CELEBRACIÓN. L. Oscar Ochoa cumple hoy 95 jóvenes años

Cuando uno se encuentra ante estos acontecimientos no sabe por dónde empezar, la verdad. Por L. (de Libertario, tan de moda por estos días) Oscar Ochoa es el Diario LA MAÑANA, porque ingresó con la creación de este matutino y se retiró con su jubilación.

Por distintos motivos ha sido un hombre de "esconder", no sabiduría, porque esa la desparramó y la sigue desparramando hasta hoy con sus juveniles 95 años; pero en LA MAÑANA firmaba como L. Oscar Ochoa, escondiendo el significado de la L, y en la Revista Estudiantes "escondía" su primer apellido, Ochoa, y firmaba como Amaral.

Pero detalles al margen, vayamos a repasar un trocito de la historia de este hombre nacido en Buenos Aires un día como hoy pero de 1930. A los dos años sus padres se separaron, vinieron a vivir a Bolívar y él quedó bajo la custodia de su padre, quien hasta 1940 "hizo de papá y mamá", según su propio relato. Su padre, Pedro Rodolfo, tampoco era bolivarense, había nacido en Saladillo pero se había venido con el resto de la familia a vivir cuando tenía unos 3 años.

Su ingreso a LA MAÑANA se produjo desde el inicio el diario en 1953, y llegó por un ofrecimiento que le hizo el secretario de redacción, Clarke, quien había abandonado El Pregón (el vespertino que se imprimía en esa época en a ciudad) y se había sumado a este nuevo emprendimiento.

Desde allí recorrió todas las crisis que azotaron al diario por los cambios de gobierno, los cambios económicos, los cambios de titulares de la firma hasta que se afianzó con la llegada de Oscar C. Cabreros a la dirección

Ochoa, sin ser periodista ni siquiera de oficio hasta su ingreso en LA MAÑANA (era muy buen redactor en el Juzgado de Paz, su principal trabajo), es uno de los decanos del periodismo local junto a Jorge Cieza, con quien compartió redacción en la Revista Estudiantes, entre otros.

Quienes compartimos tiempo con él en LA MAÑANA tratamos de aprender todo lo que se podía de alguien con tantas vivencias; aunque nos dejó una vara muy alta, difícil de superar pese a que los tiempos cambiaron y las formas de informar también.

Radicado en Mar del Plata desde principios de los 2000, pasa sus días en La Feliz rodeado de sus hijos y nietos que lo visitan asiduamente. Y una o dos veces por año se instala una semanita en Bolívar como para no perder la costumbre.

Un tipo simple, sencillo, bonachón, que se hace querer, con una sabiduría y una humildad envidiables. Feliz cumpleaños L. Oscar Ochoa.