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viernes, 29 de marzo de 2024
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“Veo a los artistas con ganas de unirse”

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Mauro González es el guitarrista y cantante de Chico Láser, banda con base en Baires integrada como baterista por el también bolivarense Santiago Naya Plaza.

Pero además, Maro, tal su nombre artístico, es solista (ha publicado ya dos discos), metier en el que cultiva una música multigénero que desarrolla como compositor, cantante y multiinstrumentista. También es actor y clown, y en vivo recurre a herramientas de esas disciplinas para dotar a sus conciertos de una espesura visual.

Hoy sábado, Maro tiene pautado dictar un taller de comicidad musical, “donde fusiono el lenguaje y la técnica del clown con la música”. Será en la biblioteca “Alcira Cabrera”, de 10 a 13 horas.

Como Maro, se presentará el sábado 18 en Woston, y el 25 en La Lomada, en una fecha compartida con Interior Profundo.

El mismo sábado 25, pero de 10 a 13 y en Espacio Sinergia, en Belgrano 669, brindará un taller de melodrama y bufón.

 

PARA QUE EL PIBE NO MUERA

Finalmente, coronará su intenso enero en su ciudad natal con una charla abierta en el Cine Avenida, titulada Juego libre. “Es el lenguaje del clown aplicado a la docencia y la salud. Hablaremos de mi experiencia en la ONG Alegría Intensiva, y me referiré a documentales que hacen foco en el sistema educativo y el de salud actuales y sus falencias, poniendo en cuestión el educativo nuestro en comparación con el de Finlandia, y qué podemos hacer para cambiarlo, sobre la base de no perder el juego a nivel de chicos y de docentes, porque es el instrumento para aprender. En el sistema de hoy, basado en el prusiano, que es arcaico, se encierra al chico y se le quita el juego”, en tanto que el de salud está diseñado “para los médicos y no para los pacientes, y menos para los chicos”, a los que “se aísla de su grupo de amigos y los aleja del juego”, explicó el actor, que considera que su vida y su arte son “un experimento”, café de por medio con este diario. “La idea es poner en cuestión estos dos sistemas y hablar desde mi experiencia como clown y actor”, con el foco puesto en asignarle al juego “un lugar preponderante en la formación“, ya que de otro modo “el chico, metafóricamente, muere, porque lo lúdico es su manera de aprender y de conectar con otros y con el mundo”, completó.

 

“ES CLAVE GENERAR ÁMBITOS DE ENCUENTRO, TODO SE POTENCIA CON EL OTRO”

“Vine con ganas de sumar a lo que está sucediendo acá. Vengo sintiendo que en la ciudad está cocinándose algo cultural mucho más potente que otros años, desde la música, el teatro, etcétera. La gente de Bolívar está consumiendo cultura hecha en Bolívar, y quiero sumar a eso. Creo en el arte como modo de expresión, tanto artística como terapéutica. Yo hago arte en teatros y en hospitales”, puntualizó en la segunda parte de esta entrevista el creador, que si tiene que encuadrar su música, prefiere dar pistas y hablar de “multigénero: hago cumbia, folclore, rock, pop, me gusta y cultivo todo, lo mezclo con la sonoridad de la ciudad, del campo. Para mí la vida es un experimento, y Maro es un experimento sonoro y musical”, describió.

 

Quizá lo que está pasando hoy en Bolívar en esta materia, no ocurrió jamás, es un nuevo tiempo.

-Yo creo que hay mucha más actividad y veo intenciones de unión por parte de los hacedores. Eso es clave.

 

¿Advertís que hay conciencia de ser parte de un colectivo, o cada cual hace lo suyo individualmente y en ocasiones se da una convergencia?

-Creo que están empezando a darse cuenta de que son parte de un colectivo. Sí. Y que están hallando las limitaciones al respecto, pero siempre con ganas de hacer. Hay ganas, pero a veces se piensa que acá no se podrá vivir del arte. Pero todos hacen, tocan, montan obras y generan espacios de encuentro.

 

Despejan las dudas haciendo.

-Lo que me parece clave es la generación de ámbitos de encuentro. En los ochenta en Buenos Aires lo central era eso: el Parakultural, Cemento, sitios donde la gente se encontraba y proyectaba cosas. Artistas con ganas de hacer y espacios donde encontrarse. Se producía un entrelazamiento de expresiones: la danza, el teatro, la música, la escritura, el periodismo mismo. Todo se potencia con el otro. Yo como músico necesito difundir mi material, más allá de que amo tocar. Y si me vinculo con un periodista, me forjaré de herramientas de comunicación. Hay algo interdisciplinario jugando allí.

 

El volumen de actividad artística es tal, que en el año que pasó llegó a criticarse la superposición de ofertas y hasta se estableció una mini polémica al respecto. Algo impensable en los años noventa, que no había casi propuestas.

-Lo positivo es que hay muchas propuestas, pero quizá haya que pasar a la etapa de una organización mejor, armar algún tipo de agenda cultural… Donde hay una necesidad hay algo para hacer, y si hay superposición habrá que organizarse, tratar de poner algo de orden ahí.

 

O como plantea Duilio Lanzoni, de Artecon: organizar espectáculos los miércoles o jueves. Tal vez el volumen de cosas ya da para eso y es una buena opción.

-Claro, sí. Hay que buscar alternativas, esa puede ser una.

 

LANZAR SEMILLAS

Y acerca de si se puede o no vivir del arte en Bolívar, ya hay ejemplos de que sí: está el caso de Raúl Chillón, que cuando regresó a la ciudad fundó una escuela de tambores y percusión y todos le preguntaban de qué iba a vivir. Hoy vive de eso y de dar clases, no buscó trabajo de cadete en una ferretería ni entró al banco.

-Totalmente de acuerdo. Él me parece un ejemplo, y es importante tomarlo como tal, ver qué hace, cómo ha desarrollado lo suyo y cómo sigue generando semillitas. Eso hay que hacer, eso quiero hacer yo: brindar herramientas para que otros las tomen y sigan produciendo cosas.

 

¿Qué rol le asignás al estado, en nuestro caso a la Dirección de Cultura?

-Cuando está el estado es todo más fácil y crece. Como experiencia personal, cuando está puedo dedicarme a tocar y a armar el material sin ocuparme tanto de la convocatoria, la difusión, el lugar. Le facilita las cosas al artista y todo se potencia. Por eso creo que es fundamental que el estado esté presente en la movida artística y cultural.

 

Chino Castro

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