8 de septiembre de 2024
por
Dr. Felipe Martínez Pérez
Pues a esta altura de los acontecimientos, en la larga espera, muchos de
los garantes ya se han caído de sus estamentos que los sostenía; de la cual
como es habitual nadie se hace cargo. Que así es facilísimo gobernar. Sin
embargo, a esta altura la espera se hace densa y en particular porque no se ve
amanecer, o no dejan que amanezca, que por aquí nunca se sabe, pero lo cierto
es, que el trípode humano en que se ha convertido el poder está solo: y espera.
Y en realidad no se sabe si se espera una explosión o implosión o en cualquier
momento todo empieza andar bien y se terminan las críticas. Sin embargo, y
guste a quien guste, solo se ha trabajado durante un año y sin resultados para
todos los que han trabajado durante años; y no hay otra.
La vaca muerta dará sueldos pero la vaca está lejos y lo más seguro que a
pesar de muerta, mal apacentada. Y por aquí, pues nada, esperando para hacer
casas, y para hacer asfaltos, y para hacer carreteras, y para poner rieles que
pasen trenes, o dicho de otra manera para que pase algo; que al día de hoy, y
después de un año, nada o muy poco se hace. Y cómo sería lo anterior para que
el rebaño, si bien algo inquieto, pero quieto en el redil. Y lo curioso es que
tocas al trío y te quemas, pues están que arden; y lo insólito, es que todavía
no se han dado cuenta que los culpables son ellos, pues aparte de hacer poco,
tampoco quieren en demasía a quienes marchan al lado; o directamente desconfían
y desafían.
Y así va a ser, pues es la marca en el orillo de esta gente que poco sabe de maneras; y es de esperar que algo sepan de lo que dicen saber. Sin embargo, y después de un año, al menos, hasta ahora el pescado sin vender. Recién parece que Milei se da cuenta que las cosas son reales y pesan; cosas que no había tomado en serio, y ahora baja los gritos porque se ha quedado solo; y entre rasputines en ciernes; altamente peligrosos por ausencia de cultura. Es de esperar tome conciencia y le vaya bien para que de una vez por todas nos vaya bien a todos, porque los números, al parecer solo lo acarician. Pero tampoco debe olvidar que los economistas de todos los gobiernos anteriores han hecho las cosas de tal manera que contradiciendo a sus respectivas facultades, se alegran de hacerlo todo para el traste. Y así anda la Argentina, que sale de una y se mete en otra; y aunque no se lo crea, con el voto. De todas maneras entre los propios y los ajenos a los cuales cada vez, más se acerca, no sacamos uno. Ese es el peligro.
La zanahoria delante del burro se repite hasta el cansancio desde hace años
que ya es mucho más que medio siglo. Que se dice pronto. Siempre empezando y
algunos, por otra parte siempre cayendo. En un país tantas veces repetido que
lo tiene todo, menos en la actualidad la grandeza que revolotea en el pasado.
Es curioso, que unos odian a Sarmiento y otros odian a Roca y otros a los dos;
y ahí está todo dicho y resumido. El país entero, al cabo, odia su pasado; y en
consecuencia no tiene presente. Y no hay caso, pues parece que en las escuelas
estos señores se han traspapelado.
Es decir, que al cabo terminamos todos siendo burros y la zanahoria la
tendrían aquellos que la han atado al palo que por lo demás no llega al uno por
ciento de la población. Sin embargo, parece que a los argentinos, alguien, por
si no bastare, le pone la zanahoria cada vez más lejos y como si de un
espejismo se tratare se la cree, porque supone por extraños cálculos que está
-la zanahoria, claro más cerca, olvidando que las fábulas no mienten. Aunque
parezca mentira Y es todo tan de fábula que los que hemos votado a estos para
botar a los anteriores de los lugares de decisión, pues por arte de magia cada
vez se hallan más cerca del que hemos votado que a pasos agigantados y diarios
se acerca a ellos; y en una de esas hasta hay boda.
Y por si no bastare falta que el burro toque la flauta por casualidad, como
en la fábula. Llamaba la atención desde el primer día que gustara tanto de
Menem que mucho no hizo por Argentina ni por los argentinos que al cabo de uno
y otro siempre los que trabajan está empezando y el país un poco más vendido. Y
por si no bastare los que van de los setenta y cinco para arriba que estaban
contentos de cambiar han sido los primeros en caer bajo las reiteradas diatribas
y se rompen los cuernos los unos con los otros por una par de kilos de yerba
por mes. Es vergonzoso. Y la cosa ha de ir por esos meandros.
Y por si fuera poco, llevamos un año teniéndole la vela al presidente, que
si en un mes o en tres o mañana nos cae el maná; pero el maná no llega. Y el
peligro llegó y con malas artes pues a la ausencia de alguna palabra sobre las
cárceles, se suma el famoso juez, que salvo Milei nadie quiere, lo cual torna
todo peligroso. Y por si no bastare ha llegado lo malo y de su mano. Pues al
parecer, al señor presidente le ha dado por censurar a la prensa. No deja de
ser llamativo en un señor que nunca ha nombrado la palabra cárcel. Y así
estamos y a esto hemos llegado. Sería de esperar se haya equivocado porque de
otra manera tal asunto ni tendrá arreglo y ya se sabe en que terminan las
censuras. Seguramente como en todo o casi todo, ha de decir que hay que
revisar.
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