19 de octubre de 2025

COLUMNISTA

COLUMNISTA. De esto y aquello

Nota 1687 - (6ª Época).

por
Dr. Felipe Martínez Pérez

Lo tremendamente curioso, es que a dos años de intemperie por la famosa espera, seguimos esperando; y bien mirado estamos esperando desde antes de la espera pactada. O sea, que en ese sentido estamos peor, y por si no bastare, además, enojados y buena parte de los esperables con heridas en los pies o en las manos, metidas, adonde no debían, pero que todos, todos, ya lo sabían desde antes que saltara, como quien no quiere la cosa. Es decir que todo ha sido un revuelo de desastres en los últimos dos años que gentes que ya tenían años en estas experiencias y lo tremendo es, que íbamos a estar mejor que nunca en dos años; y sin embargo, acaece lo usual de este país, que hay gente que no puede comer y se suma a los que nunca pudieron comer. Que se dice pronto, en un país que puede alimentar a medio mundo.

Se pide o se piensa en una reinvención de Milei, pero eso es tan difícil como pensar que en ese cuadrante son todos buenos; y sin embargo, la diaria que pasa es que no lo asegura. O sea, que por ese lado el camino se torna dificultoso; y el problema es que la oposición se ha reinventado o la han reinventado; y eso si tiene peso. Y la práctica lo dice y lo pesa. Por lo tanto solo resta el milagro, lo cual es bastante difícil ya que hace muchos siglos que tales acontecimientos han pasado al olvido, y por lo tanto, podría ser el miedo a último momento; pero claro a esta altura ya han pasado tantas y a diario que el miedo ya no frena, pero podría ser; y no hay otra, porque el amor hace rato que no sirve ni para realizar películas en relación con lo tratado; pero aquí lo curioso es que entre otras cosas el señor Milei causa miedo tanto o más que los otros, pero el hecho es que ya son tantos años de lo otro que al fin, pues al fin, lo que no debiera haber sucedido.

Lo cual demuestra que es hora que estos imberbes en política y que para poco sirven, y mucho menos para presidentes, deberían, en vez de sacar pecho, reverenciar al prójimo; que curiosamente, en este caso es pueblo. Tal cual, como podría ser el bonaerense, por traer alguno al picadero. Lo que sucede es que a más dos años no hay obra ni ha llegado el famoso número; y por si no bastare presenta desde hace unos meses un novela por etapas que va desde las famosas y extrañas monedas, hasta lo presente, y todo ello difícil de controlar; al contrario, se descontrola totalmente porque es un grupo de políticos que, a esta altura ni siquiera saben defenderse; que si bien debería ser imposible, sin embargo, algo siempre se puede decir. Y en consecuencia lo que se ve a esta altura es un señor que ni siquiera puede salir a la calle a decir los que quiere. Y se ha visto que nada bien le va.

Y a ello se suma y continúa latente que en dos años no ha dado un solo puesto de trabajo. Que se dice pronto; ni uno. Siempre esperando el número y el único número que parece y eso ya está escrito es ir a Nueva York a pedir el número. Que cada vez es más alto y por otra parte nunca se dice en que se han ido todos los dólares anteriores. Que por ahí ha pasado el asunto, y ahora esperando que haga buen tiempo, porque a las disrupciones de por aquí, se suma la disrupción del señor Trump que dice fríamente dará el dinero si gana el argentino las elecciones venideras. Entonces se ve a la luz del día, que se lo dan por amistad y en consecuencia, se puede pensar que es necesario o no tanto, o incluso se puede pasar sin él; y en una de esas hasta manejamos mejor las tierras raras. Mejor sería poner a trabajar Argentina y de ahí que salgan los dineros. Por una cuestión de bolsillo.

Y entre los sinsabores que no cesan aparece el presidente que tampoco cesa. Porque si después de todo lo que hay, más lo que queda en el horizonte, la pulseada se gana con bailes y cabriolas, por el eximio bailarín, es que esto y a este paso, no tiene arreglo. Y me gustaría equivocarme, para ya hay mucho en el badil, de manera que no creo en futuros con estrellitas; sino más bien estrellados. Y con vergüenza ajena. De todas maneras lo más interesante, de hace unos días era la cara sin colorete alguno de algunos políticos del mundo. No importa de dónde que felicitaban a la señora ganadora del premio Nobel de la Paz. Pero lo curioso era que buena parte de ellos, estaban desarrollando sus guerras por doquier.

O sea, si estás en guerra; y esa la has hecho tú quédate mudo y no felicites al Nobel de la paz. Porque inmediatamente y sin viento arrachado que levante vestimenta se ve el orillo y está un tanto colorado. Me llamaba la atención la presidenta de Europa, ahora un tanto en retirada, por falta de vocación de los otros y no sabía si llorar o echar a volar una carcajada. Opté por lo último, ella hablando de la paz y dirigiendo a media Europa en un plan de lucha ridícula porque nadie los atacó pues son ellos los atacantes; y ella claro. Es decir, que no puede ser que cualquiera diga lo que se le canta; y a ver si nos enteramos. Por otra parte, desde hace unos cuantos años los Nobel de literatura y de la paz, son todos discutibles. ¿O sí? Y lo más curioso que Trump estaba enojado porque no pudo gestionar paces por el mundo para que le dieran el Nobel de la paz.

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