Por el Dr. Felipe Martínez Pérez
La última semana ha estado movidita y por si fuera poco, lo de siempre, que los políticos están jugando con nosotros a ver qué pasa, pero esta vez con mucha aplicación o sea una materia que no se les olvida aunque no la han aprendido del todo y el virus les ha dado créditos para pasar el examen. O sea, que estamos ante unvergonzoso experimento que cae como quien dice dentro de la ingeniería social. A estos, sí que les ha caído del cielo a manera de un maná, pero destructor en donde nadan felices, en muchos sitios a nivel mundial, y sobre todo en el trágico triángulo en el que moramos. Buenos Aires, Caracas, Madrid, por orden alfabético para que no se les suba la sangre a la cabeza por el podio. Y este experimento es una linda manera de monitorear hasta donde se puede apretar buscando el dolor. O el tiempo que una población encerrada tarda en suicidarse o se viste de luz y rompe cadenas y cadenero. Se trata de viajar a una dictadurapor vía democrática. Y el virus les ha venido de perillas a estos y a los otros y lo curioso es que los otros y estos se pasean por el mundo adoleciendo de cabeza. Al punto que en chiste y en serio todos claman por la Merkel.
Por estas pampas surge autoritarismo al cerrar adrede el Congreso. O sea, que estamos ante un experimento macabro. Al punto que uno no sabe, si pensar que el alcalde de la capital estaba experimentando, o es un tonto a chorro, que ni siquiera sabe experimentar. Y dicen que este alcalde va para presidente. Pues, a lo que iba.No deja de llamar la atención que los que nunca se ocuparon de los viejos, es decir, primordialmente los políticos, de improviso y luego de noches sin dormir pensando, se les ocurra no dejarlos salir de su casa mientras ellos se pavonean con el dinero de ellos y de los demás diciendo chorradas por la calle y los medios y hasta se abrazan; y sin corbata ni tapaboca. Los viejos presos en sus casas. Nunca tuvieron una palabra de aprecio, al contrario, siempre depreciados con los dineros, aunque son muy dadivosos y humilladores,y los jubilan con lo que les canta. Basta mirar en derredor para ver que el número siempre los ponen gentes que como poco son sospechosos, y los quiere en casa y sin salir, pero nunca se ocupan de agilizar los miles de juicios, total los viejos se mueren, en casa, faltaba más.
Deberían tomar conciencia, y lo escribo por enésima vez que la foto de la Argentina actual, es que un jubilado no puede ingresar en el geriátrico más barato. O sea, una parva de gilipollas a chorro, que por si no bastare se encocoran. Los viejos demorados y en sus casas. Solo falta que les ponganlapulsera en la pierna, por si salen sin permiso para ir al almacén. O sea, que no han sabido adelantarse a la peste. Y la culpa la tiene el otro. No han comprado reactivos cuando debían y a tiempo, y ahora parece que todo se arregla con el tapabocas. Y que si usted señor lector o el viejo de la vuelta no se lo pone, pues casi tiene más culpa que la falta de reactivos, adrede. Porque se les cantó por bajeras no comprar, y cuando las papas queman pues son capaces de posternarse ante un avión a la manera de becerro de oro; y sin corbata. Parece que ahora hay reactivos y sabremos cuantos hay infectados. Y en vez de dejar presos a los viejos este señor y otros cuantos señores más o menos probos deberían ir pensando en reconstruir Argentina mediante un gobierno de coalición que no disgustaría aa la patria. En suma, aunque los polítiquillos no lo crean, porque su cabeza huera se lo impide, los viejos podrían enseñarles muchas cosas.Enprimer lugar a usar la decencia.
Cuando un viejo está en buenas condiciones físicas e intelectuales,sale y sale, porque eslo que le hace bien.Y tiene el deber y el derecho de salir, y de tomarse un café o un anís o caminar una cuadra o veinte, e ir al cine o al teatro, o visitar a la vecina de la otra cuadra. En suma,adonde sea feliz, con los recaudos pertinentes. Pero además, un viejo tiene proyectos, algo que nunca ha tenido ni tendrá un joven político, de los que vemos incordiando a diario a cada uno de los habitantes y a toda la nación. Salvo honrosas excepciones, solo tienen el proyecto de su bolsillo y por si no bastare, los usan para que derrapen las patrias. Lo vemos en la provincia o lo vemos en las economías. Pues sí,aunque no lo crea el alcalde la capital, los viejos tienen proyectos y piensan en el mañana y hasta pueden pensar más lejos dependiendo de lo que traen en su mochila. Y saben que un mozo puede morir mañana y un viejo vivir cien años.
Sucede, sin duda, que los viejos de estos mostrencos son distintos a los viejos que ni siquiera pueden pagar el geriátrico más modesto. Y el alcalde capitalino que en boca cerrada no entran moscas. Total los viejos, de él y de ellos, pueden ir al mejor geriátrico, o en casa tres mujeres más los francos, total pagan en dólares, que son los nuestros que se fueron en almoneda pública hace dos añitos. Como muestran la hilacha, a la primera de cambio. El asunto es que andamos camino de una dictadura; y con el voto.Faltaque corten la electricidad, y nos encontremos en las cavernas. O en la famosa y mítica “caverna”, y todo aquello que cuenta Platón; donde están los de afuera que les han robado el conocimiento y los de adentro que viven en la realidad que les cuentan los de afuera, o algo así. Conocimiento o cadenas. Y el confinamiento no soluciona la pandemia y arruinará el país. Test en cantidad y barbijos en totalidad; y a trabajar.
