraran o están por arriba, son peligrosamente adictos a otros pensamientos -suponiendo que hoy haya pensamiento- y no se habían dado cuenta hasta hoy que ya es demasiado tarde. Por ejemplo, en esta página se viene apuntando meses atrás, al famoso del lío del campo de hace unos años en que el país casi entero tomó partido por el campo; y el causante un buen día se pasó al radicalismo, y curiosamente, los radicales, le dieron el oro y el moro. O sea, Nueva York y una senaduría. Es decir, bastante ciegos para decirlo fácil. Y algún día, o hace ya unos días que llegó el día, empiezan los radicales a darse cuenta que su presidente a veces, por no decir siempre, se bandea para lados que nada tienen que ver con Irigoyen. Un señor por otra parte que le tienen bastante abandonado.
Parece que le gustan esos abrazos con el oponente; que por otra parte hoy no conducen a nada, Y ya que salta Lousteau, hace ya unos cuantos días, el político de enfrente muy amable y simpático se cruzaba para saludar y en una oportunidad le digo que no lo iba a votar dada su querencia al que siempre está con cara amarga; y al perder éste, pues ya se ha visto, salta al otro lado y gana el actual; y singularmente con la feliz ayuda de las chapas y colchones que al día de hoy ya están a la venta. Hay que decirle al Bali que se fije en los bolsillos para no tirar chapas donde no debe. Porque en definitiva malversa. Aunque la verdad esta palabreja ya no asusta a nadie. Y es impresionante como los peronistas de distinto cuño le han dado a la maquinita hasta la saciedad. Adrede para sus intereses, y para que cada vez el peso valga menos. También adrede.
De todas maneras hay algo positivo pues, curiosamente, los radicales, por fin han empezado a señalar a los que nunca debieron estar en altos cargos, como Lousteau que nunca fue radical, e ignoro quien lo llevó a los EEUU o al Senado. Pues lo que salta a la vista es que demasiado seguido gusta de abrazarse con los oponentes. Pero eso sí, solo con peronistas más o menos buenos; y realizar pases mágicos para romper el radicalismo. Que curiosamente es a lo que aspira. Y ahí está, impávido, con cara de yo no he sido, como si supiera, y esperando para dar el zarpazo; pues en estas páginas y hace meses y meses se escribe lo que recién hace cinco días han empezado a decir los radicales; y sobre todo lo que le ha dicho Lombardi. Cuesta trabajo tomar conciencia, que durante meses y meses no toman conciencia y se les pasa. Y sucede, guste o disguste, porque se carece de ideología que sustente el pensamiento y la praxis.
Y hablando de Lousteau, creo que tampoco el presidente radical es muy radical pues siempre aparece a contramano y es amigo del que estamos hablando; y les gusta hacer cofradías con peronistas en este caso con el cordobés, que si bien, al menos parece un buen hombre, no da para cruzamientos extraños. Que los vientos corren adversos. Y hablando de adversos me ha parecido una acción de campanillas lo transitado por Patricia hacia Milei; que si sale con barbas san Antón y si no la Virgen María. Por el momento no se atisba otra cosa para salir del marasmo en el que hemos caído. Siempre es mejor que Massa y con los votos. No se ha de volver bueno de golpe después del cuarto de siglo con malabares varios. El único problema que siempre aparece la cabeza de Macri que es un peso demasiado grande para nadar sin hundirse por estas aguas turbulentas.
Lo más interesante y tremendo es que andando el tiempo, y con los que corren, los argentinos van a votar a uno u otro, pero siempre de derecha. Con sierras o colchones y chapas; que para el caso igual da. Aunque el dinero de la sierra es de unos pocos y el de las chapas y colchones es de todos. La sierra es de los que tienen dinero y los colchones y chapas empobrecen a todos. A Milei lo ayudan y Massa empobrece a todos. Por otra parte y saliendo de estos agujeros, hay que decir que el radicalismo ha jugado desde hace años a no ser nada o poco y sin embargo la gente lo ha seguido votando esperando espabile para ser algo, pues ahora con Milei que gane o pierda todo el futuro depende del radicalismo y para qué lado juegue; de una buena vez. En definitiva se van a votar dos derechas la de Massa que aunque gane deberá estudiarse a sí mismo para ser aceptable, y la de Milei cuyo camino, si gana, que sería lo mejor que nos podría pasar, y mal no lo estaría, dependerá un poco de Macri y otro poco de Bullrich y lo que quiera hacer el ganador con uno o con otra.
Lo que si daría la impresión que está por suceder, es el salto a la palestra de dos maneras de ser, y que hará una Argentina igual a lo de siempre o diferente, dependiendo del ganador. De lo que no cabe duda al día de hoy, es que el radicalismo que debía estar a la cabeza de los nuevos vientos ha perdido el tiempo y la cabeza. Y sin embargo, y no se han dado cuenta, cada vez que ha surgido una elección por el interior han ganado. Y desde hace años, y gracias a esos votos del interior es que como he escrito hasta el cansancio en esta página, gracias a ellos, repito, no estamos en Venezuela. Que no es poca cosa. Pero en los últimos tiempos ni las pequeñas ni las grandes cosas; y así estamos.
