Antes de las elecciones de agosto se anunció que Bolívar volverá a tener semáforos. Si bien no se especificó desde cuándo regresarán los tricolores a tratar de mejorar el endemoniado tránsito que tenemos, en particular en las 16 por 16, es un hecho que ya en 2024 debería cristalizarse.
Hay jóvenes que votaron por primera vez en este 2023 que no vieron semáforos funcionando en su ciudad. Como muestra dejaron un tiempo el de la esquina de la Escuela N° 1 (Av. Belgrano y Av. Alsina); pero hace años que no funciona y en más de una oportunidad, consultado algún funcionario municipal, manifestó que eran “muy caros” para volverlos a colocar o que “con las rotondas alcanza, no hacen falta”.
De 2011 para acá hubo una política anti semáforos que se continuó de la que traía el gobierno de Juan Carlos Simón y que terminó José Gabriel Erreca. Simón copió las rotondas que hizo Helios Eseverri en Olavarría en su momento y suprimió los semáforos de 4 tiempos que él mismo había colocado en distintos puntos de la ciudad.
Incluso “voló” los recordados “semáforos viejos”, que se ubicaban en la esquina de San Martín entre Lavalle y Almirante Brown. Las rotondas aparecieron como una solución al problema; pero se construyeron y no se instruyó a la ciudadanía de cómo funcionaban, y hasta el día de hoy hay muchos que no saben que la prioridad de paso la tiene que va circulando dentro de la rotonda y no el que viene por la derecha, como ocurre en cualquier otra esquina.
Pero las rotondas perduraron y no se las acompañó con semáforos, como ocurre en otras ciudades que complementan una cosa con la otra. Incluso, por caso Olavarría, tiene rotondas y antes de llegar a ellas un lomo de burro que hace que se ingrese al círculo con una velocidad reducida.
Bolívar tuvo los semáforos históricos en la San Martín, y luego agregó los de 4 tiempos en las intersecciones de Almirante Brown con Venezuela; Av. Belgrano con Alsina; Av. Calfucurá con Tres de Febrero-Fabrés García y uno que duró muy poco en la esquina del Automóvil Club, que pocos recuerdan. Si uno recorre la zona, cualquier ciudad por chica que sea tiene semáforos.
En la zona, todas: Daireaux, Henderson, General Alvear, ni hablar de Olavarría, Saladillo, 25 de Mayo, Azul y siguen las firmas. Pero el bolivarense se desacostumbró al semáforo, se acostumbró a bajarse del auto a media cuadra de cualquier lugar al que va y ve que el semáforos le va a modificar cualquier recorrido, por lo que no está tan a favor de los tricolores.
Hay gente que sí; pero si se hiciera una encuesta, la mayoría diría “no” e incluso rogaría para que se derogue la Ordenanza del estacionamiento medido que hoy no se aplica pese a su vigencia.
¿Y dónde los piensan poner?
Según se informó desde el municipio hace un par de meses, los nuevos semáforos estarán ubicados en línea recta, en tres puntos que se consideran estratégicos para el ordenamiento del tránsito. El primero estará en la esquina de la Sociedad Rural, es decir, Av. Mariano Unzué con Av. Pedro Vignau y Av. 9 de Julio. El segundo en la esquina de Almirante Brown con Leyría y Urquiza. El tercero en Av. Lavalle con Pellegrini y Santos Plaza.
El primero consideramos que es un lugar sensible a los bolivarenses porque es el ingreso norte histórico que ha tenido la ciudad y dado el ancho de la calzada no entorpecerá nada. Viene a sumar, definitivamente, y a ordenar el ingreso desde ese sector.
El segundo está en un punto complicado. Colocar un semáforo en la esquina de una estación de Servicio (Brown y Urquiza) puede complicar más de lo que puede ayudar. La solución sería correrlo una cuadra para atrás (hacia Irigoyen y Nicolás Ocampo), dado que adelantarlo una cuadra (hacia Boer y Avellaneda) es acercarlo demasiado a un centro que cada vez está más atestado de autos.
El tercero tiene su historia. Juan Carlos Simón en su momento puso uno ahí y lo tuvo que sacar en una semana por la protesta de los vecinos. Una similitud con aquella época: los que se quejaron, los vecinos que están en las esquinas que interfería el semáforo, siguen siendo los mismos, con la única diferencia de que la esquina noreste hoy está habitada (antes era una obra en construcción) y tiene un comercio.
Intentar torcer el destino de aquel malogrado semáforo repitiendo ubicación sería un error. Al igual que en el caso de la Brown, una solución sería retirarlo dos cuadras hacia el sur, y ubicarlo en Borge y Quintana. Está bueno que regresen los semáforos, al margen de sus detractores, toda ciudad que se precie de importante los tiene. Habrá que volver a acostumbrarse, porque a más de uno le pasa que va a otra ciudad y ante un semáforo no se detiene, porque en Bolívar no lo tenemos normalizado desde hace años.
Si se revé la ubicación que prevén y los colocan en lugares que puedan ayudar más que entorpecer al tránsito local que ya es caótico, resultarán útiles y harán falta más. Habrá detractores, como los hay de todo; pero es necesario que el tránsito se ordene, porque como vamos, con tantos accidentes a diario, no podemos seguir.
Angel Pesce
