POR ROBERTO D'ALESSANDRO. La Lógica del voto dual: por qué la fuga de votos en la "tercera vía" no será lo que parece

En la era de la política acelerada, el futuro suele buscarse en las encuestas, en sondeos fugaces que intentan capturar un presente volátil. Sin embargo, la clave para comprender el escenario político de 2025 en Bolívar no reside en una predicción, sino en la arqueología de un evento concreto: la elección general de octubre de 2023. En el silencio del cuarto oscuro, casi cuatro mil ciudadanos ejecutaron un acto de ingeniería electoral que desmantela cualquier análisis simplista y revela la sofisticada lógica dual que gobernará las próximas contiendas. No se trató de una "ola" ni de un "voto bronca" monolítico; fue una decisión deliberada, casi quirúrgica, que partió la boleta y, con ella, las lealtades tradicionales.

El dato es tan contundente que merece ser el punto de partida de todo análisis estratégico. En la elección a intendente, las dos fuerzas mayoritarias, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, sumaron un total combinado de 19.647 votos, un claro respaldo a las estructuras de gestión local. Sin embargo, en esa misma elección y en el mismo acto, sus candidatos a presidente recibieron apenas 15.649 votos. La matemática es implacable: casi 4.000 electores que confiaron en los partidos tradicionales para gobernar su ciudad, les dieron la espalda a la hora de elegir el rumbo del país.

Anatomía de un voto estratégico: El "corte" como mensaje

Para comprender este fenómeno, es necesario diseccionar el voto. La elección a intendente en Bolívar en 2023 fue un claro juicio de proximidad. Unión por la Patria, con Marcos Pisano, obtuvo 9.989 votos, mientras que Juntos por el Cambio alcanzó los 9.658. Estos 19.647 ciudadanos votaron por la gestión, por el rostro conocido, por la continuidad o alternancia dentro de un marco de administración local previsible. Fue un voto anclado al territorio. Pero en el tramo presidencial, ocurrió una migración masiva.

· Unión por la Patria pasó de 9.989 votos locales a 7.817 votos nacionales, una fuga de 2.172 electores.

· Juntos por el Cambio cayó de 9.658 votos locales a 7.832 votos nacionales, una pérdida de 1.826 electores. El destino de la mayoría de esos votos fue inequívoco. La Libertad Avanza, que había obtenido unos modestos 3.222 votos para su candidato a intendente, vio a su candidato presidencial, Javier Milei, catapultarse a los 6.848 votos. El crecimiento de 3.626 votos para Milei en el tramo presidencial se explica casi en su totalidad por la sangría sufrida por las dos coaliciones principales. Esos casi 4.000 votantes no anularon su voto ni eligieron el blanco; tomaron una decisión activa: cortaron boleta y eligieron la ruptura.

La Doble Lógica y la Asimetría de las Listas

El elector de Bolívar demostró en 2023 que opera bajo una lógica dual. Por un lado, un voto de confianza en la gestión local, donde prima la experiencia y el conocimiento del territorio. Por otro, un voto de desconfianza hacia el establishment político nacional. Pero esta dualidad se ve hoy magnificada por una asimetría fundamental en la oferta electoral de 2025: la abismal diferencia de competitividad entre los candidatos locales. Mientras Fuerza Patria y Somos Buenos Aires presentan listas encabezadas por "pesos pesados" del distrito -figuras con alto capital político y trayectoria-, La Libertad Avanza postula a César Pacho, un referente de ingreso tardío a la política, con un notorio "déficit de notoriedad y de capital político". Al hacerlo, el espacio de Milei está tomando una decisión estratégica, sea consciente o no: prácticamente renuncia a competir en la elección de septiembre. Su candidato no puede apelar al "voto de gestión" porque no la tiene, ni al "voto de proximidad" porque carece del reconocimiento masivo. La realidad es que La Libertad Avanza en Bolívar no tiene una agenda local de prioridades. Su única estrategia posible es el arrastre de la boleta nacional en la contienda ideológica de octubre.

Dentro de este marco, el temor expresado por algunos actores de Somos Buenos Aires de una fuga masiva de sus votos hacia La Libertad Avanza en la elección de septiembre, parece infundado. La evidencia de 2023, reforzada por esta asimetría de candidatos, sugiere que la elección provincial funcionará como un juicio a la gestión territorial, no como un plebiscito ideológico. El elector que valora la administración de un intendente o el papel de la oposición en el HCD no tiene incentivos para abandonar ese respaldo pragmático por una boleta local de LLA que percibe como débil. El anclaje en el territorio y la fortaleza de sus propios candidatos es, precisamente, el dique de contención más eficaz contra esa temida fuga en el primer round electoral.

Implicancias para 2025: La lógica institucionalizada

Este precedente es la piedra Rosetta para interpretar el 2025. El desdoblamiento electoral entre los comicios provinciales de septiembre y los nacionales de octubre no crea un fenómeno nuevo, sino que facilita e institucionaliza el comportamiento que ya mostraron estos 4.000 votantes. Ya no será necesario el acto físico de cortar la boleta. El propio Estado, a través del calendario, ha separado las dos lógicas:

1. En septiembre, veremos un escenario similar a la elección de intendentes de 2023, exacerbado por la calidad de las listas. Prevalecerá el juicio a la gestión de proximidad. Es el terreno de los intendentes, de las estructuras locales, del voto pragmático.

2. En octubre, se abrirá el escenario del plebiscito ideológico nacional. El elector, ya habiendo resuelto su preferencia local, se sentirá libre para expresar su adhesión o rechazo al proyecto nacional, abriendo la puerta a migraciones de votos y realineamientos como los vistos en 2023. La debilidad del candidato local de LLA en septiembre, lejos de perjudicar a la fuerza a nivel nacional, podría incluso facilitar la migración, ya que el votante no siente ninguna "lealtad" previa hacia el tramo local de esa boleta.

El secreto que revelan esos cuatro mil votos es que el electorado de Bolívar no es cautivo de ninguna fuerza política. Es un electorado estratégico que premia la gestión local pero castiga con dureza a la dirigencia nacional cuando la percibe como un bloque homogéneo de establishment. Cualquier actor político que aspire a tener éxito en 2025 debe primero comprender la lección de 2023: para ganar, hay que presentar dos ofertas creíbles, una para la provincia y otra para la nación, y entender que el ciudadano sabrá perfectamente cómo y cuándo elegir cada una.

Colaboración: Roberto D'Alessandro, sociólogo.