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domingo, 05 de mayo de 2024
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La Casa de la Provincia está parada, al igual que el nuevo edificio del Instituto 27 y las cloacas de Urdampilleta

Incertidumbre por el avance de las obras públicas.

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Si nos ponemos a hilar muy fino, hay varias obras que no se terminaron y que seguramente no se terminarán en el corto plazo, porque el financiamiento venía de Nación en tiempos de Sergio Massa candidato y ministro de Economía, y ahora, de buenas a primeras llegó Javier Milei a la presidencia y NO HAY PLATA. Afortunadamente se pudo finalizar la obra de la Línea 132, que si no se terminaba con el gobierno de Alberto Fernández más de uno se hubiera jubilado sin verla concretada. De todas formas, como lo dijimos más de una vez en estas páginas, con ella no se termina nuestro problema energético. Es cierto que llevamos el mejor verano de los últimos, al menos hasta ahora, en lo que tiene que ver con los cortes de suministro eléctrico; pero este enfrentamiento del presidente Milei con los gobernadores patagónicos puede que haga dejar sin energía al país, y en ese caso la 132 nos serviría de muy poco. Pero al menos se puede decir que es una obra finalizada, puesta en marcha, no se habla más del tema.

El cartel indica el tiempo de obra estimado para la Casa de la Provincia. Ya fue superado ampliamente.

Lo que preocupa son otras obras, como las tan prometidas y nunca cumplidas (por ninguna gestión desde su fundación hace más de 110 años) cloacas de Urdampilleta. Cuando especulábamos en estas páginas de que romper pavimento y dar vuelta todo un pueblo para hacer una obra que no podemos manejar por administración y dependemos de fondos que vengan de otro lado, ojo, porque ya nos pasó con la 132.

Bueno, de los varios tramos en los que se separa la obra de cloacas de Urdampilleta, hay poco avance de obra y aparentemente cero financiamiento para su avance, a partir del NO HAY PLATA del presidente. Puede que en ello dé una mano el gobierno de la provincia de Buenos Aires con Axel Kicillof; pero iba a venir el ahora ministro de Obras Públicas bonaerense, Gabriel Katopodis, y postergó su arribo a Bolívar.

Hablando de Kayo, había venido entre las PASO y las generales a dar un discurso controvertido, cuando dijo junto a la incipiente colectora debajo del puente de la ruta nacional 226 que “la obra sólo se termina con Marcos Pisano intendente”. Lo que no tuvo en cuenta el entonces ministro de Nación, hoy reacomodado como ministro de Provincia, es que no sólo se dependía de lo local para poder avanzar con la obra, se dependía más de lo nacional, y esa batalla la perdieron. Por lo tanto las colectoras, salvo que las financia Provincia ahora, son otra obra estancada, a medio hacer y con más incertidumbres que certezas.

Si repasamos un poquito nos vamos al traslado de la planta depuradora de residuos cloacales. Después de varias idas y vueltas en el Concejo Deliberante, se logró la aprobación de la compra del predio que quería el intendente. Vino la gente del ENHOSA y se habló del financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo; pero hasta donde se ve nada se ha hecho desde lo físico y si bien dicen que las obras que se paralizarán no son las que tienen financiamiento internacional, acá quedan muchas dudas que pocos van a poder despejar en el corto tiempo.

El gas de Pirovano iría sobre rieles, algo falta, mínimo, y es probable que se termine a la brevedad para que ya los vecinos de la localidad puedan conectarse a la red domiciliaria. Sería de las pocas obras en ejecución (es con un avance de más del 90%) que se terminarían en este 2024. Pirovano por primera vez en su historia centenaria podría estar conectado este invierno 2024 a la red de gas natural, una promesa añeja.

El recambio de la cañería de la red de agua potable es otra de las que están en veremos. Ha quedado rota buena parte de la ciudad y con roturas demasiado visibles en la avenida San Martín, con cero mantenimiento, con pastos crecidos donde se rompió el pavimento para pasar los caños y una vez más el atentado contra las ramblas y el permanente riesgo de seguir perdiendo palmeras que nadie repone.

Puede que con la obra de agua digan que hay gente de vacaciones, y es cierto que en esta época las empresas constructoras dan vacaciones a sus operarios para no hacerlos soportar las altas temperaturas reinantes en enero; pero da la sensación de que poco se podrá avanzar. Algunos hablan de que falta que le paguen a la empresa el último certificado que presentó y eso tendría demorada la continuidad; pero nadie clarifica nada al respecto mientras grandes baches nos acompañan en los sectores en los que se rompió el pavimento, con pocas miras de solución a corto plazo, lamentablemente.

Y ni hablar de los vecinos de la avenida Tres de Febrero, a quienes les comenzaron a romper las veredas para pasar los caños que en principio iban a ir junto a la bici senda (que rompieron entre Olavarría y Viamonte mano a Av. Juan Manuel de Rosas y nunca arreglaron. Estamos lejos de Ucrania y de la Franja de Gaza, pero en algunos casos, como junto al monumento a los fundadores frente al pórtico de la Sociedad Rural o junto al monumento a Sarmiento frente a la Escuela N° 1, pareciera que cayó un misil israelí o ruso.

En ese macizo de tierra sobre avenida Centenario el único edificio que tiene movimiento por estos días es el del nuevo CAPS.

Hay otra trilogía que también está bastante quieta sobre la avenida Centenario, junto al Corralón Municipal. El único edificio que continúa en obra, con algún movimiento por estos días y con un mayor porcentaje de terminación que los otros dos es ese Centro de Atención Primaria de la Salud que se levantó allí y que va a dar, cuando se termine, solución de salud en cuanto a distancia a vecinos de los barrios aledaños a los que el Hospital Capredoni les queda a casi tres kilómetros si uno vive en esa zona y dentro de la planta urbana.

Una obra que no mueve desde hace rato es la Casa de la Provincia. Tenía un lapso de trabajo hasta su finalización e inauguración de más de 500 días, que ya pasaron sobradamente. Si bien se pueden observar ya colocados sobre el techo los equipos de aire acondicionado frío-calor, el revestimiento de ladrillos a la vista, que por cierto es muy artesanal y lento, está sólo en una de las caras de la Casa, en el otro lateral está por la mitad y en el último tiempo no se le ha pegado ni medio ladrillo. Ni hablar de que todavía no están los cerramientos, ni el ascensor, ni la vereda, ni nada. Salvo que cuando venga Katapodis en su reestructurada visita haga algún anuncio al respecto, difícilmente sea una obra que vaya a tener prioridad de finalización con todos los problemas económicos que hoy tiene el país y por ende la provincia de Buenos Aires, que tendrá que volcar todos sus recursos a temas más sensibles e imporantes.

A decir verdad, en la única ciudad de la Séptima Sección Electoral donde se inauguró la Casa de la Provincia es en 25 de Mayo, en el resto tienen un avance de obra similar al de Bolívar y en algunos casos todavía menor.

Y otra obra que está parada y con mucho menos avance en ese sector es el nuevo edificio del Instituto de Formación Docente y Técnica N° 27. Lo complicado de la cuestión es que es un “monstruo” en tamaño, literalmente, y por ende su finalización sin recursos llevará mucho más tiempo del esperado y la vieja casona de la familia Naranjo en calle Güemes deberá seguir albergando a esa casa de estudios.

El monstruoso edificio del Instituto 27 goza de una parálisis de la que le será difícil salir.

Seguramente que alguna otra obra se nos quedó en el tintero; pero a grandes rasgos las mencionadas son en su mayoría las que habían sido iniciadas y que tienen distinto avance pero que todavía están lejos de su culminación, salvo el gas de Pirovano. Una vez más la dependencia del Estado Nacional para terminar las obras deja a Bolívar a la deriva, como ya pasó con la Línea 132. Y si Milei sigue diciendo que NO HAY PLATA y que la obra pública seguirá detenida par recortar el déficit fiscal que acordó disminuir con el Fondo Monetario Internacional, seguiremos esperando.

Ángel Pesce.

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