Información General. De esto y aquello

Por el Dr. Felipe Martínez Pérez.

Da la impresión que el señor Milei, presidente para más datos, no entiende del todo la realidad o peor, se desentiende de ella. Supone, supongo yo, que a grito pelado  marcha la gente; y hoy no es así, pues marcha por otras razones, aunque se parezcan: o sea él nunca perimido por estas pampas síndrome de Estocolmo. Y por otra parte aunque a Milei no le parezca, los gritos da la impresión que es porque sabe que con esa vara de medir se puede medir, para empezar él, y los otros con la misma vara miden para ellos. Es una pena que el radicalismo como tal no exista después de las votaciones, aunque si existen algunos radicales y de peso que les tocará reflotar el radicalismo después de la triste votación dando el mando a peronistas. Para alegría de todos los políticos como es de público conocimiento.

Que se dice pronto; y hasta dónde puede llegar la desidia y el no hacer, para tirar bajo el único partido que tiene que estar arriba, aunque más no sea que para salvar a la nación, que me parece que no es poco. Pero volviendo al presidente, la verdad que no tiene ningún mérito, ni es, por supuesto, meritorio que se pase el día a los gritos y gritando a quienes no debe, pero sobre todo que no tiene por qué gritarle al prójimo. Ser de derecha no es gritar a ver si sale, ser de derecha es pensar lo que se dice  o se dice alto, pero con cuidado de caer en una dictadura. Pero el señor presidente no se entera porque no tiene cintura política, que si tienen los de derecha que saben adónde van. O será que con este modelo se avanza y no estamos acostumbrados.

Porque no hay que olvidar que a  una dictadura se puede llegar por derecha o por izquierda; y ésta, hace rato que ha desaparecido. Y en consecuencia sería de esperar que ya que anda sin prisa por el mundo, estudie a la señora primera ministra de Italia para aprender. Porque el grave problema es que hasta el día de hoy, lo único que ha hecho es gritar, poner mala cara, y dejar de lado y de forma brusca a los jubilados; y en consecuencia, perder los votos que curiosamente,  no lo votaron a él sino que botaron a los Hunos. Que de eso se trataba y da la impresión que no se entera o es eso lo que justamente le complica la visión. ¿O le gustan los que hay que llevara a la cárcel?

Parece cosa de locos, pero para empezar lo único que ha puesto y depuesto son peronistas, por decirlo de alguna manera, de los buenos; pero daría la impresión que no menosprecia los malos. Y esto si es lo malo. Ni habla de juicios, ni de cárceles, ni de los dineros que han sido robados y de quienes lo han hecho que están a la vista de todos. Hoy por hoy el señor presidente da la impresión que anda por sexto grado mojando la oreja a los compañeros y es de esperar que pase de grado; que para eso se le ha votado. Y no se puede olvidar que van más de dos meses perdidos.

La verdad que lo de Milei no tiene nombre. Por un lado se hace el chistosito desconociendo donde se encuentra y los sitios para reírse; porque la verdad que en este momento  no está para la risa ni Israel ni Argentina; y si bien es amigo de fabular no ha leído las fábulas y no sabe que en ninguno de los dos lados la zorra está para bailes. Sobre todo que los bolsillos de las gentes adolecen. No ha hecho absolutamente nada en más de dos meses más allá de mojarle la oreja a cuanto contrario o que el supone es contrario y anda por la política volviéndola impolítica, porque desconoce o le importa tres pimientos que a todos los ha elegido la gente y por tanto es para tener cuidado más allá de estar de acuerdo o en desacuerdo.

O sea que vista la realidad por el reverso, daría la impresión que puede suceder cualquier cosa; pues desde que subió para arreglar la patria en ningún momento ha hablado de lo que todo el mundo esperaba. Falta que para sacarnos de encima a los que no deben estar afuera, este buen señor los vuelva a poner en el centro; y encima del escenario. Que no hay cosa que más les guste. Y otra vez habríamos votado a contracorriente. Que ya sería el colmo; y para muestra basta con un Papa. Que por otra parte se desvive por los peronistas. Es de esperar no sean las trompetas del famoso Jericó. De lo que no cabe duda, y no es la primera vez, quieren sacar a los radicales de la política argentina. Pues no los llama para nada y lo va a lamentar para hacer camino.

Tampoco le van a hacer mucho daño aunque no está para descuidarse. Es cierto que los radicales de hace días eligieron cuasi peronistas para que los guíen. Menos mal que quedan otros y de mayor importancia. Pero mal no estaría que hubiera reencarnaciones, al menos algunas, sino todas, y que por ejemplo apareciera el de la barba para romperles los asientos a patadas pues a esta altura y con la que está cayendo, parece mentira. Porque no cabe duda que en Argentina hay dos cosas para hacer: una es romper el radicalismo cosa que ya se viene haciendo; y otra es romper lo bueno, o arreglar el presente con los que han roto el pasado, porque se ve a diario. O sea, que por el momento no es para aplaudir. Mientras tanto los cinco o seis mil argentinos que tienen los dineros robados que ascienden a más de cinco productos brutos; bien gracias. Por las calles se desplazan hilarantes; ellos y ellas.