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sábado, 18 de mayo de 2024
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Nelson Condado sorprende a la comunidad médica con su simulador de prácticas endoscópicas

Fue ideado y construido por él en Bolívar y hoy ya hay unos 50 modelos suyos comercializados. Está patentado bajo la marca SIMET y compite con un modelo japonés y otro alemán.

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El médico gastroenterólogo Nelson Condado está trabajando desde hace unos 6 años en el desarrollo de un simulador de prácticas endoscópicas. Todo ha sido producto de su imaginación, disparada por la necesidad, pero también de sus hábiles manos, ya que no solamente pergeñó una idea que fue mejorando y calibrando con el paso del tiempo sino que fue capaz, con sus propias manos, de llevar esa idea a la ejecución.

Lo que comenzó siendo casi un hobbie, un entretenimiento creativo de esos que se ejecutan después de una jornada laboral, cristalizó en una realización que lo llevó a posicionarse como líder y pionero en toda Latinoamérica y uno de los tres casos en el mundo que se conocen relacionados con la aparatología en cuestión.

Retornó este lunes de España, hacia donde viajó invitado por la Sociedad Española de Endoscopía Digestiva (SEED). En Sevilla participó como instructor en la utilización del simulador en el marco de un congreso realizado por primera vez en España y que se desarrolló desde el 9 al 11 de noviembre, con una repercusión impactante.

Como el propio Condado lo explicó a LA MAÑANA en una atrapante charla mantenida, “la simulación es aprender una técnica o un método a través de un proceso lo más parecido a la realidad pero que, en el caso nuestro, saca al paciente del medio, evitando exponerlo a riesgos para una tarea meramente didáctica. Históricamente la medicina se enseñó y todos hemos aprendido con un maestro a nuestro lado y con un paciente. Cada vez eso se acepta menos desde el punto de vista ético y todo va camino a la simulación. Cuando se considera que la persona está apta recién se lo habilita para realizar estas prácticas sobre el paciente”.

Algo así como sucede con un piloto de avión, que hace sus prácticas en un simulador y luego puede comenzar a volar…

“Exactamente. Es más, yo creo que estamos copiando a la aviación. Justamente la aviación fue la primera en utilizar simuladores y luego se ha extendido a otras ramas, como el automovilismo, el motociclismo y otras disciplinas”. Lo dice Nelson, a quien todos conocimos cuando desde muy joven abrazó la pasión por el  motociclismo y especialmente el speedway, disciplina en la que descolló antes de ser el experto médico que, por fortuna, eligió Bolívar para su desarrollo profesional proveniente de su Henderson natal.

Hablame de tu simulador, cómo nació la idea y en qué punto de su desarrollo se encuentra…

“Esta fue una idea mía que desarrollamos en común con un colega y amigo, quien hoy también es mi socio y antes fue mi maestro, Martín Güidi, de La Plata. Con él hace ya 6 años que estamos trabajando y hemos realizado varios modelos de simuladores. Empezamos con algo muy básico, que funcionaba y servía, pero que hemos ido perfeccionando. Hoy tenemos un modelo muy parecido a la realidad. Si uno desarrolla el procedimiento en el simulador no va a tener problemas luego en hacerlo sobre el paciente”.

¿Hay también un trabajo de ingeniería aplicado?

“En realidad yo tuve la suerte de nacer dentro de un taller mecánico. Mi padre es mecánico, mi hermano es tornero y mecánico y yo siempre metí las manos en el taller. Haciendo macanas, ante todo. Luego estudié en una escuela técnica, me recibí de técnico electromecánico y todo ello me dio facilidades para hoy combinar el conocimiento médico con las técnicas manuales como para hacerlo”.

¿Con qué materiales trabajás y contame por favor cómo es este aparato?

“El simulador reproduce diferentes partes del tubo digestivo, diferentes lesiones, como tumores o estenosis. Todo está desarrollado utilizando una combinación de plástico y silicona. La silicona es un material elástico, como lo es el tubo digestivo del ser humano. Hemos ido imitando las propiedades de los tejidos. En realidad es una caja en la que adentro insertamos el dispositivo sobre el cual vamos a simular. Un intestino grueso, un esófago, un estómago, un páncreas, una vía biliar, etc. Lo hemos organizado de tal forma que uno ingresa con el endoscopio, el mismo que se utiliza en la vida real lo que es ideal para la simulación. Está adaptado para utilizar tanto los endoscopios como los accesorios y diferentes instrumentos con los cuales hacemos cirugías endoscópicas. La endoscopía avanza cada día más y van apareciendo nuevos dispositivos. Esto es muy bueno incluso para médicos muy entrenados que necesitan adaptarse a dispositivos nuevos que elabora la industria”.

¿La tuya fue una idea original que luego se encontró con desarrollos parecidos en el mundo?

“Hay un modelo japonés y otro alemán en el mercado. O sea que, desde Bolívar, estamos compitiendo con grandes empresas; pero nuestro simulador tiene muchas más prestaciones que el resto de los modelos. A nosotros nos hace falta mejorar un poco más en la parte estética, porque lo nuestro todavía es muy artesanal. Pero evaluando la prestación es mucho más completo. Y en Argentina y toda Latinoamérica sin dudas que somos pioneros”.

Supongo que ya habrán patentado este desarrollo…

“Sí, hemos patentado la marca, que es SIMET y significa Simuladores Mecánicos de Endoscopía Terapéutica. Hoy ya hemos encontrado formas de industrializar este producto. No tenemos una fabricación en serie porque no es algo que uno va a fabricar y vender masivamente; pero creo que hará falta una fabricación semi industrial para abastecer la potencial demanda. Yo creo que en los hospitales que son centros formadores de médicos endoscopistas no deberían faltar simuladores. Igualmente en las sociedades que nos representan”.

Cuenta Nelson que la invitación de España llegó luego de que el presidente actual y el anterior de la Sociedad Española de Endoscopía Digestiva visitaran en Argentina el congreso local de la especialidad. Allí observaron el simulador y, sorprendidos por esta especie de hallazgo, no dudaron en organizar una demostración. “Cuando se publicó el acontecimiento en la página de la Sociedad Española, en una hora y media se agotaron todos los cupos, lo cual fue toda una sorpresa. Ellos nunca habían hecho un curso de simulación y para nosotros fue la primera vez que viajábamos a Europa. Ibamos a trabajar jueves y viernes y debimos abrir también el sábado a la mañana”.

Por supuesto que, luego de las demostraciones, se iluminó un camino profesional  muy atractivo para Nelson, quien recibió varias ofertas para quedarse a trabajar en la madre patria. “Una de las conclusiones del congreso arrojó que la simulación debería ser de aplicación obligatoria en los métodos de formación”, explicó Condado quien, más allá de los ofrecimientos recibidos enfatizó que difícilmente pueda aceptar ninguna de estas propuestas “ya que yo soy de aquí y no todo pasa por cuestiones económicas”.

Precisamente, este martes, Nelson estará mostrando su simulador y enseñando su utilización en la Universidad Maimónides, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí hay un centro de simulación pero no existe aparatología específica para simulación endoscópica. Habrá invitados especiales, entre ellos dos médicos muy destacados, uno proveniente de Alemania y otro de Estados Unidos, quienes se sumarán a las tareas de demostración desde sus respectivas jerarquías médicas. “Son referentes nuestros, quienes escriben los artículos que nosotros estudiamos, de modo que es un honor para nosotros. También habrá profesionales provenientes de países vecinos: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Uruguay, Chile, etc. y varios argentinos, por supuesto”.

Si usted llegó hasta el final de esta nota quizás pueda quedarse con la misma sensación que la manifestada por este periodista durante su realización. En tiempos de desasosiego moral, cuando las miserias humanas se exponen sin rubor casi como si fuesen méritos, el descubrimiento de gente que hace cosas por el prójimo y allí encuentra el único premio perseguido devuelve las esperanzas, invita a seguir creyendo. Cuando esa gente lo hace desde su genio aplicado, esa esperanza se fortalece desde la admiración.

La Real Academia Española define al genio como aquel que posee una capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables. Por supuesto que esta definición le cabe a nuestro Nelson Condado. Pero se nos antoja insuficiente. Habrá que intentar complementarla con datos aportados por su humildad, el reconocimiento entrañable a herencias familiares de trabajo recibidas y el amor por “el tallercito del fondo de casa”, donde todo nació y todo sigue.

VAC

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