Por el Dr. Felipe Martínez Pérez
Al paso de los días, se ve, como los que mandan, que a la hora actual desmandan, solo se esmeran en minucias para nada sobresalientes, o en cambiar nombres para endulzar pareceres y hasta enarbolar derechos o lindezas de democracias aparentes; pero ni bien se hace la luz se cae en la cuenta que todo es para la galería. Y se constata el bajo nivel de estos menesteres, con solo mirar hacia los adultos mayores, que siempre son los viejos, al parecer palabra nociva, cuando las usan ellos. Pues siempre han sido los viejos y serán los viejos y es bueno lleguen todos a viejos, incluso estas camarillas de jóvenes viejos. Pero ni bien dicen la palabreja ya están los viejos dejados de la mano del señor, parecido a los indigenistas que odian a los indígenas. Se han dado cuenta que existían los geriátricos cuando aparece uno con coronavirus en la capital y para ricos, que diría Máximo; que anda con el famoso impuesto a la rastra; es de suponer también será para los nuevos ricos, que no querían bajarse los sueldos pero para aportar ahora a manos llenas.
Bien, estaba en los geriátricos, y ante semejante drama, siempre reculando. Se parecen a María que tapó el pozo después de ahogado el niño. Y se asustan y salen a testear a todo gas, que no les queda otro remedio que realizar test;y la gran mayoría positivo y con muertos. Si en su momento en todo el país hubieran hecho miles y miles y miles de test, el país estaría trabajando. Y ahora, tarde y en poca cantidad, pero de esto hablaré si queda sitio. En una palabra, que ni aun pagando cifras exorbitantes están seguros. Porque con dinero o sin él, son viejos. Que estas gentecillas llaman adultos mayores. Y poco les importan. Y como es habitual por estas pampas, a las corridas y sin cabeza acorde al problema; al punto que el alcalde local pretendía cerrar los geriátricos y enviara sus domicilios a los ancianos. No se le ocurre ni a un autor del grotesco. Y cunde la alarma y la protesta ,pues están en los geriátricos por razones obvias .Y se arma la de San Quintín, aunque la sangre no llegó al río porque por suerte terció un viejo político de esos que a esta altura conoce muy bien el paño; y todo volvió a su cauce.
Eso sí, creo que tampoco han habido test. Habiendo tanto dinero por la zona para comprarlos. Se cae de maduro que con esta tropa no se puede ir muy lejos. Lo bonito sería que este político famoso tiene un proyecto mío, precioso, pedido por él mismo allá lejos, para una residencia para ancianos. 15 hojas A4 y para empezar más de trescientos puestos de trabajo. Valía lo mismo que la cárcel. Es el momento señor Laso. Pero, volviendo a la plaza, que llaman Centro Cívico, sucedió que ante el cabreo de los familiares quiso pararlos el bali con cajas destempladas, alzando la voz y de malas maneras, barrio bajero, y no se lo llevaron por delante porque buscaban una solución y no dar de improviso con un gilipollas enojado y con cara de culo porque los convecinos se oponían a que les cierren los geriátricos. ¡Bravo bucca! Y además, problema silenciado. Una maravilla. Por si fuera poco, nadie sabe por qué el gobernador se ha enamorado de los médicos cubanos ni qué se busca. Que cosas veredes Sancho. Y olvida el gobernador y su amo o ama que si hay algo que está mal distribuido en Argentina son los médicos y el dinero.
Éste lo tienen los que ya se sabe desde hace quince años y no lo sueltan, a pesar que es nuestro, y hasta lo ponen a interés para cuestiones propias; por su parte los médicos no se van de las ciudades grandes o pequeñas, aunque después nos llevemos por delante, porque se les ha antojado a estos desgarra mantas durante más de medio siglo, que los médicos argentinos tienen que ser los peor pagados a nivel mundial, incluso de África, cuando tienen médico, claro. Y para muestra el Pami, le pagan por consulta un kilo de yerba. Cuando el capitán Francisco Manrique, creó el Instituto Nacional de Servicios Sociales de Jubilados y Pensionados, algo de verdad, muy importante, que aquí estaba en la Brown y lo manejaba un marino, la consulta valía medio dólar. Hoy es cambiante por horas con el asunto de la vuelta a la almoneda pública de los dólares. En una palabra hoy anda por un dólar largo que no llega a dos y que por supuesto es menos que aquel medio. Y no digo IOMA ni las caras, salvo dos o tres. Que se dice pronto De manera que cual es el secreto para que se derritan por los médicos cubanos, si poco les importa los médicos nacionales.
Como puede ser que sigamos dependiendo de los vagos. Que nos digan que hay que hacer quienes no saben cómo. Que dirijan nuestras vidas quienes no saben conducir ni siquiera las propias o lo hacen a costa de las nuestras. En el asunto del virus politizado se pretende arreglar todo en casa y con barbijo. O sea que cualquier cosa que se altere la culpa es de usted lector; de ahí que pueda ir a la cárcel o pagar cien mil pesos de multa en un país que no trabaja. Y a eso iba. Mientras tanto se prorroga y prorroga, para que dentro de unos meses usted se arrodille ante ellos por la manutención. En una palabra, hay que enarbolar la ciencia y el sentido común. Usted con su barbijo y yo con el mío no nos contagiamos el uno al otro ni en la calle ni en la fábrica, pero no sabemos si estamos infectados, porque no han realizado los miles y miles de test. En tal caso el que está infectado cuarentena y el que no a trabajar con barbijo. Ahora saltarán infectados con dos meses de retraso. Lo demás es marear la perdiz.
