DEPORTES. "Con 42 horas, mejorando mi marca y el récord nacional, es una actuación que me deja muy feliz"

Agustín Casajús representó a Argentina en el Campeonato Mundial de Backyard Ultra, competencia que se desarrolló desde el sábado pasado en Bell Buckle, Tennessee, Estados Unidos. Un total de 75 competidores se alinearon en la largada de esta carrera que aún hoy no terminó.

El atleta que habitualmente vemos en las competencias locales tuvo una actuación muy importante ya que superó su propia marca personal de 38 horas y también consiguió un nuevo récord argentino de 42 horas de competencias sobre un circuito de 6,706 kilómetros. Durante ese tiempo, completó una distancia de 281,635 kilómetros.

Consultado por La Mañana luego de esta extenuante prueba, Agustín hizo una crónica de lo vivido en esta cita internacional que representa el mayor desafío en su trayectoria deportiva.

- Todavía no he hecho un análisis pero puedo contar más a o menos lo que fue. Llegamos el jueves a la mañana e hicimos todas las compras necesarias, por ejemplo comida y elementos de camping como mesita, calentador y reposera, y el jueves a la tardecita fuimos a conocer el lugar. Estuvimos haciendo un reconocimiento del recorrido y el viernes a la mañana fuimos a armar el gacebo, ya que la organización solamente nos dejaba la caja con el gacebo adentro y había que armarlo en nuestro lugar designado. Junto a un atleta de Uruguay y sus asistentes lo armamos para tener nuestro lugar, le colocamos las cosas y fuimos a comprar un piso porque el gacebo estaba sobre la tierra. Después nos fuimos a descansar y el sábado a las 6 de la mañana ya estábamos ahí para iniciar la carrera, que comenzó a las 7...

Sinceramente, largar fue super emocionante. Cada vez que daba una vuelta al circuito se me ponía la piel de gallina al ver que estaba en ese lugar, un sitio impensado tiempo atrás. No lo podía pasar. Ver pasar a cada corredor fue muy emotivo.

Fueron pasando las horas y sinceramente me sentía bien. En un momento llegó la lluvia, pasamos al circuito de calle, y estuvimos toda la noche debajo de una lluvia torrencial. Tuvimos problemas con el gacebo porque se nos inundaba, el viento nos volaba las cosas, así que en ese sentido se hizo muy complicado. En ese momento era el turno de mi hermana, que estaba asistiéndome, y tuvo que dedicarse a limpiar el lugar para que yo pudiera tener comodidades.

- Como era previsible, si bien me sentía bien, a medidas que pasaron las horas fueron apareciendo las ampollas y tuve que tratar de recuperarlas, mi alimentación fue buena... Sinceramente, como estaba super motivado, hasta la hora 35 ó 36 de carrera fue fluyendo bastante bien para mí. Después llegó el momento en que llegaba a mi récord personal de 38 horas, pero sentía como más importante el récord nacional. Mi número importante era llegar a las 39, pero además quería ser el primer corredor argentino en estar arriba de las 40 horas.

En ese momento, en mi cabeza estaba seguro que llegaba hasta las 48, sentía mucha motivación, pero cuando llegó la hora 40 me di cuenta que cada vez que arrancaba, los demás corredores se me iban muy rápido. Por ese motivo, tenía que estar constantemente luchando para alcanzar por lo menos a los últimos. Veía que mis tiempos, que son de 52 ó 53 minutos, en las últimas vueltas estaban siendo de 56 ó 57 pero yendo muy forzado. La motivación estaba, pero el físico no; eso no me molestaba mucho porque sabía que si la cabeza me llevaba hacia adelante iba a poder completar las otras vueltas. Sin embargo, ahí entró a jugar el "factor sueño", que me afectó bastante porque notaba que no podía sincronizar bien lo mental con lo físico. Cuando hacía algún esfuerzo me tambaleaba un poco, empecé a alucinar... Si no enfocaba la linterna al piso, porque ya era de noche, no podía avanzar, ya que si avanzaba hacia el frente veía un mundo de cosas. Debía enfocar sí o sí el piso para no perder el horizonte...

Hice la 41 en 56 minutos y le dije a mi hermana que me tuviese las cosas preparadas cerca del corral de largada porque no sabía si iba a tener tiempo para comer algo y descansar.

Ya la 42 me volvió a costar muchísimo, fue con mucho esfuerzo. El estómago también me estaba complicando, había ido un par de veces al baño, y como ya empezaba a no tener tiempo para eso, se me fueron juntando varias cosas. Ahí ya terminé la 42 con los ojos un poco desorbitados y largué la 43 pensando que tal vez podría cambiar algo, pero hice más o menos un kilómetro y pegué la vuelta, regresé...

- Estoy feliz, contento con lo logrado. Había un objetivo de 48 horas que era mi techo en ese momento, pero dadas las circunstancias, toda la tensión vivida, me deja conforme. Principalmente mi miedo era, en un principio, no poder superar las 24 horas y dejar una mala imagen, pero creo que con 42 horas, mejorando mi marca y el récord nacional y superando a diez o quince personas, es una actuación que me deja muy feliz. Además, tengo muchas ganas de cara al futuro.

- La experiencia fue única. Sé que será difícil volver dentro de unos años porque ya el nivel es más fuerte. Yo seguramente trataré de prepararme al máximo para poder hacer una buena carrera en el Campeonato Nacional 2026, pero tomé este Mundial pensando que tal vez sería mi única posibilidad. Eso generaba muchas emociones, así que traté de absorber todo eso y disfrutar al máximo el momento. Prioricé eso por sobre la estrategia.

- Veremos qué pasa a futuro; pero sinceramente estoy muy feliz por todo, no sólo por la carrera sino por la parte mediática, el apoyo en las redes, la familia... Fue hermoso cómo toda la comunidad backayrd de Argentina estuvo alentándome, incluso gente que no conoce la modalidad estuvo conmigo y eso también rescato. Recibí numerosos mensajes de cariño y afecto. Ojalá que este deporte siga creciendo y que en Bolívar aparezcan atletas a los que les guste esto porque es una de las modalidades que más te hacen conocerte a vos mismo y llevar al límite a tu cuerpo. Se genera mucha comunidad, muchas amistades, un conjunto de cosas que la hacen muy bonita.

Dato del backyard para tener en cuenta

El formato de la prueba es tan sencillo como brutal. Cada corredor debe completar un circuito de 6,706 kilómetros (4,167 millas) cada hora, y regresar a la línea de salida antes de que comience la siguiente. Hay un circuito diurno, tipo trail, y otro de calle para transitar en horario nocturno. Ese cambio constante de superficie, unido a la privación de sueño, multiplica el desgaste muscular y mental. La competición no tiene meta predefinida: continúa hasta que sólo uno quede en pie.