70 años en la vida de una persona es una vida, al menos para el que tiene la suerte de llegar a las 7 décadas vividas. Para una entidad o institución, son muchos años; pero en un país que ya peina dos siglos y algo más, pareciera poco. Sin embargo, 70 años para un medio periodístico, grafico en particular, con todos los vaivenes que ha tenido el país a lo largo de la última mitad del siglo pasado y el primer cuarto que llevamos de este siglo, es una barbaridad.
Haber podido surfear la ola y estar acá, hoy en la calle como hace 70 años, de manera ininterrumpida, suena más a milagro que a otra cosa. El Diario La Mañana ha visto caer imperios locales; pero imperios de los grandes, como Casa Vivanco, Aurelio Gallo Corriente, Gómez Tello, el Hotel La Vizcaína, el Hotel Plaza, y podríamos seguir enumerando un sinfín de firmas a las que las crisis internas o de los gobiernos de turno hicieron desaparecer de la ciudad. Sin embargo, en todo ese tiempo, el diario estuvo presente, en la calle como cada día desde hace 70 años.
A través de sus páginas se vieron caer a grandes gobiernos, como en 1955 con la Revolución Libertadora (lamentablemente no están los archivos de esa época) el alejamiento de Perón del poder nacional y de Manolo Chatruc de la Municipalidad. Son recordadas las coberturas de los fallecimientos de Lito Santa María y Jhony Stamboni, uno por causas naturales y otro trágicamente, ambos políticos del radicalismo local. Y la muerte de Jacinto Maineri en el baile de gala del aniversario de la ciudad en 1978.
Este diario le dio la bienvenida a la democracia en 1983 y la ha acompañado en estos 40 años que se cumplirán de manera ininterrumpida en diciembre. Vio a Carretero cortar la ruta, a Ruiz organizar el primer Canta Bolívar (por entonces Semana de Bolívar), a Reina traer el Turismo de Carretera, a Simón gobernar 14 años como nunca nadie antes de manera ininterrumpida, a Erreca agrandar la terminal de micros, a Bali Bucca comenzar con la 132 que aún no llega a concluirse, y a Pisano gobernando todavía. L
A MAÑANA vio las mejores campañas de Empleados e Independiente en los distintos torneos, en especial en los regionales de los ´80 el Indio y de los ´90 el Gallego. Vio mudarse a Independiente del centro de la ciudad a la avenida Mariano Unzué y observó cómo Empleados de a poco hizo crecer el macizo de tierra que tiene detrás del puente, hoy predio de La Victoria. Siguiendo con lo deportivo lo vio campeón a Martínez Boero en Turismo de Carretera, campeón mundial de casín a Miguel Angel Borelli (ganador del Olimpia de Plata ese mismo año) y campeón argentino de ciclismo a Norberto Miguel Santos.
Más acá en el tiempo vio el efímero paso de Barracas Bolívar por el fútbol del ascenso de AFA con un campeonato en la D. Y el esplendor del vóley de la mano de Marcelo Tinelli con el Club Ciudad, con varias ligas argentinas y títulos internacionales; pero que hoy son historia. Ha sido un diario que cubrió los corsos en la avenida San Martín, la quema del Rey Momo en la Plaza Jorge Newbery. Acompañó a la Sociedad Rural en cada Exposición, vio nacer el nuevo y moderno edificio para la época (principio de los ´80) de la Cámara Comercial.
Observó cómo se pavimentaba el parque y dejábamos de tener la avenida San Martín ancha entre los monumentos a Bolívar y San Martín. Los policiales se han visto reflejados siempre en sus páginas, por aquí desfilaron la caída del avión, la desaparición de la Parejita de Hale, la trágica muerte de Lupercio González, hasta llegar a nuestros días con la desaparición de Juan Woldryk. En cada acontecimiento importante este diario ha estado, en mayor o menor medida, siempre apoyando cada iniciativa, marcando lo que está bien y lo que no se hizo tan bien, porque de eso se trata, de dar una mirada más cercana al vecino común, ese que hasta la llegada de las redes sociales, que no tienen tanta historia, no tenía tantas chances de expresarse si no era por una carta al director de LA MAÑANA.
Con 70 años encima este diario sigue en pie, por un montón de razones que no vamos a detallar ahora; pero valga el reconocimiento a todos los que con su granito de arena lo han mantenido. Los canillitas, casi siempre en primer lugar, porque son quienes hacen el nexo del diario con el vecino. De hecho el único día que no sale el diario es el Día del Canillita, sí sale el Día del Periodista, el Día del Empleado Gráfico, o el Día del Empleado de Comercio. De ahí su importancia y reconocimiento.
La historia es conocida; pero la visión de Oscar C. Cabreros hizo que LA MAÑANA sea hoy lo que es. Fue el director que más años se mantuvo al frente y el que supo inculcar en su descendencia el amor por la tinta impresa. Aún hoy Bolívar le sigue debiendo el homenaje con el que soñó siempre, que una calle de su pueblo lleve su nombre. Víctor A. Cabreros le aportó los cambios necesarios a las distintas épocas, hasta llegar a la actual, donde el aporte de la familia Cabreros continúa en las redes con Gastón, Agustín y Federico.
Me ha tocado compartir junto al diario los últimos 30 años y algo más. Uno decide dónde estar, a qué lugar pertenecer, y siempre elegí quedarme, por sobre otras propuestas, porque entendí que fue la gente de esta casa la que me dio la oportunidad, la que me formó y con la que logré un reconocimiento hacia la sociedad, pequeño, no importa, un nombre, por más insignificante que sea. Se dice que los 70 años son las Bodas de Titanio.
Antiguamente se celebraba de 25 en 25, con las de Plata, las de Oro y luego las de Brillantes, a los 75. Para eso todavía falta otro pasito, no corto, no fácil, menos en tiempos en que la comunicación va por otro lado y no tanto por el papel. Pero mientras haya un lector de diario papel, trataremos de que haya un diario en la calle para que pueda tenerlo.
Hacia los 75 Diario LA MAÑANA, sin prisa pero sin pausa. Salud.
Angel Pesce
