ESPECTÁCULOS. Una película para pensarnos, pero también para disfrutar del buen cine

Proyectada en nuestro reciente festival "Leonardo Favio", La noche sin mí se convirtió en una favorita del público que asistió a esta duodécima edición, un poco por la presencia de Natalia Oreiro y otro por la propia película, una obra desafiante con la que las directoras se proponen activar el debate sobre ciertas cosas de las que no se habla, en relación al histórico sometimiento de la mujer a las 'leyes' no escritas del patriarcado. Aquí, una de las realizadoras, Laura Chiabrando, nos cuenta de qué va un largometraje al que describió como "no clásico", y cómo fue trabajar con Oreiro.

¿Qué cuenta La noche sin mí?

- La película acompaña una noche de Eva, que está encarnada por Natalia Oreiro, en la que ella se da cuenta de que el mundo que viene sosteniendo ya no le es cómodo. De ahí en más tendrá que empezar a pensar en qué hacer con esa vida que hace años viene llevando. Es una película que tiene una trama cotidiana, porque es una sola noche, en la que pasan las cosas de una noche pero lo que vemos es el interior del personaje, cómo empieza a percibir diferente y cómo todo lo que va sucediendo comienza a atormentarla. La película habla de una familia que está atravesada por violencias, y microviolencias, y sobre los mandatos familiares y cómo las mujeres sostenemos muchas veces lo que nos es dado, pero de pronto en algún momento nos damos cuenta de que habría que poner límites.

"Vengo viendo mucho la peli, y me pasa siempre lo mismo: tras el segundo plano la dejo de ver, ella ya no está, es como mágico. Se entregó con una humildad admirable. Crea un personaje, y en la peli vive ese personaje".

Un tema que pertenece a cualquier época, si bien con ojos actuales puede 'leerse' quizá de otro modo, al calor de la lucha feminista y de algunas reivindicaciones conseguidas por la mujer de estos años, pero en realidad mujeres como Eva, sometidas por el patriarcado, ha habido siempre.

- Sin dudas. De hecho, nosotras pensamos que hay algo de la época que nos acompaña como mujeres, hay un montón de espacios y luchas ganados pero en la intimidad es lo que pasa puertas adentro, que ahí es más difícil poder hacer movimientos individuales, entonces esa distancia entre lo que puede ser lo colectivo de una sociedad y lo que pasa en lo íntimo de una casa es un poco lo que sigue sucediendo. Por eso también pensamos que la peli habla de cómo educamos, aceptando y continuando inmersos en situaciones de violencia educamos a nuestros hijos en que eso es válido. Mirá que hemos ganado cosas, pero el otro día en Bariloche un pibe cordobés salió disfrazo de mujer violada, así que, bueno, hay algo que sigue pasando vinculado a la violencia y al género. Sí, sin dudas creemos que de alguna manera interpela a muchas generaciones y que hay un cambio que tiene que empezar a darse desde pensar lo íntimo, y no tanto lo que ocurre en el afuera.

"Mirá que hemos ganado cosas, pero el otro día en Bariloche un pibe cordobés salió disfrazo de mujer violada, así que, bueno, hay algo que sigue pasando vinculado a la violencia y al género".

En todo caso, desde lo íntimo a lo macro, porque tan es así que el machismo ha reaccionado a ciertos avances construidos por el feminismo que en el mundo gobiernan líderes como Trump, o Milei mismo acá. Gente violenta, que implementa medidas violentas pero que además son violentos discursivamente, gestualmente; gobiernos violentos ha habido siempre, con discursos componedores, la novedad es que ahora los líderes de derecha emplean modos brutales de vincularse y de comunicarse...

- La violencia va ganando espacios. Se habilitan un montón de cuestiones que no eran parte de la sociedad. Así como se habilitan la violencia verbal y el desprecio verbal, se sacan espacios a los que las mujeres víctimas de violencia podrían recurrir. Un montón de espacios que se ocupaban de la violencia de género están siendo dados de baja, entonces hay algo que nos parece que la peli aborda. O sea, justo logramos estrenarla en un momento en que es necesario dar este debate.

Una peli con Oreiro, no la peli de Oreiro

La noche sin mí cuenta con la participación de Natalia Oreiro, que una vez más despliega una labor que calificaría de deslumbrante. Me imagino que para vos y el equipo, contar con ella ha sido no sólo un placer, sino un honor.

- Sí, sin dudas. Increíble. María 'Lau' (María Laura Berch), la otra directora, es muy amiga de 'Nati', la acompaña desde sus primeros pasos, por ejemplo en Infancia clandestina la acompañó. Por eso la convocamos fácilmente. Leyó el guión y le pareció que también para ella sería un desafío actoral participar del proyecto. Y para nosotros fue mucho aprendizaje, 'Nati' es una persona muy generosa; fueron muchas conversaciones, aportó un montón de cosas, y también habitar el personaje de Eva actoralmente le fue generando más capas a esa Eva.

Y seguramente la figura de Oreiro tracciona mas público a las salas...

- Sí. Pero nosotras hicimos una apuesta a que es una película de autor, que tiene un lenguaje que no es el de una película clásica. Ahí hay una distancia: que esté 'Nati' sin dudas nos ayuda, pero la obra no se 'salva' sólo por eso, ya que no es una película clásica. Entonces va mucha gente y queda sorprendida de pensar el cine de otra manera, y eso es lo que nos gusta. La gente sí se acerca quizá por 'Nati' a verla, porque además todas las notas hablan de su maravilloso trabajo, pero lo lindo para nosotras es que muchos vienen a decirnos que después del segundo plano se olvidaron de que era 'Nati' la actriz, dado que su trabajo es increíble y pareciera despersonalizarse. Y lo bueno es que genera pensar el cine desde otro lado. Pero sin duda que el hecho de que ella esté, para nosotras gesta un canal muy importante.

Claro. Lo definiría así: es Oreiro en una película, o una película con OIreiro, no la película de Oreiro.

- Claro, está bueno eso, sí. Sí. A mí, que vengo viendo mucho la peli, me pasa siempre lo mismo, es decir que tras el segundo plano la dejo de ver, ella ya no está más, es como mágico lo que pasa. Hay algo de su entrega en el set... Ella está despojada de todo, se entregó a trabajar de ese modo; incluso hasta la propuesta estética de los planos juega acá, porque no son planos que puedan favorecerla estéticamente, si quisiéramos decirlo de alguna manera, y ella se entregó a eso con una humildad admirable. Crea un personaje, y en la peli vive ese personaje, directamente.

Recién me decías que no es una película clásica. ¿Por qué, a qué te referís?

- Los relatos clásicos tienen primero un conflicto central. Hay un personaje central, que sería el héroe, que una vez que se desata ese conflicto se pone en acción para lograr el objetivo de solucionarlo. En este caso, indudablemente hay pequeños conflictos, ella tiene un conflicto, que podrá ser interno, pero lo que mueve el relato no es el conflicto sino las tensiones que se van generando esa noche.

La noche sin mí (65 minutos) es protagonizada por Natalia Oreiro junto a Pablo Cura, Matilde Creimer Chiabrando y Teo Inama Chiabrando. Está en exhibición en cines del país, en algunos casos con debate posterior. En nuestro Avenida, tendremos funciones hoy y mañana a las 20, con entradas a 2600 pesos.

Una escena capital: mejor hablar de ciertas cosas

La noche sin mí guarda una escena capital, que en redes sociales alguna gente cuestionó al considerar que tal vez no era necesaria. Sin embargo, en ese fragmento de la película Natalia Oreiro se luce a un nivel superlativo. Se trata de un episodio violento, en la que su rostro en primerísimo primer plano permanece en cámara unos dos o tres minutos, tiempo durante el cual su desempeño resulta conmovedor.

Las directoras la consideraron una escena "necesaria", toda vez que, más allá del deslumbrante despliegue de la actriz, simboliza y pone sobre el tapete todo un corpus de miradas y de lógicas que han regido por años las relaciones entre hombres y mujeres, en este caso dentro del esquema marido-mujer, signadas por la naturalización de abusos que siguen operando.

"Sí, es una escena fuerte, pero fuerte para poder debatir, y eso queremos con la película: promover que se empiece a hablar de ciertas cosas que no se hablan", argumentó una de las directoras, Laura Chiabrando, durante su entrevista con este diario. No casualmente el acto en cuestión transcurre en la cocina.