14 de junio de 2025
Buen amigo, de trato cálido y directo. Lo despedimos con mucho afecto y garantizamos su permanente evocación.
Escuchar artículoJuan Carlos Leonetti perteneció a un grupo de jóvenes entusiastas que en la década de los 70 abrazaron con pasión el arte en sus diversas formas para transformarse, con el paso de los años, en verdaderas referencias culturales de Bolívar.
De todas sus pasiones sin dudas fue el teatro la plataforma donde se ubicó más cómodamente casi como un juego personal que lo llevó, más tarde, a ser incluso profesor y formador de nuevos actores en aquella experiencia jugosa que se llamó Nacioteatro con sede, precisamente, en el viejo y querido Colegio Nacional de la calle Güemes.
El Teatro Vocacional Independiente El Mangrullo, que había sido fundado en 1959 por un puñado de hombres y mujeres que precedieron en tiempo a Juan Carlos, fue receptor de su dedicación, su talento, su amor por la actividad y a su influjo y el de otros tantos apasionados como él, la institución vivió quizás sus mejores años, con puestas memorables que difícilmente puedan escapar al buen recuerdo.
Buen amigo, de trato cálido y directo, Juan Carlos siempre estaba dispuesto a brindar su aporte a instituciones que lo necesitaban, fundamentalmente aquellas vinculadas al ámbito de la cultura.
La italianidad fue otro de sus desvelos. Presidente en varias oportunidades de la Sociedad Italiana, dedicó su trabajo a favor de los descendientes de aquella otra patria lejana de tantos bolivarenses, facilitando trámites de ciudadanía y, ante todo, dictando sus ilustradas clases del idioma del Dante, que manejaba a la perfección.
Su fallecimiento, ocurrido este sábado en Bolívar, baja un telón de tristeza en la ciudad. Lo despedimos con mucho afecto y garantizamos su permanente evocación.
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