17 de septiembre de 2025
Contiene tres cuentos, dos basados en episodios reales.
por
Chino Castro
Carlos Gerardo Romano no para de escribir. Todas las noches, algunas horas, se zambulle en las historias que tiene en curso y le busca la punta al ovillo, la salida al laberinto (siempre se sale por arriba, según Leopoldo Marechal): nada más entretenido, por tortuoso que pueda por momentos resultar, y Romano lo sabe.
Sus relatos rescatan episodios reales ocurridos en Bolívar, Urdampilleta (pasó una década en esa localidad a la que le gusta llamar Torrecita) y otros pueblos en general rurales, pero el costumbrismo no es la única especialidad de su cocina ya que también elabora historias de amor y, últimamente, algunos cuentos donde el humor es el turbo que lleva la narración.
En estos días, Carlitos tiene listo su quinto libro, Caleidoscopio de historias, que también vio la luz por el taller Gráfico El Impresor y tutelado por Yamila Asín, a quien el autor brinda un cálido agradecimiento en la página final.
Caleidoscopio de historias encierra tres cuentos, dos de ellos basados en sucesos que acontecieron en la realidad. Uno de esos relatos ocurrió en una ciudad cercana a La Plata. Le fue narrado a Romano por Gael Torres, un peruano encargado de una cochera al que por motivos personales el bolivarense iba todos los martes del año 2000. Se llama El reencuentro, y da cuenta de la trama de vida de alguien que guardaba su coche en ese lugar, transmitida a Carlitos por Gael. "Es una linda historia, interesante, llama la atención por la forma en que sucedió; en Bolívar han sucedido cosas así", dijo Romano en entrevista con este diario días atrás, con su nuevo libro recién salido del 'horno'.
Otro de los textos, Costa larga, tiene epicentro en Cutral Có. El testimonio en este caso le fue brindado al escritor por Juan Martínez en Puerto Deseado, donde Romano trabajó un periodo. "Juan era de Cultral Có, y nos hicimos amigos en Deseado. Esta historia aconteció en su pueblo, en una estancia de unos ingleses que la compraron en la época de la colonia y fue pasando de manos (llamada justamente Costa Larga). Hasta que apare ce el personaje del cuento, alguien que pasaba droga de Chile y nadie lo sabía. Se arma entonces un lío complicado, y de eso habla este relato", reveló su autor.
El último cuento, donde surge el humor, es protagonizado por el Juancho, un personaje creado por Romano, alguien que "es el que hace las trapisondas en el campo. Un tipo bueno, de esa gente que va por la vida 'a todo bueno', viviendo. Se manda sus macanas, y hay en esa narración partes muy cómicas. Corrigiéndolo por última vez me seguía riendo, así que pienso que va a tener buena aceptación. Se titula El Juancho". Los episodios protagonizados por este personaje afecto a provocar líos tienen lugar en un pueblo rural imaginario, que podría ser Bolívar.
El libro contiene 177 páginas, y una ilustración de portada, un collage, auto ría del "talento" de Yamila Asín y del "aguante que me tiene", a partir de una idea del autor, mencionó con gratitud el propio Carlitos. "Ella capta rápidamente las ideas que le tiro, me las modifica y finalmente me rejuvenece y mejora; le pone a lo que le llevo ese toque femenino que tiene que tener todo", se prodigó en elogios el autor.
Caleidoscopio de historias ya se encuentra a la venta en Mundo Gurí. Está dedicado a Gael Torres y Juan Martínez.
Mientras tanto, Carlos Gerardo Romano ya tiene listos dos libros más, el sexto y el séptimo, en espera en los talleres de impresión. El primero se titula De Guipúzcoa a Puerto Deseado, y narra una historia también real, protagonizada por él mis mo. "Algo raro", adelantó. El segundo estará referido a Urdampilleta, localidad bolivarense donde pasó diez fundamentales años de su vida, entre 1950 y 1959. Se llamará Mi Torrecita.
"No soy un escritor, soy una persona que escribe, nada más. Y hay tantas cosas que te van tirando para atrás...", descerrajó Carlos Gerardo Romano en un segmento de la entrevista, cuando anunció que su obra sobre Torre cita, con turno en el taller gráfico de Yamila Asín, quizá significará su des pedida como escritor 'formal', como alguien que se paga sus propias ediciones. Acaso sin querer convocó a que la charla periodística sobre su nuevo libro se fuera por esa rama, o capaz que, queriéndolo sin saber, ya que, lo advertiremos en las siguientes líneas, el asunto le viene 'comiendo la cabeza', como se dice en el barrio.
¿Qué cosas "te van tirando para atrás"?
- ¿Sabés qué pasa? Y no sólo a mí, creo que les su cede a todos los escrito res de Bolívar. Si alguien hace algo... Yo me refugio en el diario LA MAÑANA, pero hay otros que ni eso. Y se olvidan, vamos que dando olvidados, pero yo creo que si estamos haciendo algo para Bolívar, en Bolívar y por Bolívar, tendrían que darnos un poquito más de difusión.
Vos sentís que la figura del escritor, o simple mente de alguien que escribe, no representa nada en la sociedad de hoy.
- Si mis libros son buenos, mejor, y si son malos, me gustaría que alguien me lo dijera. Porque cuando te critican no te dicen del libro, que tu libro es malo, sino que dicen "che, este tipo, otro libro más...".
Parece que molestaras.
- Y sí, pareciera que sí (sonríe). Aunque yo sé que tengo mis lectores, que me llaman, que les gusta lo que hago.
A ver si te entiendo: sentís que no hay un reconocimiento institucional para alguien que ya ha escrito y publicado media docena de libros. Tenemos instituciones de la cultura en Bolívar, que por lo que decís infiero que no te han llamado, como si no supieran que existís. Por fortuna y por el trabajo de muchos/as, hoy con tamos en la ciudad con bibliotecas, con una rica vida cultural y artística, existe además un Estado municipal con una Dirección de Cultura, hay gente que organiza presentaciones artísticas. ¿Nadie te ha llama do nunca en todo este tiempo?
- Mirá: si vos hoy día nombrás a Ulises Pérez Risso, no saben quién es. Y es un escritor fabuloso.
Vuelvo al inicio, intentando interpretarte: vos sentís que, como sociedad, no les damos ni cinco de pelota a los escritores. Has publica do cinco libros, ¿nunca nadie te ha convocado a presentar alguna de esas obras?
- No. Nunca. Nadie. Nadie.
Y eso te ha quitado las ganas de escribir.
- Eso y algunas cositas más.
Más que las ganas de escribir, lo que estaría dejando de interesarte es seguir publicando. Una cosa es escribir, otra publicar, salir a mostrar y compartir.
- Te digo que lo digo y me siento mal, porque me en canta escribir, que es algo que me ha surgido con fuerza estos años. Quizá el libro sobre Urdampilleta lo presente allá, porque de allá ahora sí alguien me convocó, personas vinculadas a la biblioteca.
¿Y podrías escribir sin estar tan pendiente de publicar, sin esa meta? Escribir por escribir, digo.
- Sí, sí. Yo nunca pensé en la venta del libro, en ganar dinero con eso, no, no. Lo que digo es: si este libro entretiene a cierta gente, o le enseña algo a cierta otra, o a algunas personas les gustó leerlo, me doy por satisfecho.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
POLICIALES
El hombre fue aprehendido luego de intentar robar en una despensa y, con allanamientos posteriores, la policía recuperó carne y elementos vinculados al hurto ocurrido el 29 de noviembre.