Ante la invitación del director de escribir algo para esta edición por el día del periodista, respondí que “si lograba darle forma a algunas ideas, avisaba”. Y es que no se trata de un texto al pasar, pienso que debe tener algunos condimentos para que sea verdadera la expresión que nace en un día como hoy.
Las palabras se presentaban esquivas al principio, pero rondaba en la mente la idea de poder escribir, plasmar de alguna manera varios sentimientos que conviven, a veces fraternalmente y a veces a las piñas, al ejercer esta profesión.
A cerca de Mariano Moreno y el por qué cada 7 de junio es el día del periodista, se podrá leer en páginas anteriores o siguientes, por eso me parece redundante detenerme en eso. Aunque es raro que un texto que aborda la temática no se nombre a Moreno y a la Gazeta de Buenos Ayres, por ejemplo.
En fin, intentaré “darle forma” de la mejor manera posible a esas ideas. Tarea difícil por intentar incluir lo necesario para que el texto sea fiel al pensamiento y, también, que sea ameno de leer, que el lector no gire la página y elija completar los crucigramas o descubrir las siete diferencias de la página 8.
Y menciono al lector casi inevitablemente como un ´jefe´ que merece el respeto y el compromiso del periodismo, no sólo para ser informado.
El compromiso que requiere esta profesión es el impulso para seguir cuando se está en la mira. Y mirá que hay varias miras que apuntan de forma permanente, porque es muy fácil ´pegarle´ al periodista.
El compromiso de interpretar, tiñendo con opinión lo menos posible, para eso están las editoriales y notas de opinión. Informar lisa y llanamente el hecho que es noticia y no desde un espejo de color que alimenta el interés económico.
Hoy puede considerarse que cualquier persona puede hacer periodismo y tal vez sea así. El boca en boca, contar chismes inchequeables o escrachar algo o a alguien en redes sociales, brinda ese tipo de información que entretiene al público, por ahí, menos exigente. Pero, por suerte, existen lectores comprometidos que buscan más allá y no se quedan en lo banal.
Considero al periodismo como un compromiso permanente tanto para uno mismo como para la sociedad. El periodismo independiente, ese que la realidad que transmite no se ve sesgada en proporción al dinero recibido y que fomenta la libertad. Aunque, como cualquier persona, no vemos las cosas como son sino que vemos al mundo como somos cada uno, es necesario detenerse en el otro y en su derecho a ser informado. Y es aquí donde reflexiono que el periodista debe dejar de lado un poco sus intereses para ponerse a servicio del otro y transmitir la verdad.
De todos modos, claro está, es una profesión que es sustento de vida y cada uno puede elegir donde pararse. En mi caso, elijo no vestir a la moda como un uniforme que cubre la carencia de personalidad.
Puede ser que sea utópica en mis palabras pero, alguna vez leí una frase tan real como hermosa que me identifica: el periodismo es la profesión más vapuleada y también la más increíble: se alimenta de curiosidad y regala la ilusión de poder cambiar el mundo.
Melina Gómez
