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lunes, 29 de abril de 2024
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San Carlos de Bolívar

La tormenta causó anegamiento de calles

Cayeron más de 40 milímetros en poco más de media hora.

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“Bolívar está en un pozo, por eso nos salvamos de los vientos”, le escuchábamos decir a los más viejos hace algunos años. Así y todo, nos ligamos varias tormentas con tornados y ciclones que ya reportaban daños y víctimas desde comienzos de 1900. Es decir, un pozo al que a veces los vientos más bajos alcanzan y un pozo donde se producen daños, es cierto, menos que en otros lugares; pero nos alcanzan igual.

Lo de hoy no puede ser catalogado como una “tormenta de verano” porque estamos a poco menos de un mes de entrar en esa estación; pero la verdad es que se le pareció bastante y con varios condimentos. Hubo agua, mucha, con viento, mucho en distintos puntos de la ciudad, que causó destrozos de distinta índole.

Bolívar se ha extendido mucho. Es cierto, el Censo, el último que se hizo, dice que somos algo más de 37 mil; pero la cantidad de viviendas y construcciones es superior a los censos anteriores por lejos. La ciudad dejó de crecer en torno a la avenida San Martín, que era la principal vía en tiempos en que corría el ferrocarril, para dar lugar a las avenidas Lavalle y Brown, que son hoy las que unen la planta urbana con los barrios del norte y del sur, que son los que más han crecido.

Es por ello, la extensión de la ciudad, que en algunos puntos de San Carlos se midieron 40 milímetros y en otros 60, es decir, en una distancia no mayor a 7 kilómetros, que es lo que hay entre el cementerio y el barrio La Portada, el pluviómetro registró medidas distintas, y seguramente en la zona rural ocurrió lo mismo; aunque esos resultados los tendremos recién mañana.

No fue un agua buena para la ciudad, y tampoco fue la mejor agua para el campo, porque el sector agropecuario, si bien estaba deseoso de unos milímetros, el que llueva tan fuerte y con viento no causa el mismo efecto en la tierra que cuando la lluvia es serena, durante un buen rato y sin viento.

No hubo punto de la planta urbana y los barrios sub urbanos donde en las redes algún vecino no mostrara el anegamiento de su calle. El centro de Bolívar, las principales avenidas, pero en particular el centro histórico, se llena de agua muy pronto por su escasa pendiente y la casi inexistencia de bocas de tormenta en donde se hicieron los primeros trabajos de hormigón en la historia, allá por la segunda década del 1900.

Hay lugares críticos como la avenida Tres de Febrero, que sufrió como de costumbre su mayor anegamiento entre Viamonte y Olavarría, como cada vez que cae un gran chaparrón. La Edison tiene varias partes anegables, los últimos 100 metros, entre Lavalle y General Paz, y hacia el final, entre Rondeau y 25 de Mayo. La Av. 25 de Mayo misma, a la altura de los badenes, tuvo varias complicaciones, más en automóviles que en viviendas.

Párrafo aparte para la siempre críticada calle Balcarce dentro del Barrio Los Zorzales, a la altura de Benito Lynch. Luciano Carballo Laveglia, presidente del bloque de concejales de Juntos UCR-CC se comunicó con LA MAÑANA para quejarse: “Nos hicieron votar a las apuradas aquella vez por una obra que iban a realizar para resolver el problema de la gente de Los Zorzales y hoy nos encontramos con esto, con que pasó el tiempo y no han hecho nada”.

Otro de los lugares que estuvo complicado por un buen rato fue la calle Monseñor Castells, que corre a la vera de la Escuela Técnica, donde el lunes incendiaron una palmera. De todas maneras, el agua bajó rápido, como en la mayoría de los puntos de la ciudad. A respecto el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad, Lucas Ezcurra, dijo que “el sistema funcionó bien”.

Muchas labores tuvieron los hombres de Protección Ciudadana y los Bomberos Voluntarios, que fueron llamados por varios vecinos para que los ayudaran con algún anegamiento. Fueron 30 a 40 minutos de lluvia intensa y viento, con varios destrozos, pero afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.

Luciano Villarreal, jefe de Inspección Distrital, le dijo a LA MAÑANA que “no tenemos reporte de que se hayan tenido que suspender las clases en algún establecimiento a causa del agua”, a la vez que aclaró que “de todas maneras la decisión en esos casos la tiene el directivo, si ve que la situación da para la suspensión, tiene toda la potestad para hacerlo”.

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