21 de noviembre de 2024
En medio de las
constantes noticias sobre las lluvias intensas previstas para el norte de India
durante esta época del año y el muy sonado huracán Milton, muchos ciudadanos creen que es momento de
presionar a los gobiernos para que hagan más por proteger a las comunidades.
Sin embargo, en lugar de centrarnos en el debate político o en cómo las
decisiones de los gobernantes afectan su imagen ante los votantes, hoy queremos
explorar un ángulo diferente. Vamos a analizar cómo se toman las decisiones y
cómo se ven reflejadas en las acciones sobre el terreno.
¿Cuál es el papel del gobierno y cómo toma las
decisiones?
A menudo, se percibe al
gobierno como una clase dominante, pero en realidad, es una clase de gestión.
Su función es aplicar la ley, asignar recursos para el orden público y
gestionar infraestructuras clave. Aunque cada vez más el transporte y otros
servicios estén en manos de empresas privadas, el gobierno sigue desempeñando
un papel esencial.
Se espera que los
gobiernos velen por las necesidades generales de la comunidad, asignando fondos
y personal para alcanzar los objetivos propuestos. Aunque muchos ciudadanos se
sientan desilusionados con el desempeño de sus gobernantes locales, es
importante recordar que, en última instancia, estos buscan satisfacer a la
comunidad para asegurar su reelección.
Mientras que las empresas
privadas se guían por la necesidad de obtener beneficios, las instituciones
gubernamentales se centran más en ofrecer valor por el dinero gastado. El
problema es que, a menudo, existe la tentación de adjudicar contratos a quien
ofrezca el precio más bajo. Esto puede generar disputas contractuales,
disminución de la calidad y sobrecostes que, al final, superan lo que una
solución del sector privado habría costado a largo plazo.
Uno de los motores de las
decisiones políticas es la necesidad de ser percibidos como proactivos. Es
natural que los proyectos llamativos y de alto perfil, que generan buena
prensa, sean preferidos sobre aquellos que, aunque necesarios, no atraen tanta
atención. Aunque sería cínico afirmar que esta es la única motivación de los
políticos, es sin duda un factor. Además, los políticos están limitados por la
duración de sus mandatos. Pocos estarán dispuestos a comenzar un proyecto
costoso y complicado que podría no completarse hasta después de su salida,
permitiendo que un rival se lleve el crédito por los resultados.
Impacto en las comunidades locales
A menudo, los políticos
mencionan la cantidad de dinero invertida, pero rara vez se detienen en los
detalles de cómo se ha gastado. Esto se debe a que el monto total es un valor
tangible y fácil de citar en los medios. Sin embargo, para las comunidades
locales que sienten que sus necesidades no están siendo atendidas, esto puede
generar una sensación de desconexión. Ven enormes cifras de inversión a nivel
nacional, pero no ven resultados palpables en su región.
Este sentimiento de
abandono es especialmente peligroso en zonas que carecen de protección adecuada contra inundaciones. Si las lluvias superan las expectativas, las
consecuencias pueden ser devastadoras. Reparar los daños económicos y sociales
podría costar mucho más que lo que habrían requerido las defensas contra
inundaciones desde el principio. Esto no solo estira aún más los recursos del
gobierno, sino que también hace más probable que otras comunidades se vean
desatendidas en el futuro.
¿Cómo podemos cambiar esto?
Un problema recurrente es
que los gobiernos regionales y locales operan de manera muy distinta a las
empresas privadas. Mientras que un equipo de fútbol, un desarrollador de juegos de casino online o una marca de moda deben cumplir con estrictos
plazos para mantener a sus clientes, los gobiernos funcionan a un ritmo más
lento, en gran parte debido a la burocracia y los cambios de administración.
Esto genera una inercia que dificulta la adaptación rápida a las necesidades de
las comunidades.
Algunos votantes sugieren
que el "poder del pueblo" puede acelerar estos procesos. Movimientos populistas, aunque atractivos, a veces simplifican demasiado
la realidad. Si bien es cierto que las defensas contra inundaciones son
necesarias y los fondos están disponibles, no siempre es viable asignar dinero
a cada proyecto de forma inmediata.
Los gobiernos, a pesar de
sus imperfecciones, suelen tener una visión más amplia de la vida que los
votantes individuales. No se trata de una crítica, sino de una comparación
entre aquellos que pasan su tiempo gestionando presupuestos públicos y aquellos
que se concentran en problemas puntuales. Transporte, salud, tecnología y
educación compiten por el mismo fondo que, según los críticos, podría
destinarse fácilmente a defensas contra inundaciones. La clave es encontrar un
equilibrio entre las prioridades.
Cuando se trata de
proteger vidas, hogares y comunidades ante fenómenos naturales predecibles,
existe una fuerte justificación para actuar cuanto antes. Las vidas humanas no
tienen precio y las comunidades vulnerables no pueden darse el lujo de esperar.
Lo que queremos resaltar
es la importancia de la perspectiva y el trabajo en equipo. Aunque pueda
resultar frustrante, la mejor forma de impulsar cambios reales es presentar un
caso sólido y constructivo. De esta manera, se podrá captar la atención de los
tomadores de decisiones clave, y avanzar hacia una solución que beneficie a
todos.
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