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lunes, 06 de mayo de 2024
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La familia de Efraín Isaac Chaves donó el fondo documental al Archivo Histórico

“Bolívar se merece la memoria y para nosotros este es un homenaje”. La frase de Ana María Chaves sintetiza el sentir de estos dos hermanos y toda su descendencia. Efraín y Ana, hijos de Efraín Isaac Chaves, bolivarense de destacada participación social, donaron el fondo documental con su historia al AHFA. Fue el viernes, en la sede de Paso 67.

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El pasado viernes 21, Efraín y Ana María Chaves donaron el fondo documental de su padre, Efraín Isaac Chaves, al Archivo Histórico Municipal ‘Florentino Ameghino’, un hombre que supo dejar su sello en incontables instituciones de Bolívar y también de Berazategui. Partícipe activo en ellas, fundador de muchas, poeta y promotor del deporte, fue tal como ellos lo definieron “parte de una generación que soñó una ciudad floreciente y trabajó para lograrlo”.

Fue además un hombre organizado y meticuloso, que guardó con celo y esmero, cual archivista, registro de todo cuanto formó parte. Todo ese material, en manos de sus hijos, fue terminado de ordenar, clasificar y entregado de manera generosa al AHFA para que quede a disposición de toda la comunidad. Incluso con la colaboración de toda la familia la documentación fue digitalizada y entregada también en ese formato al Archivo. Un ejemplo a destacar e imitar, para preservar la memoria de quiénes han sido parte de la historia de la comunidad, para compartirla con todos.

El viernes, junto a hijos y nietos, nueras y yernos, entregaron siete carpetas con más de 800 fojas que ya son parte de la comunidad y quedan a disposición. “Este no es un día más en el Archivo dado que han pasado tres años desde que comenzamos a trabajar sobre esta idea. De un llamado telefónico que recibimos al principio de la pandemia haciéndonos una pregunta surgió esto y hoy es la culminación de todo un trabajo que hizo la familia de recopilación, de ordenamiento, de preservación, de documentos”, explicó Santos Vega, coordinador del Archivo, ante los medios de comunicación.

“Los Chaves, de ellos se trata, son una familia que están en Bolívar desde la misma fundación. Isaac era carrero, era del Gran Buenos Aires y tenía servicio de acarreo, como se llamaba entonces. Cuando pasó por 25 de Mayo, pasó por La Verde, partido de Bolívar, que fue un asentamiento donde estaban los Raninqueo, donde hubo un edificio tipo capilla, un salón para dar clases y uno donde estaba la policía.

En 1872 se destruye todo eso, y en 1878 cuando pasa don Isaac trae los ladrillos de eso que había sido destruido, y con ello se hace en el Bolívar incipiente el primer edificio municipal”, contextualizó. Siete generaciones han pasado de aquel ‘patriarca’ a hoy. “Nos contactamos con Efraín, que es quien primero se interesa por esto, y comenzamos en la búsqueda de la historia familiar”, explicó Santos sobre el origen del contacto (ver nota ‘Siguiendo los Pasos de su historia’, en www.diariolamanana. com.ar, donde se explica el hallazgo).

Desde entonces, el ida y vuelta entre los hermanos Chaves y el AHFA ha sido fluido. Efraín y Ana, con el árbol genealógico completo y la inquietud de compartir la historia de su papá, ordenaron el archivo familiar, lo guardaron en carpetas, las cuáles donaron al Archivo.

La entrega de la documentación se hizo mediante un acta firmada por ambas partes, la familia donante y el Archivo, como receptor y guarda del material. “A 21 días del mes de julio de 2023, se recibe en donación siete carpetas con información de la familia Chaves, quiénes desde la fundación del partido de Bolívar han formado parte del crecimiento cultural, social y educativo de los bolivarenses.

El compromiso del Archivo Histórico Municipal ‘Florentino Ameghino’ es el de preservar y compartir toda la información que en estas carpetas se encuentra con las generaciones presentes y futuras, y con todos aquellos que se interesen por la historia de nuestro Partido”, leyó Santos ante los presentes.

El acta se firmó en duplicado, una copia quedó en el Archivo y otra se la llevó la familia. Acto seguido se hizo entrega de cada una de las siete carpetas de manos de los bisnietos de Efraín Isaac Chaves, el principal protagonista de la documentación donada. Joaquín, Ezequiel, Luna, Felipe, Baltasar, Valentina y Francisco fueron los encargados de depositarlas en manos de Santos. Efraín fue el primero de los hermanos en hablar, profundamente emocionado.

“La familia Chaves tiene raíces profundas en la ciudad, no sólo en Isaac del Sagrado Corazón de Jesús, que así se llamaba nuestro tatarabuelo; su yerno, Rufino Viera, que sería tío bisabuelo nuestro; son siete generaciones presentes en la historia de Bolívar. Papá, Efraín Isaac Chaves, es un eslabón en esa cadena, para nosotros trascendente”, comenzó.

“Un tipo que amaba Bolívar, que fue capaz de escribir -era una excelente pluma- y hacer maravillas con una pelota de básquet en el club Independiente; que fue capaz de defender la venta de la sede del club Independiente para comprar en otro lugar, pensando que los clubes debían ser lugares abiertos y amplios, para la juventud y la sociedad; años después en Berazategui, sería una de las tres personas que compran, en un fideicomiso, las tierras donde hoy está Asociación Deportiva Berazategui. Podía ser maestro de ajedrez en las escuelas primarias de Berazategui; fue parte fundadora, junto a don Juan Bissio, de la Asociación Atlética de Bolívar, y años después fue parte necesaria del Club de Caza, Pesca y Náutica y del Círculo de Ajedrez de Berazategui. También fue capaz de soltar palomas como colombófilo en Alas Bolivarenses, lo encontramos en la Asociación de Cultura y Fomento, en Huellas, en Rotary Urdampilleta; fue redactor del diario La Palabra de Berazategui, periodista, presidente del Círculo de Periodistas de Quilmes. 30 años en Bolívar y 20 en Berazategui, en los que dejó su impronta”, enumeró.

Las carpetas son su historia. Son 800 fojas de papá, no hay manera de resumirlas; lo mío es un pequeño aporte de mi paso por el Colegio Nacional, de la fundación de Interact, del Centro de Estudiantes Universitarios de Bolívar, del Centro de Bolivarenses Residentes en La Plata, de la gestión del alquiler de la primera Casa del Estudiante para chicas en La Plata, y un poco el paso de la creación y funcionamiento de la Red de Comunicación en la provincia”, completó Efraín.

“Como entendimos que esto debía estar acá, en el Archivo, que ya no era nuestro sino de Bolívar, que eran las raíces fundacionales de familias, de instituciones, en definitiva, de nuestra aldea, es que hacemos esta entrega”, cerró su participación no sin antes remarcar: “Les pedimos que ayuden a difundir para que las familias de Bolívar se animen a revolver arcones, cajones y rescatar fotos, documentos, diarios o revistas, y que las traigan acá”, en un intento porque otras familias del Partido se unan en su gesto y acerquen material al Archivo Histórico.

Ana, también conmovida hasta las lágrimas, conceptualizó el gesto que tuvieron junto a Efraín. “Toda la documentación de papá estaba en casa. Mil veces me senté y nunca pude abrirlas sola. Cuando ‘Quito’ (Efraín) empezó con esto, se instaló en casa y juntos tuvimos el coraje de abrirlas. Papá era muy organizado, había guardado absolutamente todo (en las carpetas hay cosas que no están porque no teníamos fechas en los recortes que papá había conservado, y así no era un documento fehaciente)”, comenzó por contar.

“Mi padre, y esto es lo que quiero resaltar, perteneció a una generación que soñó a un Bolívar floreciente, pujante, lleno de trabajo, de cultura, de deporte, una joya en el centro de la Provincia de Buenos Aires, y tras el sueño de esas grandes instituciones trabajaron.

Mi padre fue parte de una generación, sabiéndose heredero de semejante responsabilidad, que buscó lo mejor para la ciudad y trabajó muchísimo para la comunidad. Me parece que no debe pasar desapercibido, sobre todo en momentos en los que a veces se bajan los brazos a nivel comunidad, que algunas cosas desaparecen, que algunas instituciones no cuidan de guardar memoria”, remarcó Ana.

“No hay futuro sin historia, y sin el conocimiento certero de la historia. Bolívar se merece que la generación de mi padre, aquellos visionarios, tenga continuidad; que las nuevas generaciones no crean que todo nació ayer, que todo se puede destruir mañana porque no importa. Las raíces siempre importan, y son las que son. Si cuidamos a las instituciones, decía mi padre, cuidamos la comunidad. Bolívar se merece la memoria y para nosotros este es un homenaje”, concluyó.

V.G.

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