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Anticarsia en soja

INTA PERGAMINO - SISTEMA DE ALERTA DE PLAGAS

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Intensificará su presencia y defoliación en el mes de marzo

Esta isoca, Anticarsia gemmatalis, de alta y rápida voracidad en sus últimos estadios, producirá defoliaciones de variada intensidad, tanto en soja de primera como de segunda.

Inicialmente, sus defoliaciones tendrán mayor preponderancia en el centro-norte de Santa Fe y Córdoba, Sgo. del Estero, y con alto potencial de daño en la provincia de Entre Ríos, conjuntamente con la zona litoral santafesina y del NE de la provincia de Buenos Aires.

En el mes de marzo incluso podría llegar a darse en zonas inusuales de aparición de esta plaga, amenazando la producción de soja de primera y de segunda.

 

El impacto en soja dependerá de: temperaturas y condiciones de humedad favorables para la presencia o no del hongo benéfico Nomuraea sp.

Es decir, que el incremento, o no, del HONGO entomopatógeno en zonas con presencia inicial de Anticarsia será la mayor condicionante del impacto de esta plaga 

Anticarsia en soja

Bioecología y Daños

Es una plaga que tiene a especies vegetales de la familia de las Leguminosas como principales hospederas. Entre las especies leguminosas cultivadas que ataca en Argentina está la Soja, así como también Arveja, Maní, Vicia, Poroto, Melilotus, etc.; aunque también el cultivo de Algodón y Cáñamo son hospederas de A. gemmatalis.

Presenta dos tipos de daños: como defoliadora y dañando vainas. Respecto al daño en vainas, a diferencia de la “isoca bolillera” H. gelotopoeon que suele afectar en todos los estados reproductivos de la soja (desde R1 a R6), en el caso de la isoca de las leguminosas A. gemmatalis las vainas pueden ser dañadas a partir del inicio de R5, normalmente (nos referimos a que esta isoca “puede afectar vainas”, porque no siempre se dan los daños en dichas estructuras reproductivas, a veces, aún ante la presencia de abundante población de esta isoca).

En cuanto a los daños en estados vegetativos, la capacidad de ingesta foliar llega a algo más de 100 cm2. Es una característica de las larvas de esta especie que ante condiciones de muy altas temperaturas aceleran significativamente la intensidad de la defoliación en el cultivo, mostrando alta voracidad.

Las larvas, que muestran gran movilidad al ser molestadas produciendo saltos en todas direcciones dejándose caer al suelo, tienen los segmentos del cuerpo muy bien marcados. Pueden presentar dos formas de coloración: la más común es de un aspecto verde claro, aunque también suelen cohexistir las de una coloración general más oscura (ver foto). En ambos casos presentan líneas longitudinales dorsales y subdorsales blanquecinas y una franja blanco amarillenta lateral, a lo largo del cuerpo. El tamaño máximo larval puede alcanzar cerca de los 5 cm.

La cabeza de la larva es ovalada, algo más ancha que el cuello, y de color amarillo-limón. El último par de patas se presenta hacia atrás al final del abdomen de la larva, mostrando una forma de “v”.  Dichas características son claves y se constituyen en los principales aspectos a observar para identificar, fácilmente a campo, las larvas de Anticarsia: cabeza color amarillo limón, y terminación del cuerpo en forma de v debido a la disposición de su último par de patas.

Anticarsia presenta seis estadios larvales, y el período larval completo lo cumple en 15 a 25 días según temperaturas reinantes. Finalizada la etapa larval, empupa en los primeros centímetros del suelo, y después de un período de pupa de 10-12 días eclosionan los adultos.

El adulto es una polilla que mide cerca de 4 cm de expansión alar. Las alas son de color castaño o grisáceo oscuro y poseen una línea transversal negruzca.  La mencionada línea sale desde el ángulo anterior externo del primer par de alas y se dirige en forma oblicua hacia atrás. Las hembras colocan los huevos aisladamente en el envés de las hojas, tallos y vainas.

Tienen varias generaciones al año (en el norte del país generalmente son cinco). Esta es una especie migratoria. Por este motivo, cuanto antes comiencen a aparecer e incrementar sus poblaciones en el norte del país, mayor es la probabilidad de constituirse en plaga del cultivo de soja en, al menos, parte del centro y sur de la región pampeana.

Manejo de Anticarsia

El manejo de esta especie, A. gemmatalis, suele complicarse en comparación a la isoca medidora, por varios aspectos. En principio, ante la presencia de altas temperaturas. En caso de registrarse temperaturas elevadas, su acción de defoliación es mucho más rápida con respecto a medidora, lo cual tiene gran implicancia en dificultades de logística por la necesidad de premura en el control, sobre todo si se tuvieran muchos lotes para aplicar.

A nivel de región, cuando la plaga está presente en forma generalizada y abundante, se origina una “saturación de la demanda del servicio” de aplicación y muchos problemas por fallas de control. Tanto las fallas en el control de Anticarsia, como la subsiguiente rapidéz de su ingesta se traducen en severas defoliaciones en el cultivo, que generalmente no dejan margen de tiempo para la rectificación. Las consecuencias son frecuentes y seguras pérdidas económicas.        

Otra característica diferencial respecto de medidora, es que Anticarsia es menos suceptible al complejo de artrópodos benéficos. Esta isoca resulta menos controlada por agentes naturales de control como parasitoides y predadores,  en comparación a lo que normalmente ocurre con la isoca medidora. La excepción se suele dar en lotes de soja que tengan presencia de otro tipo de agente natural de control: el hongo Nomuraea rileyi.

Dicho entomopatógeno muestra baja frecuencia de aparición; aparición del hongo que está muy ligada a condiciones climáticas excepcionales caracterizadas por períodos prolongados con elevada humedad ambiental, como las registradas en la campaña 2009/10, y en otras como la actual, en la que podría incrementarse este benéfico que enferma y afecta larvas de lepidóptero en soja como anticarsia y medidora. En tal caso, el hongo de referencia podría constituirse en un fundamental controlador biológico natural de ambas isocas.

La larva al ser parasitada por el hongo comienza a perder movilidad y deja de alimentarse. Finalmente muere, quedando en un estado de rigidéz sobre los folíolos con una coloración blanca, dada por el desarrollo de los micelios de Nomuraea sp. Esta coloración blanca torna a un verde oscuro después de unos días, producto de la fructificación del hongo.

Por último, en cuanto a diferencias con medidora, se puede señalar que Anticarsia en estados reproductivos del cultivo también suele dañar las vainas de la soja con el consecuente y directo impacto en la producción, además de ocasionar al mismo tiempo intensas defoliaciones. En este caso, su incidencia en soja se asemejaría al que produce la isoca bolillera, cuyo impacto está siendo registrado en la presente campaña de manera moderada, y ante el advenimiento de una segunda generación de bolillera en soja.

Pero más aún, si la presencia de Anticarsia fuera abundante en cultivos de soja al estado reproductivo y a su vez estuviera acompañanda por un período de altas temeperaturas, las consecuencias económicas sobre la producción de soja podrían llegar a ser nefastas de no mediar una rápida y eficiente intervención para su control. Productores sojeros de zonas del litoral entrerriano y del norte argentino conocen muy bien este tipo de padecimientos producto del impacto de esta plaga.

Difusión actual y riesgos de aparición

La condiciones predisponentes de altas temperaturas estuvieron dadas para Anticarsia, y es de esperar que su presencia, y la defoliación en soja, vaya en incremento durante las próximas semanas. En algunas zonas compartirá con medidora los nichos alimenticios.

Hoy Anticarsia (27 de febrero) está presente con poblaciones en promedio moderadas y altas en ciertos casos en la región Centro-Norte del país y en zonas del litoral sojero, aunque en progresivo y significativo aumento de su densidad poblacional. Asimismo, la tendencia es de un incremento de la difusión hacia el Oeste de Santa Fe, Este de Córdoba, Norte y Noreste de Buenos Aires. Por el momento, en Buenos Aires y Santa Fe con mayor potencial de daños en los Departamentos o Partidos linderos al Río Paraná (según provincia), zonas que seguramente serán las más afectadas. Entre Ríos con alto potencial de impacto, dependiendo fundamentalmente de la mayor o menor presencia del hongo.

También, proyectando algo más hacia las próximas semanas, si se dieran condiciones de altas temperaturas y ausencia de un control biológico efectivo sobre Anticarsia (ej. si el hongo Nomuraea sp. no adquiriera un desarrollo más preponderante), sería esperable que Anticarsia expanda mucho más su difusión dentro de la región pampeana. En tal circunstancia, se podría llegar a presentar durante la segunda mitad del mes de marzo sobre soja de segunda o tardías, incluso en zonas donde su presencia ha sido siempre muy esporádica y/o en bajos niveles.       

En suma, y generalizando, de no mediar un importante efecto del controlador biológico natural (Nomuraea rileyi), sería esperable que el impacto de Anticarsia se agrave a partir de este momento y dentro de la primer quincena de marzo, principalmente sobre aquellos cultivos de soja de primera menos avanzados en su desarrollo y, obviamente, en soja más tardía o de segunda.

Resumiendo

Anticarsia suele producir defoliaciones muy rápidas con resultados desvastadores sobre el cultivo, como ya ocurriera en varias oportunidades algunos años atrás, dejando en ciertos casos “los palos” (tallos de soja desprovistos de hojas y vainas). Aquellas desagradables circunstancias, las que no queremos se repitan, fueron debidas al inadecuado seguimiento del cultivo, y/o tomas de decisiones tardías, y/o bien fueron el resultado de un servicio de aplicación peligrosamente demorado, como consecuencia de una gran demanda de control.

En efecto, cuando se dan situaciones caracterizadas por altos niveles de plagas y de presencia generalizada en una región, ello normalmente deriva hacia turnos de aplicación con varios días de espera, y por ende a indeseables tratamientos tardíos muchas veces conducentes a importantes pérdidas en el cultivo.

Teniendo presente las características de una plaga como Anticarsia, se podría inferir que no solo deberá tenerse en cuenta correctas decisiones técnicas a abordar (umbrales de acción, productos, dosis, calidad de aplicación y protección del ambiente), sino también cuestiones muy importantes que se reflejarán indefectiblemente en la eficiencia final de la protección del cultivo, en referencia a logística y adecuada oportunidad de control.

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