Fue presentado el jueves Malvinas en la geopolítica de América Latina, de Luis Wainer, en el marco de una jornada titulada Malvinas y Democracia: por qué insistir con Malvinas a cuarenta años de la guerra, organizada por la comisión de Asociados del Banco Credicoop, la Biblioteca Rivadavia, donde se realizó la presentación, y la Dirección municipal de Derechos Humanos y Políticas de Género.
A pesar de la mala condición climática, por una fuerte tormenta eléctrica que se desató poco antes de las 19 horas (la propuesta estaba prevista para las 19.30), concurrió una aceptable cantidad de interesados/as.
La presentación de la jornada y del disertante estuvo a cargo de Daniela Roldán, comunicadora social e integrante de la comisión de Asociados del banco. Luego hizo uso de la palabra el sociólogo Luis Wainer, quien apoyándose en diapositivas fue desgranando diversos tópicos que hacen a la columna vertebral de un libro cuyo insumo son textos de trece investigadores/expertos en el tema aglutinante, entre ellos el bolivarense Mario Volpe, que además es ex combatiente de Malvinas y fue formador del autor.
El autor reconoció que se sabe poco, generalizando, del tópico soberanía de las islas, que tiene todo un recorrido antes de la contienda bélica de 1982, tras ser ese territorio usurpado por los británicos en 1833, dos años más tarde de que los yanquis, sus socios históricos, destruyeran el lugar y prepararan el terreno.
Dijo que se trata del más grande conflicto territorial colonial del mundo, y de la más gruesa base militar del Reino Unido en el Atlántico Sur (de dos mil pobladores una enorme mayoría son oficiales del ejército).
También pasó revista a la actuación sobre este tema de los diversos gobiernos desde el retorno de la democracia, y a partir de esa perspectiva hizo una fuerte reivindicación de los períodos kirchneristas, que retomaron el mojón escogido por el primer Alfonsín y abandonado luego, incluso avasallado, por el menemismo y el macrismo (tras las defecciones del propio Raúl, cuyo gobierno terminó desdibujado en casi todo, menos en sus buenas intenciones): puntualmente, el de que los tratados comerciales de acercamiento establecidos hacia fines de los setenta, cuando parecía que se transitaba hacia el recupero de las Malvinas y que la guerra arruinó todo, no habían servido para nada, y que era menester asirse a la resolución 2065: este dictado surgió tras la gran presentación que hizo el gobierno de Illia en septiembre de 1964, aprovechando el período en el que la ONU había lanzado su advertencia de que era necesario descolonizar (existían entonces ochenta colonias en el mundo; hoy quedan veinte, la mayoría británicas, yanquis y francesas). La mentada resolución establecía que primero la soberanía, y todo lo otro después.
Un enfoque crucial del libro da por tierra con la opción de la autodeterminación de los kelpers respecto de la soberanía, ya que como dijo Wainer en nota previa la semana pasada con este diario, se trata de un caso excepcional de colonización ya que no existe una población colonizada, sino implantada. (De hecho, palabra más palabra menos, mencionó que en la única colonia de todas las que poseen los británicos en la que les interesa la autodeterminación de sus habitantes es en Malvinas.)
Entre los presentes estuvieron algunos ex combatientes y movilizados bolivarenses durante el crudo e inolvidable invierno argentino de 1982.
Malvinas en la geopolítica de América Latina fue editado por el Centro Cultural de la Cooperación.
Chino Castro
