OPINIÓN. Justicia a medias para Jorge Martínez Boero

El Honorable Concejo Deliberante de Bolívar votó unánimemente que la hasta hoy denominada prolongación "Av. 25 de Mayo" hacia el sur, se pase a llamar Jorge Martínez Boero, hasta su intersección con calle Tehuelches (la que conduce al cementerio).

Es un homenaje tardío, sí. Pero también injusto. Ponerle el nombre de Martínez Boero a la prolongación de una avenida perdida del otro lado del puente de la ruta 226 es un reconocimiento a medias, o menos todavía, un reconocimiento oculto, que pocos van a ver.

Casi no hay domicilios en esa calle, y si bien la correspondencia está en desuso, pocos sabrán de este homenaje, por más cartelitos que pongan en cada esquina. El mejor homenaje que se le pudo haber hecho al Gaucho fue ponerle su nombre al acceso norte de la ciudad, el que hoy se llama Pedro Barnetche.

Pero por esas cuestiones de la política, hoy lleva el nombre del benefactor y no del ídolo, y no es que Don Pedro no se merezca una un reconocimiento por su legado como benefactor; pero no se puede comparar la grandeza de un ídolo popular conocido por todos con un benefactor al que -insisto, su legado fue inmenso para las instituciones que lo recibieron- lo conocieron muy pocos bolivarenses.

Para los más jóvenes, que incluso muchos de ellos ni siquiera conocen a Marcelo Tinelli, antes de que el ex Video Macht pusiera sobre relieve a la ciudad, el Gaucho Martínez Boero nos ubicó en el mapa incluso de antes que lograr el campeonato de Turismo de Carretera de 1982. Decir Bolívar en cualquier lugar del país era una asociación directa hacia Martínez Boero, como lo fue Tinelli años más acá, con otros medios de comunicación, más avanzados, y una llegada totalmente distinta.

Martínez Boero no era nativo de Bolívar, pero nos representó como el más bolivarense de todos. Su familia se formó en esta ciudad, vivió en esta ciudad y todavía parte de ella lo sigue haciendo.

Hubo un par de reconocimientos hace algunos años, pero que se descuidan y no sirven. El mural que se levantó a la vera de la rotonda de la ruta 226 es muy bueno; pero no se ve, no se renueva, no se mejora, no se le corta ni siquiera el pasto a ese lugar, es un homenaje, sí, pero que con el paso del tiempo se perderá.

Es una opinión, respetable como todas; pero entiendo que Jorge Martínez Boero fue demasiado grande para que su nombre de inmortalice en una avenida suburbana, sin pavimentar y perdida camino a la localidad de Ibarra. Algún día alguien, con más ganas y conocimiento de la historia local, debería reparar esto, que no deja de ser un reconocimiento al ídolo, pero muy muy a medias.