10 de abril de 2024
Por Chino Castro.
Malvinas “no fue una gesta”. Y nuestros soldados “no fueron héroes”, sino víctimas de “una guerra, el último capítulo del plan sistemático de la dictadura”. Lo afirma la profesora de Comunicación Cecilia Morales, quien reclama “humanizar” a los excombatientes, que se considere a las muertes durante la contienda “delitos de lesa humanidad”, se juzgue a los responsables y que los pibes que lucharon “digan su palabra”. “Tienen que ir a juicio oral y marcar a estos genocidas. Comenzar a decir su palabra: qué les pasó, que vivieron; eran chicos… Cuando les demos esa apertura, no van a parar”.
¿Qué representa Malvinas hoy, en un contexto en el que el propio presidente de la Nación reivindica a Thatcher, una criminal que mandó asesinar a centenares de pibes argentinos?
- Hay que resignificar a Malvinas. Desde lo social. Desde mi lugar de docente, cada 2 de abril Malvinas me presenta este binarismo de guerra síguerra no, o estamos de un lado o del otro. Y hay que descontextualizar el tema. Primero, lo que hay que hacer es desmitificar a este héroe de Malvinas, ya que eran chicos los que enviaron allí, entonces es necesario humanizarlos.
En tu criterio, más víctimas que héroes.
- Claro. De una dictadura. Nadie quiso ir. Fueron porque existía el servicio militar obligatorio, que ahora vuelve a retomarse la idea de imponerlo. Caer en lo que dice el presidente, bueno, sabemos que es un provocador, y que lo que quiere es que terminemos hablando de eso, sin ir a la profundidad del tema. Reivindicar a Thatcher, hablar otra vez de militares, son asertos vacíos de contenido pero que la gente termina discutiendo, y así se genera esta polaridad entre los que están a favor y los que están en contra. Y nos quedamos en esa. No tenemos que entrar en ese juego.
"NO PUEDE SER QUE LOS REPRESORES DE LA DICTADURAS NO FUERON JUZGADOS POR MALVINAS"
Parece que otra vez la dimensión bélica del asunto está ganándole la pulseada a la dimensión diplomática, llamémosle, o analítica. Lo que amamos no es la guerra de Malvinas, en todo caso amamos a Malvinas, a la guerra, a cualquier guerra, la odiamos. Pero de nuevo se instala esa mirada que pone el foco en la guerra, en que aquello fue una gesta, en la heroicidad de los combatientes.
- Totalmente. Pero a esas palabras yo creo que hay que deconstruirlas: no fue una gesta, sino un capítulo más, el último, de un plan sistemático de la dictadura, que si tuvo algo bueno fue que la caída en Malvinas produjo la vuelta de la democracia, de otro modo hubiésemos tenido a los dictadores gobernando por varios años. Pero es importante ver aquellas muertes como crímenes como de guerra, empezar a problematizar desde ahí. Está la Corte Interamericana de Derechos Humanos para los crímenes de lesa humanidad, y hay que expedirse al respecto. No puede ser que los que cometieron desapariciones durante la última dictadura, fueron juzgados por eso pero no por Malvinas, y son los mismos. Malvinas debe decir su palabra, a estos “héroes” entre comillas, como se los califica, debemos humanizarlos y tienen que ir a juicio oral, marcar a estos genocidas, a esta gente que cometió cualquier tipo de violación de los derechos humanos y comenzar a decir su palabra: qué les pasó, que vivieron; eran chicos…
Se ha instalado, y en particular desde lo que muchos excombatientes señalan, una mirada que es sentido común entre los argentinos: que todos los gobiernos democráticos, de Alfonsín para acá, tuvieron hacia nuestros soldados la misma política de ninguneo, olvido y desprecio. ¿Es así, o hubo diferencias?
- Sabemos que la política juega con un consenso social. No vas a salir al choque cuando el consenso social sigue con siderándolos héroes. A alguien le hablás siempre, todo político lo sabe, nadie va a salir a estrellarse. Pero creo que hubo diferencias entre los gobiernos. A Alfonsín le tocó la vuelta de la democracia y había que desandar toda la historia de los desaparecidos y demás, era muy difícil para él, el suyo fue un gobierno de transición. Creo que la que marca la diferencia es Cristina, cuando habilita que en el cementerio de Darwin se reconozcan los restos de los soldados identificados como NN, lo que implica una apertura del Estado al trabajo del Equipo de Antropología Forense, con equipos incluso internacionales que comenzaron a investigar. Eso fue muy importante, de otro modo hubiese quedado como el cementerio de Darwin, donde estaban nuestros soldados. Hay una historia de vida atrás de todos ellos, y una familia. Eso es humanizar a ese pibe que fue a Malvinas y quedó ahí… Eran tumbas NN. Creo que hubo alguna diferencia, aunque falta por hacer, pero para eso es necesario un proceso legal, que la Corte Suprema de Justicia lo declare como delito de lesa humanidad, cosa que no ha hecho. Y a partir de ahí, en los juicios, veremos que esos héroes, como se los califica, eran prácticamente niños, que pasaron de todo: hambre, permanecer estaqueados, amputaciones, consumir medicación por años, en La Plata hay ciento ochenta causas. Todo eso es lo que nosotros como sociedad debemos saber.
El número de excombatientes que se suicidaron tras la guerra ya sería mayor que el número de caídos en combate.
- Claro. Pero en el imaginario social queda que estaban aturdidos por los tiros, y se terminaron suicidando. No. Rozanski, el juez que condena a Etchecolatz, dice que tanto los niños como las personas que sufrieron situaciones extremas, tienen una necesidad de decir, y no van a tener filtro. Cuando les demos esta apertura, no van a parar. Él lo comprueba con Jorge Julio López, que está el testimonio. Padece Parkinson, y se pone nervioso cuando brinda su palabra, Rozanski le pregunta si quiere parar y le dice que no, “hace mucho tiempo que estoy esperando para hablar, ¿cómo voy a parar ahora?”. Con respecto a Malvinas falta eso: que puedan hablar y decir: “Sí, este fue el tipo que me estaqueó; yo pasé frío en la trinchera; no me atendieron; se me congelaban los pies; pasé hambre”.
La consideración de héroes obtura esa dimensión, que surja a la luz todo ese pendiente que señalás, que ha permanecido en el subsuelo de lo dicho. Porque el héroe no tiene frío, ni miedo, ni llora. Ubicándolos en el lugar de héroes impedimos que mucho del sufrimiento que seguramente padecieron, por fin aflore.
- El héroe no tiene miedo nunca, si lo tiene no es un héroe. Y estos chicos tenían miedo y no lo pueden decir. Yo en la escuela no trabajo la figura del héroe, por esa vía vamos a volver al servicio militar obligatorio.
Cosa que tranquilamente puede ocurrir con este gobierno.
- Totalmente. “Decile a la madre del soldado Carrasco que vuelve el servicio militar”. “Ah, ¿y quién es Carrasco?”, me preguntan los chicos. Entonces ahí empezamos a deconstruir. “El servicio militar obligatorio es para ustedes, les digo, el sector que tiene el poder, el sector hegemónico, no va a ir, porque siempre zafaron, zafaron de la ex colimba”. ¿Cómo que tienen que hacer el servicio militar para insertarse socialmente? Será porque nunca estuvieron insertos, porque no se aplicaron las políticas públicas de inserción social.
Y los que los mandarían al servicio son los continuadores de los que en la guerra no se mancharon una bota con una brizna de barro. Al frente iban otros, en particular pibes pobres del norte argentino, no los jerarcas del Ejército.
- Iban otros al frente, ellos se dedicaron a dar órdenes, miraban de arriba. Pero se convence a las clases medias y bajas de que está bien eso (que volviera a instaurarse el servicio militar obligatorio), y entonces muchos dicen “ahora se van a terminar los vagos; en la colimba van a aprender a no robar, a tener disciplina, a entrenar el físico, a levantarse temprano”. Pero date cuenta de que te están diciendo vago a vos… Entonces para insertarlos socialmente podemos generar fuentes de trabajo, por ejemplo, hay millones de otras cosas que podemos hacer con esos jóvenes. Pero no, lo que caló es la colimba.
Morales insiste en estudiar Malvinas “como parte de un proceso”, toda vez que advierte que “queda como desenganchada de la última dictadura, queda como que fuimos a una guerra y perdimos”, cuando en rigor “fue parte de un plan económico, político, militar, que tenía un fin”. Y entender Malvinas con este enfoque nos ayudaría a comprender estos cuarenta años de democracia, concluye la educadora, hoy que “el sistema está en peligro” por el resurgimiento de “ciertos sesgos sociales” con ínfulas autoritarias y reivindicativas del papel de la última dictadura, que fue la que produjo la Guerra de Malvinas, su responsable.
Cecilia Morales es profesora de Comunicación en escuelas de Bolívar. Además trabajó durante cinco años en proyectos de memoria reciente con la Comisión Provincial por la Memoria y con el Comité contra la tortura.
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Los hechos ocurrieron en 2019 y 2020 y detectados por una psicopedagoga del Hospital Capredoni.