A 180 minutos de la largada del Maratón Internacional Dino Hugo Tinelli, las calles de Bolívar asumen el color y el calor a los que nos tiene acostumbrados esta fiesta del atletismo que no ha encontrado interrupciones a lo largo de tantos años, como no sea la obligada por la pandemia de COVID 19 que paralizó, literalmente, toda la actividad en el país.
Desde las primeras horas de la madrugada se registró trabajo en la avenida San Martín, principal artera de la ciudad, con el montaje de la estructura tubular que, a esta hora, ya está convertida en tribuna frente mismo al mástil central y mirando hacia el escenario de premiación, emplazado en la esquina de la Municipalidad.
Todo va quedando en orden y los bolivarenses comienzan a disfrutar de un momento esperado del año. Mientras tanto, 3000 atletas inscriptos ya están entre nosotros procedentes de diferentes puntos de la Argentina, entre los que se destacan varios de Elite, que serán los que encabezarán el orden de largada, cuando suene el disparo exactamente a las 17 horas.
Una simple recorrida por las plazas principales de la ciudad sirvió para auscultar la emoción de muchos atletas que ya estaban en la zona y particularmente la alegría con la que retornan, cada año, a Bolívar.
Así lo refirió Norma Ramos, atleta con capacidades diferentes proveniente de Pilar, quien llegó junto a su equipo (“Atletas por la Integración”) a “reencontrarnos con amigos”, quizás uno de los ejes centrales de acción y deseo de Marcelo Tinelli cuando ideó esta actividad anual para su pueblo.
En el Centro Cívico se ha organizado un patio de comidas, que comparte espacio con algunos stands comerciales, mientras en la plaza Mitre también se han instalado algunos de ellos y la feria de artesanos ocupa su tradicional lugar, frente mismo al monumento al General San Martín.
Todo está dado para que se viva una especial jornada de alegría asociada al deporte. El clima no ayuda, por cierto, ya que la humedad y el calor conspirarán contra la obtención de buenas marcas, por lo que algunos atletas locales consultados refirieron que habrá “que salir despacio, porque sino el clima nos cobrará la factura”.
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