Cada año, miles y miles de personas necesitan un donante de médula ósea para recuperar su salud y salvar su vida. Muchos de ellos no cuentan con un donante que sea compatible en su familia, y es por ello que deben recurrir a un donante no emparentado en el Registro de Donantes.
En nuestro país, para ser donante de médula ósea hay que donar sangre en alguno de los centros de donación habilitados en los servicios de Hemoterapia de los Hospitales y Bancos de Sangre de todo el país (en el hospital de nuestra ciudad).
Estas muestras son enviadas al Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), y si esa persona está apta, pasará directamente al registro internacional de donante de médula.
Silvia Lioca, técnica del Servicio de Hemoterapia del Hospital Municipal Miguel Capredoni y referente delINCUCAI, habló con LA MAÑANA acerca de la donación de médula ósea.
“Es un tema complejo, porque cuesta muchísimo conseguir un donante. Cada 40 mil personas pueden salir solo uno compatible. Tiene que serlo en un 99,9%, debido a la médula ósea son células madres del organismo. Si hay un porcentaje menor, y no queda otra, el trasplante se lleva a cabo, pero muchas veces no da resultado”, expresó.
En Bolívar, tuvimos un caso donde una chica le donó médula ósea a una nena en de Córdoba. Hace pocos días, Lioca envió muestras de posibles donantes a Estados Unidos: “cuando llegue el resultado recién nos van a decir si esta persona puede ser compatible o no”, manifestó.
Durante mucho tiempo, donar médula ósea ha sido un “tabú” en la sociedad. Muchas personas se la confunden con la médula espinal, la cual se encuentra en la columna vertebral y transmite los impulsos nerviosos a todo el cuerpo, y nada tiene que ver. Por ende, donar médula ósea no interfiere en nada con la columna ni con este sistema y se puede donar en vida.
“Donar es muy importante, se han salvado muchas vidas. A la mayoría le interesa, algunos al principio tienen miedo, pero después se animan”, aclaró la referente del INCUCAI.
Para ser donante debés tener entre 18 y 40 años, gozar de buena salud, pesar más de 50 kilos y no tener antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas.
Por Facundo Abel.
