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Último tango en Berlín: La historia de Eclipse, el disco de 6 Australes

Escribe: Mario "Chiqui" Cuevas.

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La columna de hoy está dedicada a Eclipse (2008), el único disco de 6 Australes, la efímera agrupación que integró como cantante y compositor Sergio Gobi. Hablaremos de Eclipse porque es un álbum que merece ponerlo en valor y difundirlo, porque a pesar de las vicisitudes que sufrió es una hermosa gema dentro de la discografía de Serio Gobi.

Nacido en Urdampilleta, localidad que pertenece al partido de Bolívar, Gobi no es el primer argentino que descubrió el tango fuera de su país, vivió mucho tiempo en Alemania y para ganarse el sustento diario comenzó a cantar tangos acompañado de un guitarrista tucumano que conoció en Berlín. Desarrolló su gusto por el tango junto a Coco Nelegatti, Puro Apronte, Orquesta Sabor a Tango, Grand Orchestre de Tango de Juan José Mosalini, Sexteto Andorinha, Quinteto Ángel, Cuarteto Rotterdam entre otros grupos del género.

“La historia de 6 Australes comienza en 2005, 2006 – cuenta Sergio – Fue una época que va desde fines de los 90 hasta la crisis del 2008, había muchísimo trabajo en el mundo del tango, obviamente alrededor de la pasión por el baile en el tango. El noventa por ciento de las distintas formaciones, orquestas, cuartetos, quintetos, que integrábamos eran para bailar, trabajábamos todos los fines de semana, girábamos por Alemania y por toda Europa, y durante la semana vivíamos en Berlín. En esa época era una ciudad muy linda y barata para vivir, de hecho estaba lleno de artistas, eso cambió radicalmente ahora.”

La efervescencia cultural que había en ese entonces en la capital alemana generó las condiciones para el nacimiento de 6 Australes. Sergio conoció a un compatriota, el bandoneonista Guillermo Destaillats, que hoy integra la Orquesta de Tango de la Ciudad de Córdoba, y formaron el cuarteto

La Rolando Rivas. Guillermo había visto en un boliche de Berlín la presentación de El Tropezón, dúo integrado por Pablo Woizinski en piano y César Nigro en guitarra. “Tenían una onda Salgán-De Lío más modernosa, más ‘appiazzollada’ – dice Sergio – Guillermo terminó trayéndolos a mi casa con el berretín que yo les mostrara mis canciones que yo recién comenzaba a componer. Se recoparon y comenzamos a tocar tango y a hacer nuestras propias composiciones y muy rápidamente tuvimos la claridad que lo que queríamos hacer no era ‘otra agrupación de tango’ sino la aventura de crear un grupo que solamente tocara sus propias composiciones.”

Luego se sumaría al proyecto Juan Lucas Aizenberg, que es violista de la Orquesta de una de las Óperas de Berlín. El primer nombre que tuvo la banda, antes de ser los 6 Australes, fue La Dolce Vita, jugando con Federico Fellini y el significado de ‘la dolce vita’ que sería ‘la vida alemana’.

En un club de jazz Pablo y César encontraron al contrabajista Rodolfo Paccapelo. “Para completar el sexteto estábamos desesperados buscando un contrabajista, y se nos antojó que tenía que ser argentino – dice Sergio – Es el único músico que no viene del mundo del tango, sino del mundo del jazz. Vino a Alemania muy joven a estudiar en la Escuela de Jazz de Berlín y nunca más volvió. Cuando vino al ensayo descubrimos que Rodolfo, además de ser un tremendo músico, no tenía ni la menor idea del tango, no había tocado tango en su vida.”

El primer concierto como 6 Australes lo realizaron en el Kunstfabrik Schlot, un club de jazz con muy buen sonido. En esa oportunidad presenció el concierto una amiga de los integrantes de 6 Australes, Julia Zenko, que andaba de gira presentando María de Buenos Aires. La cantaste estaba con un productor que se fascinó con el grupo, y comenzó a organizarles conciertos en sitios importantes, por ejemplo,en la sala de Cámara de la Filarmónica de Berlín. 

“Para mí, 6 Australes fue uno de los proyectos más creativos e interesantes de aquella época – reflexiona Sergio – No duró mucho, tuvimos mucha suerte al comienzo, en 2008 grabamos Eclipse, y poco después la banda se disolvió porque todos trabajábamos muchísimo con el tango, pero la ilusión que pudiéramos vender ese proyecto dentro del mundo del tango no funcionó para nada. El poco o mucho éxito en su momento que pudo haber tenido 6 Australes fue siempre en lugares alternativos más para el mundo del jazz o la música étnica, como le llaman allí. Ahí me di cuenta que hacer cosas nuevas en el mundo del tango no era posible.”

Eclipse

Los integrantes de 6 Australes grabaron su disco en Berlín con producción propia, y con el master en sus manos comenzaron a buscar un sello para lanzar el álbum. “No solamente teníamos el master listo – cuenta Sergio – teníamos todo el diseño de la tapa, el libro, un trabajo increíble de mi amigo, Hernán Sansone, que es mi hermano y es el que diseñó las tapas de mis siguientes discos. Hernán había hecho un trabajo increíble que luego hubo que modificar cuando encontramos a Oriente, el sello discográfico, y además, hubo que sacar las letras de las canciones también en alemán, lo cual fue toda una aventura divertida de traducción.”

Visto (y escuchado a la distancia), Eclipse no ha perdido un ápice de su fuerza y belleza original. Las composiciones de Sergio Gobi tienen su adn distintivo, también su manera de cantarlas: ahí están sus lecturas, los viajes y geografías, las artes plásticas, nuestra historia. En cuanto a la música, el repertorio no está compuesto solo por tangos.El disco comienza con ‘La Lujanera’, una milonga hecha y derecha: “La Lujanera era una mina de avería, tímida turbia gorda sombría / vivía en la calle Santa Rosa y Gurruchaga / la crencha negra como una daga que le caía sobre el ojo medio bizco y le ortibaba el gesto arisco…”

En otra milonga ‘Plaza Cortázar’, Gobi retrata con maestría la citada plaza, ubicada en el corazón de Palermo Viejo: “Siempre es lo mismo en la placita los tauras y las perras se dan cita / la botella de Quilmes como un termocebándole los mates a Palermo / todos se encuentran en mi plazase rozan como Borges y Cortázar / queman un faso y alucinan que son Patricio Rey…”

‘Apuntes de la era glaciar’ comienza con aires de milonga para virar en la segunda parte en un formato musical más libre mientras Gobi sentencia: “Para ladrar milonga hay que nacer con el genque insiste en dar la vuelta al perro / por esa veredita gris tan sin sol, cenizas del invierno…”; y en ‘Odiseas’Sergio introduce una constante en su obra, los viajes. “Si no hay complicaciones a toda vela, si no hay sirenas a barlovento / si sopla el viento en contradel olvido y la pena / el día menos pensado peinando olas, estoy volviendo para vos sola…”

El folklore está presente en‘El carancho’ y ‘La chacarera de los 6 Australes’ (una ingeniosa manera de presentar el grupo en sociedad);y también la historia argentina: Gobi cita a Ezequiel Martínez Estrada para explicar el título del tema: “Trapalanda era una tierra legendaria en la que podía hallarse una ciudad de oro. Una leyenda que fue propalada por los indígenas, o que sólo nació de la afiebrada y desesperada imaginación hispánica.”

Hace poco tiempo Sergio Gobi estuvo en Berlín: “Acabamos de volver con mi hijo hace unas semanas, casualmente me encontré con un montón de material en relación a ese disco, incluso las letras traducidas, los bocetos y los flyers.

Me divierte contar todo esto porque fue un poco lo que me pasó estos dos últimos meses estando allá. Fue un poco revivir ese 2008, año que salió editado el disco, y que también fue el año que nació mi hijo.”

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