Es un verdadero bochorno lo que está sucediendo con las elecciones en la Cooperativa Eléctrica. Se sabía que esto iba a pasar y hasta proliferaron denuncias públicas advirtiendo esta problemática. No se ha tenido en cuenta a la gente y a esta altura de los acontecimientos es dable suponer que no se ha querido tenerla en cuenta.
Todo comenzó mal al establecerse la elección en un día de semana. Para agravar la situación, el horario limitado de 17 a 20 le puso otro obstáculo al buen desenvolvimiento. Y como si todo fuera poco, se instaló una sola mesa receptora de votos en cada lugar de votación. El resultado no podía ser otro que el que se está viviendo en estas horas en Bolívar. Centenares de personas a las puertas de los establecimientos donde funcionan las mesas aguardando para emitir su sufragio. Y todo ello con el temor de que algún iluminado literalmente corte la elección, diga “hasta acá” y toda la espera haya sido en vano.
Una verdadera pena, porque todos -tirios y troyanos- nos llenamos la boca esgrimiendo que no hay valor comunitario más importante a defender que la democracia. Se reclama a grito pelado la necesidad de que la gente participe de las elecciones en las instituciones representativas. Y cuando lo hace, cuando por el motivo que fuere la gente reacciona a favor, los que tienen la obligación de estar a la altura de las circunstancias sencillamente no lo están. Por incapacidades propias quizás. Por falta de previsión, se dirá. Por intereses mezquinos seguramente sea la verdad no confesada.
Rogamos para que a nadie se le ocurra cortar la elección. Que todos los que estén a las puertas de los clubes e instituciones puedan emitir sus votos, tengan o no un numerito en su poder que, cual kermese de barrio, están repartiendo en algunos de ellos. Al menos una dosis de mínimo respeto entre tantos desatinos.
