Ezequiel Chillemi y Bety Oxarán representaron a Bolívar, el pasado fin de semana, en una atípica carrera de montaña desarrollada en Copahue, Neuquén. No es la primera vez que bolivarenses le hacen frente a ese tipo de suelo, pero en este caso las exigencias tuvieron su cuota extra porque al realizarse sobre nieve, tuvieron que utilizar raquetas a lo largo de los 12 kilómetros. Se trató de una carrera internacional de la que ambos pudieron ser partícipes y vivir la experiencia. Así cuentan sus sensaciones luego de esta prueba.
Ezequiel Chillemi – Fue una carrera totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a correr. Fueron 12 kilómetros verdaderamente durísimos. Desde el inicio, hasta el final, tuvimos que usar las raquetas de nieve. El circuito, en su comienzo, fue muy trabado, y después presentó bajadas que se nos hicieron muy bravas debido a las raquetas, pero resultó una muy linda experiencia, recomendable por si alguien más quiera hacerla. Nos tocó un día espectacular y al ser un Campeonato Mundial, participaron muchos corredores de diferentes países.
Pasamos un fin de semana hermoso con Betty y por suerte nos fue bien. En mi caso, terminé dentro de los primeros cien, un puesto que me deja conforme ya que hubo casi cuatrocientos corredores y era mi primera experiencia. Le agradezco a mi familia, por apoyarme para practicar este deporte que me gusta; a Alfonso Crocce por acompañarme, y a la gente de Bolívar que siempre está alentando y haciéndome llegar palabras lindas como para ponerle aún más emoción a la carrera.
Betty Oxarán – Decidí encarar estos 12 kilómetros con raquetas a pesar de tener lesiones previas, producto de una caída anterior que me ocasionó dos fracturas. Logré llegar “entera”, y más allá de la posición, y lo importante es que logré la meta ya que tenía mucho miedo de repetir una caída. El circuito fue hermoso, un paisaje increíble, la gente… todo eso va a quedar grabado para siempre en mí. No tengo más que palabras de agradecimiento para mis seres queridos por todo el apoyo incondicional que medan. Siempre están ahí.
También quiero agradecerle a mi entrenador, Eduardo Miranda, quien me acompaña día a día y me aguanta y me enseña continuamente; a mis profes pilates, Brisa y Belén, quienes siempre han estado ahí y me apoyan constantemente; al Colo, a Alfonso; a Denis, un chico que conocimos allá, y a los que me esperaron en la llegada; a la organización de Copahue Extremo, en especial a Lisandro y su equipo. Me la dedico a mí a esta carrera, por nunca bajar los brazos, nunca rendirme, por esforzarme para ser cada día mejor. Soy muy feliz corriendo.
