Como señalamos en nuestro anterior repaso de la situación de los equipos de la Primera Nacional con presencias bolivarenses tras la finalización de la fase clasificatoria, la peor parte la llevó Villa Dálmine.
Y desde hace años, la simple mención del club de Campana es traer a la mente la imagen de Renso Pérez, el volante de Bolívar que por circunstancias del fútbol transitó varias etapas con esa institución. La del descenso a la Primera B, consumado una fecha antes de la finalización del fixture, fue sin dudas la peor que le tocó vivir al ex Empleados y Barracas Bolívar con el “Violeta”.
La Mañana lo contactó para conocer sus sensaciones, cómo vive este momento tan difícil en la historia de un club al que quiere y en el que terminó siendo nada menos que capitán del primer equipo.
Esto es lo que dijo:
– Sinceramente, este año ha sido futbolísticamente muy malo. Comenzó siendo muy positivo para mí por volver a Villa Dálmine, un club donde fui muy feliz. Me reencontré con su gente, la institución me abrió sus puertas y pasé muchos lindos momentos. Empezamos de buena manera, con el club bien armado; el año pasado se había salvado del descenso en las últimas fechas y para esta temporada quisieron renovar todo. Había mucha onda positiva pero con el correr de los meses y del torneo, todo terminó de la manera que nadie quería. Ni el más pesimista se hubiese imaginado esto. Antes de producirse el descenso pasaron muchas cosas en el medio que, si las contara, se haría muy largo de explicar, pero terminaron yéndose dirigentes, gente del club, los que vinieron a invertir… Nosotros, los jugadores, obviamente también somos grandes responsables de la actualidad del club y de la forma en que terminamos, somos los que ponemos la carita; pero vamos acompañados de la dirigencia.
– Es una lástima haber terminado en un descenso, y que esto me haya pasado en Dálmine, particularmente a mí me pegó muy fuerte.
– El año se hizo largo, atravesamos muchas situaciones. Personalmente, pasé por algunas lesiones que nunca había tenido… Uno sabe, la gente te escribe, la familia te dice que son cosas que pueden pasar, pero el que es futbolista, vive de esto, respira fútbol, sabe que no es lo mismo descender, no es lo mismo clasificar a un Reducido, no es lo mismo ascender… Nosotros vivimos todo esto de otra manera, nos pega diferente, así que sufrí bastante con Dálmine. Sufrí bastante porque entiendo que tampoco estuve a la altura de la competencia; recién en este último tiempo, en las últimas siete u ocho fechas, recién pude ponerme físicamente bien, a tono con mis compañeros, pero ya era tarde para revertir esto…
– En el final del campeonato veníamos asimilando esto y terminó pasando lo peor, así que se sufrió bastante.
¿Qué viene?
– En cuanto a mi futuro, tengo contrato hasta el 31 de diciembre. Vamos a tener dos semanas de descanso y volveremos a las prácticas para completar el contrato. Después, si sigo o no en el club no lo sé. Hoy en día se hace muy difícil y no se debe al tema de bajar de categoría, al contrario, eso es secundario para mí porque no tengo problema en jugar en cualquiera. La cuestión pasa porque hoy el club, en cuanto a lo dirigencial, no está de la mejor manera, está todo en “veremos”. Hay gente en espera para saber si los dirigentes se van o se quedan, hay interesados “de afuera” que podrían llegar, así que en principio tendría que aclararse eso para tomar decisiones en cuanto a continuar en el club. Por ahora estoy en Campana, disfrutando de mi hijo, mi señora y los amigos que tengo acá, y obviamente con el apoyo de toda mi familia y mis amigos de Bolívar. Ya veremos más adelante cuál será mi próximo destino; ya decidiré si sigo en Dálmine, algo que veo muy difícil pero sigue siendo una opción a futuro.
