ZOOVAC. Una despedida de año que abriga esperanzas

El jueves que pasó, en las instalaciones de Los Corrales y con el muy buen servicio de Lucero Eventos, la empresa Zoovac despidió el año con un magnífico encuentro que nucleó a la totalidad de su staff directivo, técnico y administrativo con la sumatoria de unos pocos invitados.

Fue una oportunidad propicia para decir adiós al mejor año de la vida empresaria de este laboratorio de vacunas que eligió a Bolívar como su sede de acción para, afincado en el Parque Industrial de esta ciudad, transformarse con el correr de los años en una compañía que en la actualidad compite con las más grandes de un mercado complejo, requirente de altas calificaciones científicas, tecnológicas y estratégicas.

Zoovac nació muy pequeña, diríase enrolada más en el concepto de micro emprendimiento, pero con ideas claras y sueños altos, como se corresponde con un ADN empresario que obliga a quien lo posee a correr permanentemente los horizontes de su acción, porque sabe que no hay metas que garanticen el éxito sino que, si el éxito existe, está precisamente en la satisfacción de recorrer un camino de crecimiento.

Hoy, con una planta de trabajadores de aproximadamente 40 personas y sin dejar de pensarse a sí misma como empresa PyMe, ha logrado calificaciones internacionales que le permiten exportar sus vacunas a diferentes países del mundo, lo que abre para el año que se inicia, una nueva ventana de oportunidades de crecimiento que garantizan "más trabajo", como resumió uno de sus titulares en breves palabras que dirigió abrazando a su "familia Zoovac".

Merced a la invitación recibida, fuimos partícipes de ese momento de alegría compartida en Los Corrales y, por ello, testigos de un halo de plena satisfacción y marcado optimismo de cara al futuro que reinó a lo largo de la cena, que se estiró hasta bien entrada la madrugada del viernes. Y nos volvimos con la convicción de haber palpado de cerca una muestra de lo que nuestro país necesita para crecer y nuestro Bolívar para enorgullecerse. Precisamente eso, un "modelo Zoovac" que permita soñar en grande sin perder la esencia.