Funciona desde el sábado un nuevo comedor en la ciudad, que trabaja con la modalidad de viandas. Los encargados son Pablo Pallero y su madre, la pastora Lorena Plaza de Pallero, que pertenecen a la iglesia evangélica pentecostal “Jesús dijo yo soy la puerta”, con sede en Larrea 90. El emprendimiento, que cuenta con sostén municipal, es en rigor un retoño del comedor que Pallero y Lorena pusieron en vigencia en 2020, durante los meses duros del aislamiento social por la pandemia de covid.

“Cuando vimos que las puertas se cerraban, que no había trabajo y surgían grandes necesidades y angustia en la gente, junto a mi esposo e hijos comenzamos como iglesia, siempre con el apoyo solidario de la comunidad, que eso es digno de ser destacado”, explicó la pastora en diálogo con este diario el viernes, acompañada por su hijo. Al comedor lo iniciaron en Avellaneda 732 -también era la sede del templo, en el inmueble donde vivían en esos años-.

De allí, se mudaron a Pringles 88, sitio en el que también montaron el servicio de comedor que formalmente inició sus actividades el sábado pasado. Precisamente funcionará únicamente ese día de cada semana, de 12 a 14, repartiendo viandas con almuerzos entre quienes previamente se anoten.

“Vemos necesidades en las familias con niños y abuelos”

“Nosotros no imponemos ningún tipo de condición, ni límite de edad ni nada, quien necesite un plato de comida puede contar con lo nuestro. Vemos necesidades en las familias con criaturas y con abuelos, en especial, que son mayormente los que vienen buscar su vianda”, puntualizó la pastora. La única condición es inscribirse durante la semana (a partir del miércoles y hasta el viernes por la tarde) previa a cada sábado, para que Lorena y su familia puedan organizarse, conseguir lo que haga falta y cocinar sin que sobren platos.

El whatsApp de contacto es 2314-415306. Si algún abuelo/a no puede pasar por el comedor, ellos se encargarían de llevarle la vianda a su casa, aclararon, si bien la idea es no realizar repartos y recibir en Pringles 88. Las materias primas que procesan para cada comida, son aportadas por Desarrollo Social de la municipalidad y por “hermanos de otras iglesias, de otras congregaciones, y de nuestra propia iglesia, que además nos ayudan a cocinar. No hacemos esto solos sino en comunidad”, puso de relieve Plaza.

En cuanto a los menús, la pastora indicó que la premisa es ofrecer platos completos desde el punto de vista nutricional, y variados: la comida del primer sábado fue ñoquis de papa con boloñesa; en adelante, incluirán hamburguesas con puré, variedad de pastas, milanesas con papas, bifes con ensaladas y otras opciones.

“Ayudar es una linda forma de ayudarse”

El sábado 1, distribuyeron cuarenta viandas, y están preparados para elaborar algunas más, remarcaron Pablo y su madre. Según lo que evalúan a través de su vínculo con vecinos bolivarenses en el marco de su labor pastoral, una buena cantidad de personas van a requerir este servicio: “Se ve que hay necesidades, la inflación pulveriza los salarios y además hay mucha gente sin trabajo. Justamente para ayudarlos a todos ellos estamos nosotros, ya que el Señor nos ha enviado no sólo a predicar su palabra, sino a ser solidarios con nuestro prójimo, por amor a él. En definitiva, ayudar a los demás es una linda forma de ayudarse a uno mismo”, concluyeron.

Chino Castro