REMODELACIONES . La pelota a paleta de Empleados demostró que los grandes sueños son posibles

El pasado 20 de junio este diario se hizo eco del trabajo incesante que se estaba desarrollando en el trinquete de Empleados de Comercio, y fuimos testigos privilegiados del sueño de un puñado de dirigentes de esa institución que encaraban, con más entusiasmo que recursos, la ciclópea tarea de reparar y repintar totalmente esa cancha de pelota a paleta histórica. El proyecto sonaba sumamente ambicioso, porque la pretensión -nada menos- era transformarla con todas esas refacciones en una de las mejores del país.

La estructura de la cancha, próxima a cumplir 90 años de vida, justificaba y permitía ese sueño y es así como este domingo, en visita realizada nuevamente al querido club de Rafael Hernández y Lavalle, los ojos periodísticos se alimentaron de una realidad que sencillamente viró para el lado del asombro.

Quienes se acerquen este martes al club, en el marco de una jornada deportiva convocada y que servirá para celebrar una especie de reinauguración, se encontrarán con un trinquete totalmente pintado con colores grises y rojos, en una labor que no dejó detalle sin intervención. Porque además de pintarse la totalidad de la cancha, se hizo lo propio con los palcos, el pasillo central que la comunica con la zona de vestuarios y baños y hasta con la privilegiada platea posterior, separada por vidrios Blindex. Ello así, no solo por una cuestión estética, sino también y muy especialmente para que ningún contraste perjudique a los jugadores en su desenvolvimiento dentro de la cancha.

Sin embargo, no todo termina allí. Porque también se pulió totalmente el piso de granito y se cambiaron todas las luminarias, colocando nuevos elementos de bajo consumo y máxima potencia lumínica, garantizando de este modo la mejor visibilidad y el bloqueo de sombras perjudiciales para el juego.

EL AMOR APLICADO A PINCEL

Lo decíamos entonces, en aquella nota del mes de junio, y lo enfatizamos ahora: las instituciones de nuestro pueblo son nada más y nada menos que lo que sus dirigentes hacen por ellas. Y aunque el destinatario de estos párrafos que vienen seguramente se sentirá un poco incómodo con ellos, es obligación decirlo: José Damiano, (Josucho o Josecho, como quiera usted llamarlo) ha sido el artífice principal de este inmenso logro "gallego". Presidiendo la subcomisión de pelota a paleta se puso personalmente al hombro esta realización que, sin dudas, hoy pasa a ser orgullo bolivarense.

Sabemos y nos consta que puso su tiempo, sus conocimientos específicos, su equipo de gente y sus manos expertas para que aquel sueño que parecía una utopía hoy sea esta magnífica realización a punto de reabrir sus puertas.

Nos cuenta Josucho, con humilde satisfacción, que todo demandó una inversión del orden de los 18 millones de pesos. "Cuando comenzamos no teníamos ni un solo peso para hacerlo", se sincera, y se siente agradecido por la colaboración brindada por empresas locales cuyos nombres quedarán impresos, desde este lunes, en las paredes del renovado trinquete.

Es que este lunes, queda dicho, se darán las puntadas finales de la gran obra. Pintado de algunos flejes, limpieza general, retiro de algunos elementos de trabajo, para que el martes sea un día solamente de fiesta. Que también lo será de emoción, cuando de a poco comiencen a llegar los amantes de esta disciplina deportiva y otros que no lo son, pero se admiran de las buenas realizaciones locales y las apoyan. Llegarán a disfrutar de los partidos reinaugurales de la cancha prohijada por el abuelo del actual presidente de la Comisión Directiva, Agustín Fal, como para que quede claro que los clubes de nuestro pueblo son una continuidad histórica, sus emblemas y sus escudos forman parte de legados familiares que se aceptan sin beneficio de inventario.

Luego habrá una cena y en ella seguramente resonarán los aplausos. Seguramente alguna lágrima de emoción también fluirá, porque habrá muchos corazones albirrojos con el orgullo a flor de piel, convencidos de que hay mucha vida por delante mientras se siga aplicando amor a pincel.