8 de julio de 2025
Miguel Ángel Gargiulo presentó su libro sobre la pandemia.
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por
Chino Castro
Fue presentado el sábado el libro Fuimos Equipo, de Miguel Ángel Gargiulo, que reconstruye y pone en valor, a través de casi ciento cincuenta entrevistas, la labor de más de mil personas que por imperio de las circunstancias, tan extremas como desconcertantes, unieron fuerzas, coraje, voluntad y compromiso para mitigar el impacto de la pandemia de covid entre nosotros. Ellos son miembros de la sociedad civil especialistas en diversos oficios, el grupo de trabajadores/as del hospital, funcionarios municipales, actores culturales, medios de comunicación, instituciones.
El volumen recoge el clima de aquellos días en que todos y todas vivimos en peligro, y mediante el hilván del autor, que es sociólogo, ofrece además una mirada de alcance político respecto del decisivo rol del Estado durante esos dos años que nos marcaron para siempre. Fuimos Equipo fue presentado en el auditorio de la Biblioteca Rivadavia, que lució colmado al punto de que debieron agregarse sillas, y así y todo hubo gente que acompañó de pie lo que sin dudas constituyó una cumbre social y cultural vernácula. A la mesa se sentaron Miguel Gargiulo; Marcelo Amaro, médico y piedra fundamental de este proyecto editorial; Emilce Gómez, enfermera del hospital durante la pandemia; Mary Jofré, quien fuera secretaria de Salud, y la comunicadora social Daniela Roldán, que hizo las veces de moderadora del encuentro y además participó como revisora/ correctora de la elaboración del libro.
Fue justamente Roldán quien pronunció las palabras de apertura, en las que afirmó que nos debemos como sociedad una reflexión sobre cómo aquél período operó sobre el cuerpo social y la psiquis y también el cuerpo y la mente de cada uno, y realizar un duelo con el que despedir a los que se fueron. También señaló que el volumen, ya desde su mismo título, nos desafía como sociedad a volver a ser equipo, un imperativo que ha ido resquebrajándose desde que superamos aquella inusitada crisis.
A su turno, Miguel contó que el proyecto nació en charlas en el ámbito del PAMI, donde trabaja, con el médico Marcelo Amaro, que atiende pacientes por esa obra social y con quien coincidió en la necesidad de dejar por escrito una suerte de documento que plasmara aquella etapa tan dolorosa para la humanidad, en este caso en lo que respecta a nosotros. Fue Amaro el que le confeccionó al autor una lista con unos doscientos nombres de personas que participaron en esos meses de las labores de contención del virus, prevención y atención de los enfermos: médicos, enfermeros, camilleros, ambulancieros, personal en general del hospital y también actores de la sociedad civil que se plegaban voluntariamente a dar una mano en lo que hiciera falta, tales los casos de mujeres que se ofrecieron para confeccionar barbijos y camisolines, y, poco después, de expertos en montajes en hierro que se encargaron de armar los vacunatorios. De ese total de doscientas personas, casi ciento cincuenta dijeron que sí cuando el escritor les pidió su testimonio. Asimismo, en el volumen brindan su voz algunos de los vecinos y vecinas que padecieron el covid, y que gracias a la fortuna y seguramente a la vacuna sobrevivieron para contarlo.
Lágrimas que nos mojan a todos
Pero lo más emotivo del encuentro en el auditorio fue la palabra de Amaro y luego de Gómez: ambos enfatizaron, muy emocionados, que volverían a hacer lo que hicieron, y que en esos días "fuimos equipo", ya que de otro modo no se hubiese podido asumir una labor de tamaña magnitud, contra un 'enemigo invisible', como se motejaba al indescifrable covid. El cardiólogo recordó que trabajaban de cinco de la mañana a doce de la noche en el hospital, e incluso más: en esa dirección, trajo a colación la noche en que, a eso de las 2, su mujer lo sorprendió analizando posiciones de una almohada sobre la cama, en busca de determinar cuál era la ubicación mejor para quienes tenían que aguantar internados. Después que pasó el temblor, un paciente le aseguró que gracias a eso algunos salvaron su vida.
Amaro no sabe si fue así, acaso sea incomprobable, pero es hermoso creer que sí. El médico también evocó las jornadas en las que contra todo protocolo pusieron música alegre en los pasillos, para levantar el ánimo de los enfermos. A esto también se lo agradecieron tiempo después. Fundamentalmente, el cardiólogo recordó, con una incontenible emoción que nos conmovió todos, el día a día de esos larguísimos meses de dolor y desesperación, que podrían representarse en toda una galería de rostros y de palabras que guardará para siempre en su corazón y su mente, más aún porque la gente a la que veía padecer e incluso irse, a esos familiares despidiendo a los suyos por una ventana, sin poder abrazarlos, era en su gran mayoría conocida suya, tan vecinos bolivarenses como él. El ruido de las bolsas de plástico al ser cerradas, con un cuerpo ya sin vida en su interior, es algo que a menudo vuelve a estremecerlo, cuando alguna mañana los recuerdos regresan, y lo mismo les ocurrirá a todos los que pasaron por esa experiencia.
Por su parte Gómez, enfermera recién graduada entonces, relató que la carga de trabajo conjugada con el miedo a contagiar constituían un cóctel tal, que se mudó a vivir al hospital: vio una cama libre en la pieza 8 y allí se instaló, mientras dejaba a su hija con sus padres, su hermana y su abuela y se comunicaba con ellos por videollamada todas las noches. "Nos sentíamos más seguros en el hospital, con todo para cuidarnos, que afuera", graficó.
Durante la presentación, también se habló de la fundación esos crueles días del Laboratorio de Biología Molecular (el célebre LABBO), que abasteció con su trabajo no sólo a Bolívar sino a pueblos de la región, y de las salas vacunatorias que constituyeron la primera línea de la prevención inmunizando a decenas de miles de vecinos durante dos años.
En algún segmento, el autor puso en destacado el rol del Estado, en este caso el local encuadrado en el provincial y el nacional, sin el cual "no estaríamos hablando acá, no habría libro ni casi humanidad", ya que sólo un Estado presente fue capaz, y teóricamente lo sigue siendo hoy, de enfrentar una pandemia sin precedentes, por lo tanto desconocida, con todo lo que eso implicó. A propósito: mediante un video emitido por pantalla gigante, el propio intendente Pisano aseguró que esos meses constituyeron el periodo más difícil que tuvo que enfrentar un intendente, y nadie podría desmentirlo.
En otro pasaje, y en esa línea, Roldán invitó a la reflexión acerca de que quién sabe los primeros gérmenes del modelo de sociedad que tenemos hoy se incubaban entre la gente que ponía en tela de juicio el rol de aparato público de salud y las dirigencias a su cargo, oponiéndose a casi todo lo que se disponía como si la salvación sólo pudiera ser individual y ajena a medidas de un gobierno. Que estábamos bajo el yugo de un 'gobierno de científicos' que quería encerrarnos, coartarnos la libertad y vacunarnos a la fuerza, incluso con venenos, eran algunas de las 'delicadezas' que se decían aquellos días.
Fuimos Equipo ve la luz por Proyecto Pampa, emprendimiento editorial del propio Gargiulo y su compañera, Lorena Mega, e Impresiones Centro, de Ignacio Bedatou, con un aporte económico del Senado de la Provincia de Buenos Aires gestionado por el senador Eduardo Bucca. Además de palabras contiene fotos en blanco y negro -de hecho, el subtítulo es Voces e imágenes de la pandemia-, para un total de más de cuatrocientas páginas de emoción condensada. Durante la presentación hubo ejemplares a la venta, y ahora quedarán disponibles en comercios locales a 18 mil o 20 mil pesos (a definir).
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