OPINIÓN. De esto y aquello

Ahora resulta que el señor presidente se ha quedado huérfano para ir a las próximas elecciones; que pensaba lidiar contra la señora y ganarle. Pues bien, sería necesario que mejor se dedique a lo que debe y olvide esa pelea; que en un descuido o sin él, podía llevarlo al fracaso y de rondón a todos los que andan por la nación.

Porque un buen político no solo debe lidiar contra el otro y los otros, sino contra sí mismo, para llevar adelante lo que y que curiosamente, a dos años vistos, poco se cae de las alforjas presidenciales, y que aunque no se lo crean los distraídos, sus votantes y los no votantes necesitan; y que por encima de todo, se ha prometido. Algo que poquísimas veces se ha sabido hacer y que por lo menos demostraría grandeza. Aunque esto pocas veces se ha visto desde el señor Illia.

Y sin embargo, se cae en lo simple y grosero; y van dos años y nunca he podido entender por qué insulta a los que quiere junto a él; y por qué los insultados quieren a muerte ir con él. Cuando en definitiva después de las elecciones y con el escrutinio en la mesa, se le da el voto al que se lo merezca; o el país lo merezca para mejor marchar. Nunca he entendido por qué el síndrome de Estocolmo se da tanto por estos andariveles. Y por sobre todo, y lo sabe un niño, es inentendible insultar a los que se pretende te apoyen. Y no cabe duda y basta mirar en derredor, que hace años que no se acierta con el ojo de la cerradura.

Es lo más insólito que veo en Argentina desde hace dos años, es decir insultar y degradar a los que quieren en tus listas y que te voten, porque sin rodeo alguno se caería en el extremo que ya juntos y hasta habiendo ganado, seguiría con sus trece; es decir insultando, lo cual sería un desastre para la nación. Y en consecuencia por qué no aprenden que estos asuntos por lo regular cada cual por su lado y después si es necesario se unen para votar lo conveniente; y cada cual con su bandera. Por lo tanto se trata de abrirse con seriedad o en su defecto después usar el camino que la patria necesite. Bueno ya he vuelto a traer a colación la palabra patria, perdón. Claro, que todo ello sucedería, si de verdad son políticos; porque a la gente se la está mareando a diario con insultos entre ellos y estupideces para todos en las redes. Porque para esta castita solo hay redes y balcones. Y sería curioso que sin inflación y con la economía creciendo, el balcón, debería pasar al ostracismo. Pero a dos años ni un puesto de trabajo. Parece que hacer carreteras le toca el número, traer trenes lo deja sin número y dar trabajo a los millones de argentinos le deja sin mensaje. Y los seis millones de argentinos que son jubilados, les importa tres pimientos. Es cosa de no creer, que ni siquiera se obture un agujero de la carretera.

Pero no hay empatía con la argentinidad, y mucho menos ímpetu para atender a la nación y a cada uno de los nacionales, porque o no hay, o hay poca sustancia de nación. Este país está desde hace casi un siglo inmerso en populismos y cuando nos la habíamos creído resulta que aparece otro populismo sin ideas, atrabiliario, y falto de la más mínima educación. Es decir dos populismos ridículos tanto el anciano como el nuevo, y al cabo y entre los dos nada; o muy poco. Y entre lo muy poco buena parte de ellos quieren meterse con uno de los populismo. Pues la verdad poco en la cabeza de los políticos cuando justamente lo que ha hecho zozobrar a la Argentina ha sido el populismo; y aparece otro a puteada limpia, incluso por el mundo haciéndose el macho, y que como se puede ver en la pantallita lo están bajando a la realidad y sin palabrotas, justamente, aquellos que quiere defenestrar. Es inentendible.

Como ahora en los momentos trágicos de la guerra del medio oriente. Otra vez los tiros y esta vez cambiando los tantos, porque mucho espiar y no tenían noticias que a esta altura no se juega con fuego con el árabe de turno. O sea, que los cohetes son de verdad y de los buenos; y está bien pertrechado y bien cuidado por Moscú. Pero estos disparos tienen otra vuelta de tuerca que al fin y al cabo es la primera. Porque en la actualidad no importa donde se libre la guerra, que andar con la radioactividad a cuestas, tarde o temprano se cuela por las rendijas de los lugares impensados e incluso por continentes; y entonces es tremendo que como si tal cosa se salga a matar con bombas atómicas sin el permiso de la Constitución, ni del senado, ni de nadie, agarre unos aviones y ¡hala! a matar la bomba del enemigo, que, por otra parte no la tenía como ya era sabido y lo mucho o poco que tengan se lo han llevado a otra parte.

Por lo tanto se desconoce lo que ha hecho como se desconoce hasta ahora si el congreso norteamericano defenestra o no. O ya que está hecho, pues todo viene bien, lo dejamos como está. Y está Israel muy herido pues la cohetería no perdona, y ha dejado cientos de edificios rotos e inservibles y cuando cuenten los muertos, otro será el displacer. Y ahí lo mismo, el amigo de nuestro presidente se creyó que del otro lado no había nada. Pero habría que decirle que con la radioactividad no se juega aunque esté un poco lejos del ataque, porque los vientos llevan y traen. Y hay que tener cuidado que a veces los vientos se truecan en huracanes; aunque a decir verdad parece que ha sido todo de mentira.