JUEGOS BONAERENSES. Mónica Emateguy consiguió la única medalla no deportiva en las finales de Mar del Plata

Los Juegos Bonaerenses tal como los conocimos en la década de 1990 ya no existen. Delegaciones municipales de los 135 distritos (en esa época eran algunos menos) llegaban desde los distintos puntos cardinales bonaerenses a Mar del Plata para competir en las finales, que eran un premio al esfuerzo de los deportistas y de quienes se dedican a la cultura, que en algunos casos era la primera vez que visitaban La Feliz.

Con el correr de los años y de la caída del poder económico general, incluido de los gobiernos provinciales y locales, aquellas fastuosas finales pensadas por el entonces gobernador Eduardo Duhalde fueron mermando en cantidad de concurrentes hasta llegar a lo que son hoy, un puñado de personas definiendo las medallas.

Cada vez son menos los competidores que llegan a Mar del Plata, porque hay disputas previas zonales y regionales que filtran a los participantes y dejan que a la Costa Atlántica lleguen sólo un puñado, posiblemente los mejores, sí, o no, es imposible saberlo; pero sí claramente muchos menos de los que iban antes.

Bolívar nunca se ha destacado en el medallero, sí ha obtenido logros importantes en cuanto a los atletas y personas con capacidades diferentes; pero en los convencionales hemos tenido momentos muy espasmódicos.

En esta oportunidad la única medalla no deportiva se la trajo Mónica Emateguy, quien compitió en plato principal, Cocineros Bonaerenses.

La bolivarense obtuvo el bronce y compartió el podio con representantes de municipios importantes como La Plata y Lomas de de Zamora. Felicitaciones.