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Con el bolso cargado de proyectos, Vamos de Nuevo cumplió tres años

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¿Qué representa haber redondeado tres años (los cumplieron el 1 del corriente), que no es tanto pero tal vez es mucho?

Carlos Alberto Teijón, director:

– No es tanto en el tiempo, pero fue mucho lo que hemos hecho. Uno realiza un balance cuando llegan estas fechas, y lo hice un par de veces porque me parecía extraña la cantidad de cosas que habíamos hecho…

Con pandemia y todo

 – Fue una locura que uno no proyecta, las cosas van surgiendo. No fueron dos años de impasse completos por pandemia, ya que en el medio hicimos los patios, cosas por las redes, por YouTube y el canal. Siete espectáculos propios presentamos en estos tres años. Más uno más que se estrenó en pandemia, a lo que hay que sumar los diez episodios de Enpandemiados, virtuales. Mucho contenido.

Pero lo más interesante supongo que es haber instalado una suerte de sello. El público ya sabe que existe Vamos de Nuevo, que tiene un lugar y que propone cosas propias y también ajenas en el rol de promotor

– A eso sí lo pensamos, lo planeamos y por suerte se cumplió. También ocurrió rápido, porque cuesta instalar un espacio, sobre todo aquí que hace años no se usaba el lugar como teatro. Y nos instalamos en la zona, varios de los grupos que vienen nos conocen, nos nombran primero. A veces te preguntás por qué, pero la verdad es que el nombre también repercute afuera.

En realidad lo conseguimos contactándonos con gente de la región, metiéndonos de a poco, llevando también nuestros espectáculos, cosa que antes era casi prohibitiva. Con una pandemia en el medio, que en nuestro caso provocó que nos quedaran diez lugares sin visitar con Rancho, entre los que figuraban algunas plazas grandes, como Mar del Plata, Buenos Aires, y ciudades de la zona. Después también nos frenó la imposibilidad de volver a tener los derechos de la obra, por eso Rancho quedó ahí.

Quizá la posibilidad de viajar e ir a plazas grandes se reabra ahora

 – Sí. Pero no es tampoco un objetivo, con Rancho se fue dando, se hicieron contactos, hubo invitaciones. Estuvimos en lugares, dijimos que teníamos una obra. Ojalá se dé ahora con La empresa perdona un momento de locura, que involucra a un elenco reducido con el que podríamos salir. (Teijón explicó que tienen invitaciones, pero que quizá no salgan de la ciudad hasta el segundo semestre del año, ya que tras haber padecido covid, su energía aún no es la misma y el personaje de la pieza demanda mucho físicamente.)

¿Esa obra fue la que más repercusión tuvo?

– No. Yo creo que Rancho fue increíble, por el movimiento de público en la sala, la cantidad de funciones, la repercusión. Fue un trabajo que gustó mucho. Pero cada trabajo tiene sus condimentos. Por ejemplo afuera gustó muchísimo Poesías y canciones. Pero si medimos la repercusión por cantidad de público, nuestra obra más exitosa fue Rancho. Pero también creo que La empresa perdona un momento de locura tiene mucho camino para seguir creciendo. Rancho lo logró, si comparamos la primera con la última función, parecían dos obras diferentes.

 Retroalimentación

 Cuando Vamos de Nuevo recaló en la biblioteca María Alcira Cabrera (en verdad, allí nació), el lugar no tenía un escenario listo para trabajar. “Estaba la estructura, pero era una sala de lectura. De hecho, el espacio (donde hoy luce el escenario) quedaba cerrado por una pared de durlock”, y se usaba como depósito, recordó el director del grupo.

“Cuando hablamos con la comisión de la biblioteca, que en ese momento estaba en plena crisis económica e institucional, ofrecimos toda nuestra colaboración, y pedimos que nos permitieran recuperar el escenario y el espacio de abajo”, donde se montó la platea de sillas. En la refuncionalización del lugar, la biblioteca perdió algo de terreno, pero ganó en vida social ya que desde que VdN opera allí, la circulación de público es bastante mayor.

 De hecho, esto podría medirse en cantidad de socios, ítem que ha experimentado un sólido crecimiento desde que en el lugar también hay teatro y otras disciplinas artísticas, básicamente música, gestionadas por el grupo que conduce el ex director de El Mangrullo. En rigor, hay una retroalimentación: suele ocurrir que alguien que va a ver una función se quede mirando un libro y se asocie a la biblioteca, o que gente que concurre a buscar un libro se entere de una presentación artística y resuelva asistir, y, en el mejor de los casos, poco a poco, espectáculo a espectáculo, se convierta en público de Vamos de Nuevo.

Los aportes a la institución anfitriona fueron en un principio económicos, “con lo que podíamos”, pero más adelante “el grupo también costeó algunas reformas”, en base a subsidios recibidos. En estos años, por el nuevo escenario de Falucho 780 pasaron obras de teatro, pero también bandas y solistas de música, una expo de pinturas, una presentación literaria y, anoche, un unipersonal de humor protagonizado por un actor tandilense. “Estamos abiertos a todos los interesados”, remarcó Teijón, cabeza de un grupo integrado hoy por veintiuna personas.

Sólo se trata de seguir

El 2022 pinta intenso, bajo la premisa de “seguir trabajando, seguir haciendo día a día”. En lo concreto, el 20 de marzo se presentará Mandinga, un unipersonal que llegará de CABA, y que “habla sobre el racismo y la discriminación, con un trabajo notable del actor, Mauricio González, que es de raza negra; un espectáculo para no perderse”, convocó Teijón. Será a las 21.30, con entradas anticipadas a 400 pesos y a 500 en puerta.

Ya en abril, el 1 y 2 Souvenir patio teatral ofrecerá Las vecinas; el 10 desembarcará Nexos, seis monólogos trabajados por un grupo azuleño, con supervisión de Mauricio Kartún; habrá más funciones de La empresa perdona un momento de locura, y, el último sábado del mes, el 30, se producirá el reestreno de Esperando la carroza, obra que, ya en mayo, VdN trasladará, para cinco funciones, a las coquetas tablas del Coliseo. Por fuera de lo teatral, el jueves 14 de abril, en el marco de los feriados por Semana Santa, se presentará en Falucho 780 La Destilada Evolution.

Y hay muchos proyectos de obras en el viejo portafolios de Teijón, del que algo saldrá este año.

La cooperativa de Don Carlos

“Desde el final de Rancho, el grupo trabaja en cooperativa: un porcentaje de lo que se recauda queda para Vamos de Nuevo, destinado a lo técnico, gastos de producción de espectáculos y de mantenimiento”, lo que incluye un aporte a la biblioteca anfitriona, mientras que el resto “se divide entre quienes participan de cada proyecto”, lo que engloba a “técnicos, actores y quien se ocupe de la boletería”, indicó Carlos Teijón. “Es algo que siempre quise hacer, y acá se dio la chance”, completó el director.

Chino Castro

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