19 de septiembre de 2023
Hoy, que vuelve surgir “la apología al Golpe de Estado y a desaparecer gente”, un ciclo como Voces por la Buena Memoria, que el municipio desplegó el fin de semana en El Mangrullo, con la participación de grupos de teatro de la ciudad, “me parece muy importante, y que lo haya hecho el Estado”, afirmó uno de los participantes, José María Alabart, de la compañía La Barraca. En relación a lo estrictamente artístico, “fue una pequeña fiesta” el convivio durante dos días del mundillo teatral vernáculo, consideró el experimentado actor.
Dos en una: qué opinás de que se haya realizado el ciclo Voces por la Buena Memoria, y luego, tu opinión sobre el ciclo en sí, porque recordemos que se trató de una propuesta de contenido artístico.
-Me parece una cosa muy buena que se haya realizado esta especie de encuentro. Por cuestiones en las que ya muchos han profundizado: por la cuestión histórica del Memoria, Verdad y Justicia, pero también por una realidad actual que está siendo muy hostil a esos temas, y donde aparece directamente la apología al Golpe de Estado, a desparecer gente y demás. Me parece, en principio, muy importante generar acciones de este tipo y que sean de parte del Estado.
Luego, fue también una pequeña fiesta, nos encontramos los grupos de acá conviviendo durante dos días, con propuestas muy diversas en todo sentido. Viéndolo desde ahí, me parece algo muy positivo.
“Es lamentable cómo se ha retrocedido”
Estamos en un momento en el que lo necesario vuelve a ser urgente. Nunca dejó de ser necesario recrear y construir memoria acerca de los temas que motivaron la realización de este ciclo, pero además vuelve a ser urgente hacerlo.
-Sí, y es lamentable cómo se ha retrocedido en ese aspecto. Yo creo que hace treinta años nadie ponía en tela de juicio que los genocidas tenían que estar presos, y oh ironía de la historia: todos decíamos que tenían que estar presos y estaban libres, y ahora que están presos, aparece una cantidad, que no sé si es significativa, de personas manifestando lo contario. Lo cierto es que ahora va a haber elecciones y la candidata a vicepresidenta de uno de los partidos (Victoria Villarruel) hace un acto reivindicándolos, mientras la aspirante a presidenta a de otro de los partidos (Patricia Bullrich) les mandó una carta diciéndoles que va a rever su situación. Entonces en una elección de tres tercios como se llama, hay un sesenta por ciento que directamente está haciendo apología del delito.
“Miedo”
Y tranquila y siniestramente puede pasar que el 24 de marzo próximo tengamos dos actos: uno oficial, organizado por el estado argentino, reivindicando a Videla y la dictadura, y otro el de siempre, que en un contexto así sería salvajemente reprimido. Parece un guión siniestro, pero podríamos llegar a vivirlo dentro de sólo seis meses.
-Sí, sí. Eso, en mi caso, da hasta miedo. Por lo que simboliza todo eso, no sólo por la acción en sí que podría llegar a ejecutarse sino porque te están diciendo de alguna manera que ‘si te enojás y salís a protestar, te vamos a matar’. Yo por lo menos lo leo así. Amén de la injusticia y todo lo demás.
En Voces por la Buena Memoria, Alabart fue uno de los protagonistas del radioteatro El perfume de la tempestad, la propuesta que aportó al ciclo la compañía La Barraca.
Chino Castro
“Sinvergüenzas y atrevidos”, ¡atrasan!
“Por otra parte, hay grieta y está bien que la haya, porque yo con tipos que reivindican a un genocida no tengo nada que ver, quiero estar lo más lejos posible”, enfatizó Alabart en alusión directa a las voces negacionistas que aspiran a propagarse y erigir una desgracia de nuevo sentido común argentino.
Y dijo más: “Vuelve a aparecer ese asunto de los contemporizadores, o los que de alguna manera les dan un poquito de razón, aquello de que habría que haber juzgado a los dos bandos: eso ya está muchachos, ya está; ya pasó, es inconstitucional decir eso. Porque los delitos de los guerrilleros prescribieron. Y no porque los Montoneros tomaron la Justicia, sino por lo que hicieron los genocidas, que fue salir a cazarlos y a matarlos, amén de gente que no estaba en la lucha armada, que cayeron un montón de inocentes. No se los pudo juzgar por eso, y a los que quedaron vivos se los juzgó, se los indultó, y prescribieron las causas, porque son crímenes comunes. Pero a esto no lo digo yo, sino tribunales internacionales. Entonces un periodista que afirma estas cosas es un atrevido y un sinvergüenza, no puede decir algo así porque es ilegal, y eso también está a contramano de la norma, de la ley, pero se está poniendo nuevamente de moda ese asunto”, advirtió el actor.
Una vida atrás
Fuera de micrófono, Alabart me recordará que en mayo de 2017 se desplegó en las calles del país un contundente repudio al fallo de la Corte Suprema en favor de exrepresores que se conoció como el 2x1, que forzó al máximo tribunal a dejar sin efecto la medida en diciembre del año siguiente. Incluso en San Carlos Bolívar, pueblo astringente a las marchas y concentraciones públicas, trescientas personas se abroquelaron en el Centro Cívico para rechazar el fallo y gritar, a coro con compatriotas de toda la Argentina y de la mano de los organismos de derechos humanos, un sonoro ‘Nunca Más’. Fue una convocatoria cuasi espontánea, realizada mediante las redes con apenas horas de difusión y fuera de la órbita ‘oficial’, por lo tanto tan desordenada como genuinamente intensa, en la que terminó como orador el querido e inolvidable Jorge Ravassi.
Ocurrió apenas seis años atrás, pero parece un siglo.
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RUTA 7
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