OPINIÓN. De esto y aquello

Además que desde hace más de un año al señor Milei le cuesta relacionarse políticamente se suma desde el primer momento el insulto al que dice algo que no le gusta o peor al que le da por decir de Milei lo que no quiere escuchar; pero curiosamente, resulta, que es el presidente y de un presidente se puede decir lo que uno u otro quiera, por supuesto, que guardando las formas; que por otra parte y dada la manera adoptada no guarda, por lo regular, el presidente. Gusta de despotricar al estilo barriobajero. Y lo interesante es que en múltiples oportunidades las formas conllevan el contenido. Porque un presidente no es de este o de aquel, sino de todos; y por todos tiene que haber respeto y a su vez todos deben tenerlo con él. O sea, eso que se llama respeto mutuo.

Por otra parte nunca se ha visto en Argentina, ni con civiles ni militares, que el presidente se baje del sillón de Rivadavia y se ponga a despotricar contra rivales o peor contra el periodismo; porque si bien es más o menos bien visto por los jóvenes, aquellos que no lo son y singularmente peinan canas, no son muy adictos a semejantes verborreas.

Y tampoco está de más recordar que por aquí y por allí las dictaduras siempre empezaron contra la prensa. Además esa especie de radicalización que no se sabe en última instancia adonde conlleva debería estar mitigada radicalmente por los radicales; los del partido radical, claro.

Todo esto que está ocurriendo con la salida del cepo y la entrada a no se sabe muy bien qué, pero que por el momento permite planificar; porque hay muchos que gustarían de romper la puerta de los topes de flotación. Y sin embargo, puede ser, si se saben hacer las cosas, la salida de una vez para siempre o al menos para empezar. Pero no deja de llamar la atención lo de siempre que basta que alguien diga blanco para que al minuto sea mejor el negro; y en eso Argentina lleva el siglo, aunque nadie se haya dado cuenta. Creo que es hora de ponerse las pilas; y si a este andar algo le falta pues que lo digan y se le pondrá. Pero al menos que haya discusión y no patadas, pues dado que no lo he hecho yo, la costumbre de patear el tablero; y a otra cosa.

Este es el país donde por las cuestiones que cualquiera se pregunte no se hace lo que hace falta o no se lleva a la cárcel a quienes están para la faena. Y nadie sabe decir por qué, aunque curiosamente todo se ralentiza desde hacer una carretera o vías ferroviarias hasta meter preso al que ya debería estar adentro. Y se les ve saliendo a la libertad y hasta dando cátedra de lo que hay que hacer, sin haber pasado por la clausura. Y para todo es igual. Y para todo la fuerza, no en vano como me decía una señor mayorcito hace días que siempre hemos vivido mejor con los militares; y claro, si aciertan con el plan, pues ya está. El asunto pasa porque al parecer sucede que los civiles siempre están cerca del plan, pero nunca llega. Como por otra parte tampoco algunos militares.

Curiosamente sucede que siempre es Iberoamérica la escogida de lejos para que todo ande mal o más o menos mal. Cuando allá lejos les marcaba el paso a buena parte de los demás. Donde está el secreto tanto del desastre como el de la victoria. Y se lo ve ahora, quizás, el triunfo parcial pero contundente que el dólar esté. donde lo ha puesto este presidente. Pues desde el primer día lo están tirando y cualquiera se habrá dado cuenta que si tal cosa sucediera los que trabajan se van de golpe y sin chistar al garete.

De lo que no cabe duda y guste o disguste es que los habitantes de la República Argentina, unos más que otros, y otros muchísimo más, están haciendo un sacrificio en demasía dentro de un contexto crónico hasta el punto de no comer bien o como es debido, para que al señor presidente le den los números; cuyo resultado sería un derrame de prosperidad en todos; y en el asunto de los dividendos, a unos sería más la felicidad que a otros, los de siempre, serían menos prósperos. Es decir, lo habitual, porque la gran mayoría de cuarenta y pico para arriba no le dan los tiempos por más que a Milei le diera por derramar dineros, cosa que no le veo ni por asomo. O sea, que si hay trabajo aunque tarde bienvenido todo lo invertido hasta el sacrificio. Por eso es aunque no se lo dice del todo que no puede ser que los políticos se aumenten los sueldos a cifras que un trabajador no ve en meses y meses.

Y entonces ya se preguntan, porque lo escucho, para qué un sacrificio de dos años si no va a ver fiesta en la mayoría de la población. En una palabra que los platos rotos y los platos sucios siempre los han de pagar los mismos.

Hay cosas curiosas en este mundo. Me ha llamado la atención el idioma disruptivo que luce Trump. con la semejanza e igualdad de Milei que al cabo de tantas salidas de madre, algunas un tanto insolentes, se están comiendo las cifras de todo lo que tenían al principio como gran tesoro; y al día de hoy no viste ni inviste. Y desconozco si en EEUU se vive peor en los cien días famosos, o es algo pasajero, pero en Argentina lo pasajero siempre se convierte en lo de siempre y al cabo es una zona franca por la cual han derivados los gobernantes y poco y nada ha pasado Y pensar que con solo el estado haciendo carreteras y tapando los pozos además de luchar contra la muerte, arrimaría a los bolsillo de miles de trabajadores lo que no tienen. Pero estamos esperando el número.