MÚSICA. Emilio Díaz Gerea dio a conocer su primer disco, "Sueños de febrero"

Está disponible desde ayer a las 19 horas en las plataformas digitales de audio Sueños de febrero, primer Ep del urdampilletense (aunque nació en Mar del Plata) Emilio Díaz Gerea, con tres canciones de su autoría grabadas en su estudio casero en CABA que navegan las aguas del pop argentino clásico con dosis de melancolía y críticas a la modernidad.

La obra abre con Sueños de febrero y continúa con Hombres de piedra, "la más floydeana de todas", en la descripción que su autor brindó a este medio en entrevista telefónica haces unas tardes. Cierra el trabajo Resplandor, influenciada por la tradición de "nuestro preciado rock, con mucho de Charly, de Fito". Por su parte, Sueños de febrero evoca a Mar del Plata y a su niñez.

"Hablo mucho de los recuerdos, del tiempo, del paso del tiempo; mis canciones contienen melancolía", enumeró el artista, que toca teclados en otras dos bandas de impronta bolivarense, por el origen de algunos de los músicos que las componen, como son San Francisco al Sur y Cascada, la primera ya con un nombre ganado en el siempre bullente circuito platense y la segunda más habituada al ámbito metropolitano, donde ha tendido su radio de acción bajo la tutela de su líder, Tomás Cascallares.

Perderse "entre tanta luz"

En la portada del álbum se lo ve a Emilio sosteniendo un teléfono antiguo (el que traía disco), con su base desvanecida. "Estoy queriendo mostrar que parte de los recuerdos se difuminan un poco, los conservamos pero no exactamente como los vivimos. Y sostengo que ese teléfono sí está presente, se ve claro: son las cosas que nos quedan", explicó el autor, que tiene un interés especial por objetos y artefactos viejos, que alguna vez irrumpieron en nuestro devenir para simplificarnos la vida y hoy no son más que trastos que no sirven para nada. De hecho, en Resplandor hay una crítica a la modernidad, entendida como la ansiedad de correr tras el último grito de la moda en materia tecnológica. Dice 'Emi' allí: 'Puedo ser más que ayer /y a la vez me pierdo entre tanta luz'. "Siento que ahora está todo tan a la mano... Y es difícil agarrar todo lo que tenés al alcance. Antes era una tecnología más simple, pero que ofrecía quizá los mismos resultados", argumentó. En la materialización de su idea de portada lo asistió la artista visual platense Luisina Imaz.

Sueños de febrero es una obra pensada "para que se escuche de corrido. Soy de la cultura de lo conceptual", definió el compositor de las letras y las músicas, que para el álbum tocó y grabó en su estudio casero casi todos los instrumentos, básicamente teclados.

Justamente, acerca de su proceso de composición Díaz Gerea puntualizó que "todo sale junto", letra y música. "Nunca prosperó una letra sin que haya tenido su música al mismo tiempo, esas cosas han quedado guardadas en un cuaderno sin conseguir evolucionar. Sin embargo, las que nacen con piano o con guitarra, subsisten".

Las guitarras de Sueños de febrero están a cargo de su cumpa Santiago González, líder de San Francisco al Sur y en quien Emilio confía para ese menester nada menor en todo disco de rock salvo que tu banda sea Morphine. "Nos hicimos muy amigos, y muy compinches en la parte compositiva. Me dio espacio para componer, en el próximo disco de 'Sanfran' habrá dos temas míos. Pero particularmente en mi proyecto quería que estuviera él, porque tiene algo en la guitarra, una sensibilidad que es muy de las canciones que estoy lanzando", destacó.

En Los hombres de piedra pone el bajo el platense Gennaro Russo, y el coro de Sueños de febrero es de Agustina Cingolani, de CABA. Las baterías fueron programadas por el propio autor, que también se cargó el resto de los instrumentos, "desde la compu, con la que hoy podés hacer un montón de magia", enfatizó.

Ya dijimos que el cantante compuso, grabó y mezcló casi todo el disco en su bunker hogareño, pero no que la masterización fue realizada por el estudio porteño No Music. "Yo corté toda la verdura, puse unos condimentos y ellos le terminaron de poner la salsa y la cocina, es decir que preparé todo a medida para que ellos hicieran el armado final del 'plato'", describió, apelando a la siempre rendidora metáfora culinaria.

Componer y publicar: "Tengo más, quiero meterme en el laboratorio, lo disfruto mucho".

El tecladista no planea salir a presentar su primer disco, su 'masterplan' de la hora continúa calibrado en componer y dar a conocer: "Tengo más para publicar, cosas que estoy omponiendo ahora mismo. Quiero meterme en el laboratorio, ese es mi deseo actual; ¿viste cuando Los Beatles cuando dijeron 'no tocamos más, nos encerramos a producir música?'. Bueno, en ese momento estoy yo, y disfrutándolo mucho". El piano fue clave ahí: "Hace cuatro años, cuando empecé a tocar el instrumento se me abrió definitivamente la cabeza para componer, porque el piano tiene una disposición única para hacerlo", explicó.

Díaz Gerea emigró a sus diecisiete años (hace doce) a CABA a formarse como abogado, se graduó a los veinticuatro pero poco a poco 'el diablo' de la música fue 'metiendo su cola', y así es que primero tocar y luego componer le fueron ganando la voluntad. El 'Doctor Rock' -llamémoslo así, un poco en broma y otro en serio- se define como urdampilletense, vale decir como bolivarense, ya que en Urdampilleta tiene a sus muertos, y en eso es seguidor de la idea que alguna vez plasmó el genial escritor Gabriel García Márquez.