La llegada del verano trae consigo cada año la apertura de la temporada de triatlones, y uno de los pocos referentes que tiene Bolívar en esta especialidad es actualmente Rubén Martín. Por ello La Mañana lo consultó sobre lo que tiene en agenda pero además le pidió un balance de los que le dejó el 2023 y esto fue lo que señaló:
– “Yo había tenido un 2022 con muchísimas competencias. Terminé ese año con el Ironman de Mar del Plata y ya me había inscripto para hacer, en mayo de 2023, el Ironman de Florianópolis, en Brasil. Me había propuesto que después de esa carrera iba a tomarme un año relajado, sobre todo en los entrenamientos, para reducir la cantidad de kilómetros que venía haciendo. Le venía dedicando muchas horas así que me dije que iba a parar un poco… Así que en el 2023 mi prueba más importante fue por supuesto mi séptimo Ironman en general y mi cuarto Ironman en Brasil. Después hice algunos triatlones más cortos y un Medio Ironman, al que vamos todos los años e incluso ya estamos inscriptos para concurrir nuevamente en abril, que es el de Santa Ana. Antes se hacía en Concordiay desde hace unos años se hace en esa localidad de Entre Ríos.
A partir de junio, después de volver de Florianópolis, no paré nunca pero hice entrenamientos ‘lights’, livianos, nada que ver en comparación con los que uno hace en la preparación para un Ironman.
Esto lo hice con la idea de retomar este año con las prácticas más fuertes, así que desde la semana pasada empecé a entrenarme en doble turno”.
Costos que complican
– “Claro que hoy la situación económica está super difícil, al hablar de ir a un Ironman hay que pensar todo en dólares… Por ahora tengo en vista ir al Medio Ironman de Santa Ana, en abril, y tal vez haga algunos “ruraleos” que se hagan acá en la región, aunque hoy se ha puesto difícil hasta para movernos en auto debido al aumento del combustible.
Han cambiado los presupuestos, incluso muchas carreras no se están haciendo por esta misma razón. Los números no le dan a los organizadores, que tienen que cobrar un disparate y saben que una inscripción muy alta se quedan sin gente. Si hoy ponen un precio, en unos meses están perdiendo plata y por no arriesgarse deciden no organizar más competencias. Por ello, muchas carreras han dejado de hacerse, al menos por este verano”.
La pasión, intacta
– “Así que ha sido un 2023 en el que si bien me entrené seis veces a la semana, lo hice algo más relajado, más que nada para no saturarme y para que no me pase lo mismo que le ha ocurrido a muchos: terminar abandonando. En mi caso, por suerte, por ahora me sigue apasionando esta actividad y en cuanto pueda, voy a volver.
Fue un año de transición, de entrenamientos ‘tranquis’ a partir de junio, pero ahora ya arrancamos otra vez.
Tengo la esperanza de que este año se haga el Ironman de Mar del Plata, en diciembre, que dentro de todo sería el más barato al que podríamos acceder. Una vez que pagás la inscripción, al hacerse en tu país resulta todo más fácil que viajar al exterior.
Todavía no sé bien qué voy a hacer el resto del año, pero al menos voy a seguir entrenándome. La situación está difícil, hoy ya es un lujo hacer lo mismo que antes hacíamos de manera natural o sin mucho esfuerzo económico. De todas maneras voy a seguir entrenando; ojalá mejore la situación y podamos asistir a las carreras de distancias largas, porque son las que más me gustan.
Veremos cómo se presenta este 2024, quizás haga también alguna carrera de calle y lo que vaya surgiendo, porque hay incertidumbre en cuanto a la organización de muchas carreras. Además, hemos quedado poquitos corredores en Bolívar para hacer este tipo de carreras; pero quienes seguimos, tratamos de representar a la ciudad de la mejor manera posible”.
