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jueves, 18 de abril de 2024
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San Carlos de Bolívar

Tropical, tango, folclore y rock para esperar a la Sole

Variedad de artistas locales en la segunda luna del Me Encanta.

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Con propuestas variadas desde lo estilístico, esto es de rock, tango, tropical y alguito de folclore, más el cierre estelar de Soledad, se desarrolló anoche la segunda luna del Me Encanta Bolívar 2022, en el parque y con organización de la Dirección de Cultura y otras áreas del organigrama municipal, ya que se trata de uno de los encuentros populares por antonomasia del calendario lugareño.

La propia Dirección de Cultura había anunciado que el horario de inicio de cada jornada sería las 18, sin embargo ayer todo se postergó hasta las 19.43, cuando la temperatura comenzaba a bajar y el público poco a poco iba acercándose al predio, muchos con sus sillas para estar más cómodos en una noche que se presagiaba larga. Nadie molesto por la demora, que, con las excepciones que no hacen regla, a estas alturas ya parece ser parte necesaria de todo espectáculo artístico, al menos en nuestra ciudad.

Ya desde temprano el entusiasmo ganaba la ‘platea’, conformada por una buena cantidad de visitantes ávidos de disfrutar de la ya célebre cantante nacida en Arequito, y acaso también, esta noche, de Jorge Rojas, ya que seguramente muchos de los que llegaron ayer se quedarán hasta hoy. Quién sabe una explicación del atraso estribe en que horas antes de la fecha, Hernán Caraballo, anunciado como soporte de Soledad, resolvió bajarse de esta edición del Me Encanta, decisión que hizo pública a través de un retumbante comunicado por las redes sociales. El posteo cosechó varios comentarios de colegas músicos, que saltaron con los tapones de punta contra la Dirección de Cultura como quien tiene algo atragantado, sin que los/las que están a favor de la organización, o al menos no consideran un desastre su labor, que alguno/a ha de haber, se lanzaran al rescate del zurrado Jorge Fernández, jefe del área en cuestión (y cuestionamientos). Cuando aún atardecía en el parque, se rumoreaba que algún número más se bajaría, por eso quizá no había tanto apuro.

La apertura estuvo a cargo del Ballet Simón Bolívar, que interpretó un par de zambas no casualmente cantadas por Soledad, como para ir calentando el clima en espera del espectáculo de cierre. El grupo, que ya acumula más de treinta años de trayectoria, estuvo en la ocasión representado por su director y fundador, Norberto Foques, junto a Claudia González y Miriam Corbera.

Si dijimos que hubo tropical, tango, alguito de folclore y rock en esta segunda luna, conviene, para ser precisos, añadir que también la cartelera hizo lugar a lo experimental, a través de la presentación del bolivarense Renzo Martínez y la platense Lucía Mondino, bajo el alias de Sire y Gina. A él lo conocemos como violinista, pero esta vez se lució como violero, para un set de canciones que linkean con el jazz y el grunge pero son básicamente deformes, en el buen sentido del vocablo. Si los peces no vivieran en acuarios y Cuando la noche va por autopista, son dos de los cuatro temas interpretados.

El tango irrumpió en el escenario Roberto ‘Tuco’ Galaz en la continuidad de lo programado, a través del dúo Mano a Mano, que integran el guitarrista Nahuel Morante y la cantante Belén Palacios. En principio, versionaron Nada, tras lo cual jugaron una carta pesada guardada especialmente para subir cubiertos al escenario mayor de la música popular bolivarense, cual fue la incorporación en bandoneón de Ricardo Rubén Exertier, un emblema de la cultura local y del hoy denominado Me Encanta Bolívar, nacido como Semana de Bolívar en el ya lejano 1987, en particular. Con el eximio instrumentista como ladero de luxe, ofrecieron Nostalgias, La última curda y Baldosa floja, tres clásicos que no pierden frescura conforme pasan los años y los estilos musicales ya que, parafraseando a Charly García, el tango es el mar, y lo demás son olas.

A esta altura (habría que decir a esta hondura), noche cerrada en días que van acortándose, el movimiento en el patio de comidas comenzaba a intensificarse, y mientras el humo de los chori subía como la opción predilecta también humeaban los conos de papas fritas, toda una vedette de los últimos tiempos que cada vez, por practicidad, más gente elige, y las sempiternas hamburguesas que ya tienen un lugar ganado en el cielo de las comidas rápidas. Pero también sumaban sus porotos otras opciones, menos clásicas. Una decena de puestos dan vida (y sabor) al Patio de comidas de esta edición, montados en semicírculo, hacia un costado del escenario y paralelos a la calle de tierra que conecta con el ‘corazón Me Encanta’ del amplio Las Acollaradas. El Patio linda a su vez con el Paseo de Artesanos, otro espacio ya tradicional de nuestro festival.

Para descorchar otra dosis de tango, fue el turno al toque de Héctor ‘Bocha’ Crespo, un abonado al Me Encanta en los últimos años. Acompañado por pistas y de impecable traje, el cantante obsequió sus versiones de Ventanita de arrabal, Milonga del inquilino, que presentó como un tema para bailar y arrancó algunos movimientos bajo el escenario, entre fanáticas de Soledad que llegaron de ciudades vecinas directamente al pie de las vallas, donde también se contoneaba desde temprano nuestro entrañable ‘Cachito’ García Cambón, y finalmente Quiero verte una vez más.

Luego sería el momento para la música tropical, a través de El Coloso y Calicho, ambos valiéndose también de pistas pregrabadas.

Al cierre de esta edición, aún quedaban (de acuerdo a lo anunciado en la grilla original) una dosis de folclore lugareño, con Sandra Santos y La Trova, y unas grageas de rock con Los Cohetes Lunares y de rock y latin jazz vía La Destilada Evolution y su contagioso y elegante menú de clásicos que conocemos todos aunque no necesariamente sepamos de dónde ni la gracia de sus autores. Esta vez, la banda sumaba a un invitado de lujo, que en rigor fue uno de los fundadores del proyecto y está de regreso en Bolívar: nada menos que el poderoso vocalista Leo Curutchet, cuyo amplio rango invita a incluir en el setlist páginas de Deep Purple y otros estandartes del hard rock de ayer y de mañana.

Lo que viene, lo que suena

La de esta noche será otra noche tomada por la variedad, ya que la organización vuelve a proponer rock, tango y folclore de cocción local, para prenderle mecha al escenario y que Jorge Rojas pueda florecer y coronar la edición 2022. Interior Profundo, Mamba Negra y Tupa Gruv saldrán a defender las credenciales del rock; Uma 4 y Los amigos del folclore lo harán con las del folclor, y Fernando ‘Negro’ Grismado y Los amigos del 2×4, con las del tango. Además, mostrará sus progresos la Escuela de Danzas Silvia Messineo; se producirá el debut de la Escuela municipal de Música y de Abrazo Animal, el proyecto porteño del virtuoso bajista bolivarense Fernando Botti, y volverá a copar la parada La Fábrica del Ritmo, una inigualable usina de ritmo que jamás deja indiferente a nadie, mucho menos en un marco así.

Chino Castro

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