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Época de encierre

Página agropecuaria - Columnista.

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Por Mariano Hernández, médico Veterinario Dr. en Ciencia Animal MP 7372.

Estamos en un momento del año que significa un punto de inflexión para la actividad ganadera. Los establecimientos con un mínimo de organización se preparan para varias prácticas con sentido productivo, sanitario, comercial y económico, resumidas en dos líneas básicas: diagnósticos de preñez y destete tradicional de terneros. Ambas permiten analizar el pasado, corregir el presente y planificar el futuro del sistema.

Según expertos, un rodeo de cría tiene tres componentes esenciales: la cantidad de terneros logrados (el más importante de todos), el peso de los animales destetados y el precio de los kilos vendidos. A su vez, el objetivo reproductivo es lograr que cada vaca destete un ternero todos los años; es decir, se espera lograr que cada vaca tenga un ternero por año y que sea capaz, no sólo de quedar preñada, sino de mantener la gestación, parir y destetar un ternero sin inconvenientes. Esto explica la importancia de la determinación de preñez.

Los métodos habituales son el tacto rectal y la ecografía. Tienen distintas ventajas y costos, su uso depende de las necesidades del productor y deben ser realizados por un veterinario.

Con estas técnicas podemos clasificar a las vacas en vacías o preñadas. Posteriormente decidiremos el destino de las mismas: venta, nuevo servicio o engorde. Un animal que no produce tiene alto costo de mantenimiento. En las vacas preñadas, dependiendo del estado, podemos predecir los posibles lotes de parición (cabeza, cuerpo y cola). Una evaluación más profunda ayuda a descubrir problemas ocultos o inaparentes, como malformaciones o anomalías en órganos genitales internos. Cuando se obtienen bajos porcentajes de preñez la importancia del clima y la nutrición tienen un papel relevante, pero los bajos porcentajes también pueden estar asociados a enfermedades de transmisión sexual u otras (tanto infecciosas como tóxicas) capaces de producir muerte embrionaria y/o aborto.

El encierro para la determinación de preñez suele asociarse con otras maniobras. “El boqueo” o determinación de la edad de la vaca, a través de la dentición, sirve para evaluar la vida útil de las mismas. Puede acompañarse con un sangrado a fin de diagnosticar la posible presencia de enfermedades como brucelosis y tuberculosis. También se pueden sumar vacunaciones previstas en el plan sanitario del establecimiento.

En cuanto al destete, consiste en la separación definitiva del ternero de su madre. El destete tradicional permite mejorar el estado nutricional de las vacas para que lleguen en buenas condiciones al invierno. Existen otros tipos de destete que suelen estar indicados para situaciones puntuales. Dependiendo de la época de parición, se realiza entre febrero y abril. Además, es posible añadir otras prácticas según el uso: castraciones, desparasitaciones, vacunación (si corresponde); pero también, es un momento óptimo para balances. Como en el caso de la detección de preñez, llegado el momento de destete se analiza la calidad del ternero obtenido. Es un indicador de cómo se efectuó el trabajo desde que nació, hasta separarlo de la madre. Aunque seguramente para entonces se tiene ya una idea, se toma la decisión del destino que tendrán: engorde en el propio establecimiento, venta, engorde y servicio para las hembras, etc.

En un ámbito donde la actividad agropecuaria tiene un peso sustancial, es probable que muchos piensen, luego de leer los párrafos anteriores: “Eso lo sabemos todos”. Al menos para mí, es sorprendente que en la provincia de Buenos Aires (y Bolívar es congruente con las cifras) alrededor de la mitad de los productores ganaderos no lo saben, o no lo aplican, y mantienen prácticas consideradas retrógradas (como el servicio continuo, por ejemplo).

El planteo de fondo es:¿por qué cambiar? Hay una cuestión siempre discutida sobre “el bien común”. Las decisiones que toma un productor afectan a los vecinos y la sociedad. La mayoría de los establecimientos están separados por un alambrado de pocos milímetros de espesor, donde se facilita el contagio de enfermedades y donde no hay seguridad absoluta que no pasen animales de un lado a otro. El diagnóstico de preñez y el destete ordenado no tienen cabida con prácticas tradicionales. Lo cierto es que estas prácticas tradicionales cada vez tienen menos cabida a nivel productivo y social. El mal manejo de un productor puede arruinar el trabajo de años de sus vecinos (por ejemplo, un toro con venéreas saltándose un alambrado). Por eso se recomienda el uso de buenas prácticas, y en este caso, las ganaderas, que permiten estar acorde a las exigencias de la época.

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