Diario La Mañana. San Carlos de Bolívar +54 9 2314 53 5776

viernes, 03 de mayo de 2024
14.3 C
San Carlos de Bolívar

Los restos de un avión incendiado que no terminan de apagarse

Pérez dio a conocer su documental sobre el accidente aéreo de 1957.

- Publicidad -
- Publicidad -

El accidente aéreo que ocurrió en Bolívar el tormentoso 8 de diciembre de 1957 enlutó al país: fue la primera gran tragedia en la materia ocurrida en la República Argentina, y casi setenta años después permanece como el tercer siniestro aéreo nacional en una escala de gravedad, junto al de LAPA y alguno más.

Nuestro pueblo quedó marcado para siempre, y de ese brutal suceso se ocupa el cineasta Marcelo Pérez, que acaba de dar a conocer en la plataforma YouTube una crónica de aquél accidente protagonizado por un avión que cayó cerca del arroyo de Vallimanca, mientras transportaba a más de sesenta personas (incluida la tripulación) de Ezeiza a Bariloche.

“Es un hecho significativo en la historia, pero el tiempo ha ido provocando que deje de perdurar en la memoria de la gente. A veces me sorprendo, al hablar con uno y con otro, de que no se tenga ya noción de aquello”, dijo a este diario Pérez, que comenzó a pergeñar su documental, un mediometraje de unos veinticinco minutos de duración, poco después de extinguida la pandemia. Es su modo de recordar el hecho y homenajear a las víctimas.

El director de varios cortometrajes que hemos visto en el Avenida se valió de material de archivo para construir su relato sobre aquél suceso, básicamente recortes de diarios de la época que informaron sobre el siniestro, pero también algunos valiosos testimonios de bolivarenses que se hallaban cerca del lugar, la zona del Vallimanca, y vivenciaron como testigos una catástrofe que retumbaría en el país. Ellos son Mirta Pagés (tenía entonces ocho años), Horacio Cañete y el ‘Cholo’ Dimassi. La palabra de Mirta es particularmente estremecedora: cuenta que, siendo la niña que era entonces, vio pasar cerca del suelo una mole de enormes proporciones dentro de la cual titilaban brazos agitándose desesperados, y que ella pensó que eran de pasajeros que saludaban. “Y en su inocencia de sus ocho años, Mirta respondía a esos saludos”. Terrible.

Se estima que el avión golpeó contra el piso en medio de la tormenta a cuatrocientos kilómetros por hora. “Se desintegró”. Llevaba mucho combustible, ya que desde Ezeiza a Bolívar “había cumplido un recorrido menor”, puntualizó Pérez.

Acerca de aquella desgracia, se han tejido desde entonces muchas leyendas -no siempre felices- con vecinos y vecinas bolivarenses como protagonistas, pero Pérez no da fe de nada de ello.

El trabajo, un “perfil costumbrista más que un documental con rigor científico o una investigación” según el propio realizador, se monta en el guión elaborado por Pérez y es narrado por una voz en off que el propio director construyó con un programa de Inteligencia Artificial (IA), y que aporta un toque lugareño.

Hacia el final, el documental aporta precisiones que surgen del peritaje de la fuerza Aérea, al que tuvo acceso el director.

La unidad se precipitó a tierra en medio de una feroz tempestad. Se trataba de un avión muy nuevo, un Douglas DC4 cuatrimotor que la fuerza Aérea había adquirido en Estados Unidos en enero de 1957 y que recién había sido puesto en circulación como unidad para pasajeros en abril, es decir apenas ocho meses antes del accidente. Había pronóstico de mal tiempo, pero no era como ahora, que la tecnología permite acceder a partes permanentes sobre las condiciones climáticas. “El piloto sale a las tres y pico de la tarde con un informe generado a las seis de la mañana. Quizá el error fue que la Torre que autoriza a volar no tuvo una real magnitud de lo que era esa tormenta que iba a haber que superar”, consideró el realizador. Con el diario del lunes, una autorización que resultó temeraria. Peor aún al entrar en combustión con la imprudencia del piloto, que intentó atravesar semejante frente de tormenta, una de las típicas tempestades de los veranos bonaerenses, virulentas y a menudo breves. Así lo marca el informe al que tuvo acceso, afirmó Marcelo Pérez.

Con su proyecto colaboró la gente de Archivo Municipal y en particular su encargado, Santos Vega, quien por su parte está indagando, “con un rigor sí más científico”, en documentos que permitan reconstruir aquel desastre aéreo.

La intención del director era estrenar su obra el 8 de diciembre, cuando se cumpliera un nuevo aniversario, pero por razones técnicas de edición debió postergar su lanzamiento veinticuatro horas.

La intención de Pérez es proyectar su trabajo en el Cine Avenida, para lo que habrá que analizar las condiciones técnicas correspondientes.

El accidente que sucedió acá inauguró un triste derrotero, que escribiría su negro segundo capítulo apenas dos años después, en 1959, cuando un avión se estrelló en San Antonio de Areco, también provincia de Buenos Aires.

Chino Castro.

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

Más Leídas

Edición Impresa

- Publicidad -
- Publicidad -
spot_img
spot_img