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Un ciervo colorado, el nuevo desafío de Gustavo Alaimo

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Esculpir un ciervo colorado en tamaño natural para un estanciero azuleño es el nuevo desafío de Gustavo Alaimo. En ese menester trabaja desde mayo, luego de un primer período de cuarentena en el que realizó una serie de unos quince dibujos a lápiz, en su mayoría retratos, su especialidad, pero con fugas hacia lo surrealista (ver aparte). “Es un desafío enorme, nuevo en términos de técnica de trabajo”, destacó el artista. 

 

El escultor nacido en Azul, formado en Bellas Artes y radicado en Bolívar fue contratado por un estanciero de su ciudad natal, de apellido Romat, para hacer un ciervo que el contratante ubicará en la entrada de su estancia. Alaimo lo toma como un reconocimiento, ya que en Azul “hay muchos y buenos escultores, los conozco”, pero sin embargo Romat lo eligió a él. Incluso tuvo que insistirle, en un principio el artista no estaba muy convencido de emprender esta labor.

Trabaja en su hogar, que comparte con su mujer e hijxs. Quien pase por allí, en calle Boer entre Paso y Laprida, si el garaje está abierto podrá ver la pieza, que estará lista en unos dos meses.

“Es una labor interesante, grande; un desafío nuevo en términos de técnica de trabajo”, puntualizó el escultor, pintor, dibujante y formador, que en estos meses de aislamiento social ha continuado a través de la plataforma zoom con sus clases para estudiantes primarios, secundarios y terciarios de la ciudad.

“El desafío es grande porque yo generalmente modelo primero en arcilla y tomo moldes. Al ser tan imponente el ciervo, apliqué la técnica de cemento directo: construí una muy buena estructura de hierro, que me brindó las proporciones del animal, la forré con material desplegable y directamente voy modelando sobre el cemento”, contrarreloj dado que la sustancia “fragua en unas doce o trece horas”.

Ya están listas la cabeza, la cornamenta y parte del pecho, “resta un sector del cuerpo”, puntualizó.

¿De dónde tomás el modelo?

– He estudiado mucho a través de internet sobre el ciervo colorado: anatomía, pelaje, postura. No hay mucha información, y no se trata de un animal habitual en nuestra zona. Uno al proyectar un trabajo primero estudia, confecciona bocetos, dibujos a lápiz, te llenás de imágenes mediante internet. Sin embargo lo ideal es tener contacto directo con el modelo, cosa que no he podido hacer en esta ocasión ya que estamos hablando de una especie que acá no se ve. Se encuentra en regiones de La Pampa, pero hoy por el aislamiento no se puede viajar”, explicó el autor.

“He estudiado cráneos de ciervos colorados embalsamados, para tomar las proporciones anatómicas. Lo complejo es llevar una imagen plana, una foto, a la tridimensión. Porque en la obra todo tiene que funcionar, ser armónico, y hay multiplicidad de puntos de vista en juego: se mira de arriba, de abajo, de un costado, de otro. Es un desafío enorme, uno no domina la anatomía de este animal, si se tratara de un caballo sería más simple, es más común”.

No le encargaron un ciervo cualquiera, sino uno colorado -también llamado ciervo europeo o venado-, que tiene sus particularidades: abundante pelaje en el pecho; cuartos traseros muy desarrollados ya que se para en dos patas para atacar; dos cuernos de ataque y el resto que permiten calcular su edad, enumeró el escultor, que ha ido interiorizándose estos meses sobre cuestiones en las que jamás había reparado.

El contacto para esta faena se llevó a cabo a través del tío de Alaimo, amigo de Romat, con quien el artista se reunió por primera vez hace más de un año. El acuerdo recién se selló a principios de mayo del corriente, sin necesidad de un nuevo encuentro. “Es un orgullo que me haya elegido, porque en Azul hay muchos y buenos escultores, a los que conozco”, remarcó finalmente el artista.

Chino Castro

 

“Quiero hacer una escultura surrealista”

¿Cómo has sobrellevado estos meses de cuarentena?

– Sobrellevándola, como decís. Hay días más tranquilos, otros más pesados. Al principio hice como quince cuadros, dibujos. Empecé elaborando tipo bocetos, me fui entusiasmando y conformé una linda producción.

Por otra parte, continúo dando clases, a través del zoom.

Y si no salía lo del ciervo (ver nota principal), tenía en mente otra cosa.

¿De qué se trata? Seguramente eso es lo que encararás a fin de año.

– He estado analizando a pintores surrealistas, como Dalí, y me gustaría hacer una escultura surrealista. Que tenga que ver con la realidad pero que no sea tan naturista. Que tienda un puente con un mundo no existente, con objetos reales pero dentro de un contexto que no está. Una distopía sería.

En la serie de dibujos de la que habla aquí, trabajada a lápiz, ya se advierte ese interés por lo surreal, a través de algunos guiños o fugas que quizá estén anunciándonos su futuro como artista.

La distopía está a la orden de este incierto largo día en un mundo que nadie sabe adónde va, qué quedará y qué nacerá, ni quiénes sobrevivirán a esta tragedia colectiva llamada covid-19. Existe como recurso artístico hace mucho, aunque tal vez a partir de este brutal colapso de la humanidad adquiera otra espesura (hasta podría tornarse más liviano). Al margen de lo que vaya a resultar, Gustavo Alaimo ya está decidido a inscribir un capítulo propio en esa tradición.

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